El movimiento que nadie quería ver en Cornellà está a punto de consumarse. Joan García, símbolo reciente del orgullo perico y uno de los porteros con mayor proyección del fútbol español, tiene pie y medio en el FC Barcelona. La operación, tal y como han confirmado varios medios, se cerrará mediante el pago de su cláusula de rescisión, unos 25 millones de euros más el IPC, que el club azulgrana depositará en LaLiga. Sin negociación, sin diálogo: con un portazo.
La decisión del guardameta habría sido tomada tras una reunión privada con su entorno más cercano, en la que quedó sellado su “sí” definitivo. Una vez se firme el contrato —con condiciones que incluyen titularidad desde el primer día, salario competitivo y cinco temporadas de vínculo—, se activará el que será uno de los traspasos más polémicos en la historia reciente del club. No por el dinero, sino por el destino.
Joan, esto es una broma o que está pasando.
“No seas culé, hay que ser perico”. #rcde pic.twitter.com/Y22EEDyIFg
— EspanyolFantasy (@EspanyolFantasy) June 4, 2025
Y justo en medio de esta tormenta, ha aparecido el rayo. Un vídeo que circula en redes sociales muestra a Joan García, meses atrás, diciéndole a un aficionado entre risas: “Deja de llorar y no seas culé, hombre, hay que ser perico”. La frase, dicha en un contexto informal, ha encendido todavía más a una afición que ya se sentía traicionada. Lo que en su momento sonaba a orgullo, ahora resuena como una contradicción imperdonable.

La indignación ha sido inmediata. No se trata solo de un cambio de camiseta, sino de un mensaje que en su día representaba a muchos y que ahora cae con todo su peso sobre el propio Joan. El silencio del jugador y su entorno no ha ayudado a calmar los ánimos. Desde dentro del club, ya se asume la salida como inevitable, aunque la decepción es profunda.
Si el fichaje se confirma en las próximas horas, Joan García se convertirá en el primer futbolista en pasar directamente del Espanyol al Barça en más de 30 años. Pero no será recordado solo por eso. Su historia quedará marcada por una frase que hoy, más que nunca, parece sacada de una hemeroteca que no olvida.
