No hay rodeos cuando habla Francesc Bonet. Y este jueves, en La Opinión del Día de La Grada Ràdio, volvió a demostrarlo. Su intervención dejó claro lo que sienten muchos pericos tras el fichaje de Joan García por el Barça: indignación, decepción… y sobre todo, ganas de pasar página.
“Me imagino que, como yo, estáis esperando que se acabe esta pesadilla”, arrancaba Bonet, visiblemente dolido, “la de este señor que se ha comportado como un miserable, dejándonos fatal”. Las palabras salían sin filtros, como salen las cosas cuando se habla desde el corazón y no desde un guion. Para él, no hay término medio: “No hay otra palabra después de haber estado besando el escudo y estar ya negociando con esta gente. Que se vaya, que pague y que nos deje tranquilos”.
Bonet no se quedó en la crítica al jugador. Como perico de los de toda la vida, miró hacia adelante, como quien sabe que después del golpe, toca levantarse. “Nosotros a hacer nuestro trabajo, a hacer una plantilla lo más competitiva posible dentro de las posibilidades que tengamos, y a intentar mejorar el resultado”, reflexionó.
Pero el momento más emotivo de su intervención llegó cuando recordó una anécdota referida a lo que más nos duele, los más pequeños. “Sólo pienso en todos esos niños para los que Joan García era un ídolo, como uno que conocí que vive en Santander… Para él era un ídolo, cada vez que lo veía con la camiseta verde de Joan llegándole por debajo de las rodillas… flipo”. La imagen golpea, porque nos remite a lo más puro de este deporte: la ilusión de los críos. “¿Qué pensarán estos niños que lo tenían como ídolo?”, se preguntó, con una mezcla de rabia y pena.
Sobre el futuro en la portería, Bonet se mostró tranquilo y confiado: “En muchos sitios oí decir a N’Kono que Joan era un buen portero, con lo cual, si Pacheco se va, fichamos a otro, que luche con Fortuño por la titularidad. Y si no, me quedaría con ellos. Poco a poco Fortuño se ganará la titularidad”. Sin dramas, con fe en lo que hay en casa, como siempre ha hecho el espanyolismo cuando ha tocado remar.
También hubo una petición para los medios pericos: “Una petición a los medios afines a los que puedo llegar, porque los otros ya sabemos que contamos cero y si no estuviéramos mejor… No pongamos más fotos de Joan García besándose el escudo sabiendo la traición que nos ha hecho y el tipo de persona que ha demostrado ser. Porque la verdad, cada vez que la veo me llevan los demonios”.
Bonet ha dicho lo que muchos piensan pero no siempre se atreven a decir. Su intervención no fue solo una opinión más: fue una especie de grito colectivo porque esto va más allá de fútbol: va de respeto. De valores. De no jugar con la gente que confía en ti. Y eso, Joan, es lo que más duele.