Pues sí. En una Catalunya donde se presume de pluralidad, el respeto al Espanyol sigue siendo una asignatura pendiente. Esta vez el protagonista es un viejo conocido, Jair Domínguez, presentador estrella de Està Passant y voz habitual en El Búnquer de Catalunya Ràdio. El pasado 19 de mayo, Domínguez soltó en X (antes Twitter) una de esas perlas que, si fueran contra otro colectivo, habrían encendido todos los semáforos: “Lo primero que debería hacer el Espanyol para dejar de ser menospreciado es cambiarse el nombre de mierda que tiene”.
El comentario, como era de esperar, levantó ampollas entre los seguidores pericos. No era una crítica futbolera sin más, era un menosprecio gratuito, lanzado desde una cuenta verificada y con altavoz mediático. Lo curioso —y aquí es donde una información de El Triangle pone el foco— es cómo ha reaccionado la televisión pública catalana, esa que se financia también con el dinero de los aficionados del Espanyol: con una entrevista promocional.
El pasado lunes 26 de mayo, apenas una semana después de soltar el exabrupto, Domínguez fue invitado a Més 324 para hablar de su libro Els Xiprers. Un libro que, por cierto, ya había presentado tres meses antes. La excusa para sentarlo en el plató no parece demasiado sólida, pero ahí estaba, con foco y minutos de promoción, justo después de ofender gratuitamente a una afición entera. ¿Castigo? Más bien parece un premio.
El dato es aún más escandaloso si uno repasa el Llibre d’Estil de la CCMA, que en su punto 2.3 es cristalino: los profesionales de la casa “no pueden hacer manifestaciones que puedan comprometer la neutralidad de la CCMA y sus medios”. Pero claro, una cosa es lo que pone en el manual, y otra muy distinta lo que se aplica en la práctica. Porque mientras el cómico acumula polémicas y sigue soltando lindezas como “cómeme la polla” a quien le recrimina sus formas, desde TV3 y Catalunya Ràdio todo sigue igual: impunidad total.
El Triangle, que por cierto no se caracteriza precisamente por callarse ante los manejos de Joan Laporta (hoy mismo Marc Ciria denuncia un supuesto maquillaje de 157,5 millones de pérdidas bajo su presidencia), también apunta que esta entrevista no solo blanquea la figura de Domínguez, sino que refleja el doble rasero con el que se trata al Espanyol en los medios públicos catalanes.
¿Alguien se imagina que alguien dijese algo parecido sobre el Barça y no tuviera repercusión? Pues eso. Cuando el insulto se dirige hacia el Espanyol, parece que no pasa nada. O peor aún, se premia con promoción. El “castigo”, al final, fue una entrevista con solo 5.000 espectadores. Una cifra baja, sí. Pero no lo suficiente como para tapar lo que representa: una falta de respeto tolerada desde dentro.
