El fútbol tiene estas cosas. Justo cuando parecía que todo se podía cerrar sin sobresaltos, el calendario y el destino se han puesto de acuerdo para añadir una dosis más de tensión a un final de temporada ya de por sí agónico. Este sábado, el Espanyol se juega la permanencia ante la UD Las Palmas, y lo hace con un viejo conocido en el banquillo visitante: Diego Martínez. El mismo que dirigió al conjunto blanquiazul hace apenas un par de años año y que fue destituido tras una etapa gris que dejó más sombras que luces.
Ahora, con Las Palmas ya descendida, el técnico gallego vuelve al RCDE Stadium como parte involuntaria pero clave en un desenlace que puede marcar el futuro inmediato del club que dejó atrás. El escenario es incómodo para todos. Para él, por lo que supuso su paso por el Espanyol. Para la grada, que no guarda precisamente un buen recuerdo de su gestión. Y para el propio equipo blanquiazul, que sabe que el rival, aunque sin objetivos clasificatorios, no va a regalar nada.
En la previa del partido, Diego Martínez ha comparecido ante los medios y, como era de esperar, ha tratado de rebajar la carga emocional del encuentro. Ha hablado con corrección, con el tono contenido que le caracteriza, y ha evitado entrar en polémicas sobre su pasado. Pero también ha sido claro al afirmar que su equipo competirá con profesionalidad y que, pese al descenso, tienen la obligación de cerrar el curso con dignidad.
El morbo está servido, aunque el preparador ha preferido pasar de puntillas por él. Lo cierto es que su presencia añade una capa más a un partido ya de por sí cargado de dramatismo. Porque mientras el Espanyol se juega su sitio en la élite, Las Palmas —con su futuro deportivo en el aire y su proyecto por rehacerse desde la Segunda división— intentará demostrar que aún le queda fútbol.
El técnico gallego no rehuyó el peso del contexto. Aunque el descenso ya es un hecho para los suyos, quiso dejar claro que eso no cambia la responsabilidad de competir hasta el final. “Tenemos el último partido de la temporada, como profesionales queremos ganar el partido, por respeto a la competición, a los rivales y a nosotros mismos queremos hacer el mejor partido posible y a competir”, soltó, con ese tono de quien sabe que, aunque no haya nada en juego en la tabla, la dignidad también se pelea en el césped.
No ha rehuido la pregunta de si siente algo al enfrentarse a su antiguo equipo, el Espanyol, en una situación delicada: “No, para nada, al contrario, es un momento muy complicado para los entrenadores y los jugadores. Todos queremos ganar pero es cierto que delante tienes a personas a las que quieres y empatizas. Es la primera vez que vivo esta situación y es muy complicada. Esto es fútbol, respetamos a los rivales y a la competición y desde que empieza la temporada somos conscientes que cada partido hay que intentar ganarlo”
Con Las Palmas ya en Segunda, Diego Martínez también fue preguntado por lo que viene. Porque el equipo tendrá que reconstruirse, porque hay cedidos que se marchan, porque el proyecto necesita un nuevo rumbo. Pero ahí él, fiel a su estilo, se quitó del medio: “Yo vine con una misión, intentar sacar el máximo partido de la plantilla para quedarnos en Primera, a mí no me corresponde este tipo de estrategias. Soy entrenador y me limito a intentar gestionar la plantilla”.
En la sala de prensa también se habló de futuro, pero más en clave personal. De lo que le deja esta etapa. “Yo he de centrarme en el siguiente partido, hasta el último día hemos de competir al máximo. Uno hace muchos análisis, pero me lo quedo para mí”, dijo, abriéndose un poco para reconocer que “no se ha cumplido el objetivo, es lo que más pena nos da, pero nos hemos dejado el alma, eso sí lo puedo decir”. Su tono, por momentos, mezclaba decepción con una especie de resignación: “No se han hecho los méritos para quedarse en Primera, pero cuando la gente se deja el máximo y el compromiso lo ha sido, a veces las cosas no pasan como uno quiere y como profesionales hemos de aceptarlo”.
En cuanto al estado del vestuario, ha explicado por qué en los entrenamientos de esta semana se han visto muchas caras nuevas: “Como a lo largo de toda la temporada han subido jugadores a entrenar, a acompañarles en su proceso, esta semana hemos tenido alguno más por la disponibilidad de jugadores, que veremos cuál será de aquí a mañana”. También se pronunció sobre Fábio Silva, lesionado las últimas semanas pero incluido en la prelista de Portugal: “Lo único que voy a comentar es que su compromiso ha sido excelente desde el primer día”.
Diego Martínez tampoco esquivó una de las preguntas que más le suelen incomodar: la crítica mediática. Sin levantar la voz, pero con firmeza, dijo: “No me corresponde, respeto a todo el mundo, cuando hicimos números de Champions todos somos muy guapos, y cuando no, somos más feos”. A su juicio, el equipo rindió a buen nivel, pero pagó caro errores puntuales: “Nuestro talón de Aquiles es que hemos encajado goles con mucha facilidad. En momentos lo hemos estabilizado, pero algo nos ha faltado”.