El pasado sábado el RCDE Stadium fue una fiesta. El Espanyol se jugaba la vida ante Las Palmas y lo consiguió: permanencia en Primera, alivio en la grada y explosión de alegría colectiva. Pero esa celebración podría salirle cara al club. Este martes, LaLiga ha incluido en su informe semanal a la RFEF lo ocurrido en el feudo blanquiazul y ha puesto el foco en dos episodios concretos: un cántico contra el Barça y la invasión de campo tras el pitido final.
En el minuto 87, un grupo de aficionados ubicados en el Gol Cornellà —sectores 109, 110 y 111— entonó durante unos ocho segundos el cántico “Puta Barça”. Fue algo puntual, breve y limitado a la zona de animación, pero suficiente para que el informe de LaLiga lo recoja como un hecho destacable. No es la primera vez que el organismo que preside Javier Tebas se fija en este tipo de expresiones, y aunque en otras ocasiones no ha tenido mayores consecuencias, cada nueva mención vuelve a encender las alarmas.
Ahora bien, lo más serio no es eso. Lo realmente delicado llega justo después del partido. Cuando el árbitro Muñiz Ruiz señaló el final, miles de pericos saltaron al césped para celebrar con los jugadores una permanencia que había costado sangre, sudor y lágrimas. Hasta ahí, todo entendible. El problema es que esa invasión está recogida en el informe de LaLiga: “Aficionados locales de todo el estadio invadieron el terreno de juego, obligando a jugadores, técnicos y árbitros a acceder de manera precipitada al túnel de vestuarios, sin que ninguno de estos sufriese incidencia alguna”, recoge el documento. Y remata: “Los aficionados se mantuvieron en el terreno de juego durante unos 30 minutos, imposibilitando realizar ningún tipo de actividad en el terreno de juego ni en su perímetro”.
La cuestión es que el árbitro no mencionó nada de esto en el acta, lo que puede jugar a favor del Espanyol. Sin embargo, el hecho de que LaLiga haya hecho constar el incidente ante la Federación implica que el Comité de Disciplina podría abrir un expediente.
¿Y ahora qué?
Pues toca esperar la decisión del Comité. Si consideran que lo sucedido fue una simple manifestación de júbilo sin consecuencias graves, podría quedar en una multa de hasta 600 euros, por tratarse de un incidente leve de público. Pero si lo interpretan como algo más serio, la sanción podría subir. No parece probable que se llegue a algo más duro como un cierre parcial del estadio, pero con los antecedentes recientes, nadie se atreve a descartarlo del todo.
