Pol Lozano no se esconde. El centrocampista de Sant Quirze, uno de los grandes símbolos del actual Espanyol, ha hablado en La Vanguardia sobre la salida de su amigo Joan García al FC Barcelona. Y lo ha hecho con la sinceridad de quien lleva toda la vida sintiendo el escudo y compartiendo vestuario con el protagonista del traspaso más doloroso que se recuerda en la Dani Jarque.
“Joan es muy amigo mío. Soy muy amigo suyo. Es un trozo de pan, muy querido en el vestuario”, arrancó Pol, dejando claro desde el principio que el vínculo va mucho más allá del terreno de juego. Pero una cosa es la amistad, y otra, el sentimiento perico. “Estoy contento por él, pero como perico me duele, evidentemente”, reconoció, con ese nudo en la garganta que muchos sentimos estos días.
Pol, que admitió haberse enterado del fichaje como todos —“por redes o lo que me contaban”—, aseguró que no esperaba este desenlace. “Joan es muy amigo mío. Hablaba con él, pero de esta opción no. No porque no quisiera, sino porque tampoco existía la posibilidad. Hablamos cuando pasó lo del Arsenal y otros clubs, pero el Barça no era un club con el que se le vinculase hasta el final de temporada. No lo he hablado con él Sinceramente, pensaba que se iba a ir a la Premier. Sabía que iba a ser importante allí y que iba a estar bien porque era un juego que a él le beneficia”. Lo del Barça no estaba ni en su radar. Ni en el de Joan. O, al menos, no hasta el tramo final.
Cuando se le pregunta si entiende que su amigo haya cruzado la línea del Camp Nou, Pol es tan honesto como respetuoso. “Nunca en mi vida he visto a un jugador del Espanyol que se fuera al Barça con mis propios ojos. Para mí es algo nuevo que me choca. Pero hay que tener en cuenta muchas cosas: los equipos interesados, la cláusula, que está en su ciudad…”. Aun así, remata con lo que todos pensamos: “Yo soy perico y me choca esta situación”.
Y sobre si para él el Barça es una línea roja, su respuesta no deja lugar a dudas: “He vivido toda la vida en el Espanyol. Sé lo que representa. Yo pensaría en darle respeto a lo que mi abuelo me ha enseñado, a lo que mi padre me ha enseñado y a lo que mucha gente perica me ha enseñado. A mí me costaría mucho más”.
Más allá del caso Joan, Pol afronta el futuro con la ilusión y la responsabilidad de quien ya es una de las voces del vestuario. “Tengo 25 años y esta será mi octava temporada en el primer equipo. El año pasado ya entré en la capitanía y este año tengo que dar un paso más en el liderazgo”. Y sí, aunque llevar el ‘10’ le pesó al principio, hoy lo lleva con orgullo.
Lozano también dejó algunas reflexiones sobre el momento del club, la plantilla y lo que está por venir. Aplaude la llegada de Miguel Rubio —“un jugador fiable, de carácter, de los que quieres tener en tu equipo”—, y espera que se pueda cerrar la continuidad de Roberto Fernández: “Es el ideal por cómo jugamos. Corre como nadie, nos da muchísimo”. Si de él dependiera, ya estaría renovado.
Además, puso el foco en la importancia de combinar juventud y experiencia. “La apuesta por jugadores de Segunda A y Primera RFEF me parece buena, porque ganas patrimonio. Pero si te quieres salvar, debes tener jugadores contrastados en Primera”.
Y en esa línea, aplaude la creación del segundo filial. “Había muchos jugadores que tenían nivel, pero no entraban en el B y se quedaban por el camino. Me parece una gran idea”. Ejemplo claro: Saúl Coco, “que no contaba aquí y ahora es de los mejores centrales de la Serie A”.
Para cerrar, dejó un mensaje de esperanza. “Con Garagarza y Manolo se está construyendo una identidad. Antes no había una idea clara. Ahora se le da valor al jugador joven, al que es perico, y eso se nota. Estamos por el buen camino”.
Palabra de Pol. Un jugador con alma perica. De los que no se compran. De los que se quedan.






