El RCD Espanyol ha anunciado este sábado la salida de Carol Marín, quien no continuará en el club la próxima temporada. Con este comunicado, se cierra una etapa de cuatro años marcados por el compromiso, el liderazgo y la superación. Marín, que ha ejercido como capitana durante las últimas campañas, se despide habiendo sido una figura clave tanto en el vestuario como sobre el terreno de juego.
Carol llegó al Espanyol en uno de los momentos más delicados de la sección femenina: justo después del descenso a Primera RFEF. Desde entonces, su trayectoria ha estado ligada al proceso de reconstrucción del equipo. Su implicación fue absoluta desde el primer día, convirtiéndose en referente dentro y fuera del campo. Con el brazalete en el brazo, lideró un proyecto que culminó con el ansiado ascenso a Liga F, un hito que no se podría entender sin su figura.
Durante la presente temporada, la centrocampista ha sido prácticamente insustituible, participando en 29 de los 30 encuentros ligueros. Ha firmado dos goles y ha repartido tres asistencias, contribuyendo de forma directa a la consecución del objetivo de la permanencia en la máxima categoría del fútbol femenino nacional.
“El Club agradece a Carol su trabajo y profesionalidad y desea todos los éxitos personales y profesionales en el futuro”, reza el comunicado oficial. Una despedida sobria, pero que encierra el reconocimiento a una futbolista que ha sido parte fundamental del resurgir del equipo.
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A falta de conocerse cuál será su próximo destino, lo que queda claro es que Carol Marín deja una huella profunda en la entidad blanquiazul. Su marcha supone el cierre de una etapa que ha estado marcada por la exigencia, el compromiso y el orgullo de defender los colores del Espanyol en momentos de dificultad. Una líder silenciosa que ha representado con dignidad y carácter el escudo durante cuatro intensas temporadas.
