En medio de una de las decisiones más dolorosas y simbólicamente sensibles para el espanyolismo en los últimos años, Jonathan Soriano ha querido alzar la voz para ofrecer su reflexión El ex delantero, que conoce de primera mano lo que supone pasar de defender la camiseta del Espanyol a vincularse al FC Barcelona, ha ofrecido su punto de vista sobre la inminente marcha de Joan García al eterno rival en las páginas de L’Esportiu. Y lo ha hecho con claridad, pero también con sensibilidad.
“Seguramente Joan García pasará de héroe a villano”, admite Soriano, consciente del impacto emocional que este movimiento genera en la afición blanquiazul. “Pero yo lo siento mucho, no lo veo así”, añade, apelando al recorrido del jugador en el club y al compromiso demostrado durante su etapa como perico. “Este chico lo ha dado todo por el Espanyol. Si ahora le toca irse, uno se tiene que quedar con lo que ha aportado”, insiste.
Sus palabras no buscan minimizar el dolor del aficionado ni justificar la operación desde un prisma frío. De hecho, Soriano entiende perfectamente el malestar que genera una salida de estas características. “Entiendo que el aficionado prefiera que se marche al Cádiz antes que al Barça”, reconoce. Pero, desde su experiencia como profesional, reclama que no se crucen ciertos límites: “No hay que odiarlo, ni quemar camisetas… Eso no me gusta”.
El ex delantero del Espanyol, Barça B y Girona, entre otros, remarca que “si Joan García cree que ir al Barça es lo mejor para su carrera, intentemos respetarlo”, aunque reconoce que “seguramente estoy equivocado y no convenzo a nadie”. Aun así, pide que el deporte no se convierta en un campo abonado para el odio o la radicalización. “Intentemos hacer del fútbol algo más bonito, no todo debe ser tan extremo”, reflexiona.
Sus palabras, en cualquier caso, no invalidan la herida que deja esta marcha entre la afición. Soriano no le resta importancia al componente emocional que supone perder a un futbolista formado en la casa, que ha dado pasos firmes desde edad cadete hasta consolidarse como un portero de élite en el primer equipo. Y mucho menos al hecho de que ese camino culmine en el FC Barcelona. Lo que sí propone es una mirada más amplia, que no borre de un plumazo todo lo que Joan ha sido para el Espanyol.
