El Nápoles es el campeón de la Serie A 2024/2025. Tras una pelea a cara de perro con el Inter a lo largo de todo el curso, los partenopeos han logrado imponerse gracias a un bloque muy compacto y un entrenador que ha exprimido al máximo los recursos de la plantilla. Los sureños no fallaron en el partido decisivo y lograron el cuarto ‘Scudetto’ de su historia, el segundo sin Maradona. La afición napolitana vuelve a festejar un nuevo título liguero de su equipo solo dos años después y toman las calles de la ciudad con pirotecnia y celebraciones cargadas de pasión.
McTominay y Lukaku, decisivos
Los dos mejores jugadores del conjunto napolitano este curso. De sus pies llegaron los dos goles que le dieron la victoria ante el Cagliari. El primero fue obra del centrocampista escocés cuando más lo necesitaban los suyos ya que el Inter iba por delante frente al Como y en ese momento el título se iba a Milán. Corría el minuto 42 cuando Politano sacó un buen centro al área y McTominay sin pensárselo dos veces se lanzó rematando de tijera. Golazo.
Era el 12º gol del escocés esta temporada en la Serie A. Esto, unido a sus seis asistencias y el impacto que ha tenido en el equipo campeón, le han servido para hacerse con el MVP de la Liga italiana. El mejor jugador de la Serie A este curso.
El Nápoles estaba por delante y ya no iba a desaprovechar la oportunidad. Lukaku, máximo goleador de los partenopeos esta temporada con 14 goles, despejó cualquier duda de alirón napolitano haciendo el 2-0 en el 51′. Un gol que demuestra todas sus virtudes: potencia, velocidad, fortaleza y una gran definición. Un tanto de bandera que ponía en bandeja el ‘Scudetto’. Poco importó la victoria a domicilio del Inter, el Nápoles había logrado la cuarta Liga de su historia (1986/1987, 1989/1990, 2022/2023 y 2024/2025).
Antonio Conte, líder y máxima figura
Si alguien tiene la culpa de que el Nápoles haya vuelto a reinar en Italia ese es Antonio Conte. Un entrenador con una trayectoria muy contrastada y que llegó al conjunto partenopeo para hacer lo que mejor se le da, reflotar equipos y hacerles campeones. Ya lo hizo anteriormente con la Juventus, con el Inter o con el Chelsea, y con el Nápoles no ha sido menos.
Hace dos años, el Nápoles cortó la sequía de 33 años sin lograr un ‘Scudetto’ y lo hizo con Spalletti, Osimhen y Kvaratskhelia como bastiones. Los partenopeos sufrieron un bajón importante la temporada pasada, no solo no revalidaron el título sino que no estuvieron cerca ni de hacerlo. 10º en liga y tres entrenadores distintos a lo largo del curso.
Ya con Conte en el banquillo, a lo largo de este curso, las cosas se pusieron cuesta arriba cuando, primero Osimhen en verano y luego Kvaratskhelia en el mercado invernal, abandonaron el equipo. Dos pérdidas que parecían irreparables, pero nada más lejos de la realidad. El Nápoles se ha unido como bloque primando el esfuerzo colectivo a lo individual. Ese ha sido el mérito de Conte, todos iban a una.
Pese al extraordinario trabajo del técnico de 55 años, su futuro en el banquillo partenopeo no está asegurado. De Laurentiis, presidente del club, no ha podido confirmar su continuidad a pesar de estar encantando con el entrenador de Lecce: “¿Conte? Los entrenadores tienen su propia personalidad que hay que respetar y, en mi opinión, nunca hay que forzarlos, aunque haya contratos“, señaló.
El propio Antonio Conte en la rueda de prensa posterior al encuentro de anoche, quiso echar balones fuera y no desvelar acerca de la próxima temporada: “¿El futuro? Festejemos, que es lo más importante”, declaró el héroe del ‘Scudetto’ napolitano.