El Espanyol ha cambiado el paso en este mercado de verano. Lejos de la inercia de años anteriores, donde las incorporaciones llegaban con cuentagotas y siempre con el reloj apretando, Fran Garagarza ha optado esta vez por una estrategia decidida y anticipada. Cuatro fichajes confirmados, dos más prácticamente cerrados y una hoja de ruta bien definida para completar la plantilla con criterio, rigor económico y una lógica deportiva que prioriza la sostenibilidad sin renunciar a la ambición.
La incorporación más reciente, la del guardameta serbio Marko Dmitrovic, ha sido un movimiento especialmente simbólico. Su llegada se oficializó apenas 24 horas después de que Joan García firmara por el FC Barcelona. Lejos de dejarse llevar por la conmoción, el club reaccionó con celeridad, firmando a un portero con experiencia contrastada en LaLiga y que, además, llega con la carta de libertad tras desvincularse del Leganés. Garagarza, que ya lo conocía de su etapa en el Eibar, ha optado por una solución de confianza, sin coste de traspaso y con un rendimiento previsible a corto plazo.
Dmitrovic se suma así a los ya incorporados Hugo Pérez, Miguel Rubio y Marcos Fernández. Cuatro fichajes, todos libres y con contratos hasta 2028. Una política que permite al club mantener intacto un margen salarial importante, que se utilizará con inteligencia para operaciones estratégicas. En este sentido, uno de los objetivos prioritarios es la renovación de Javi Puado, que está previsto pase a convertirse en el jugador mejor remunerado del vestuario, como reconocimiento a su peso en el proyecto deportivo.
Asimismo, el club sigue trabajando para cerrar la incorporación de Roberto Fernández. El delantero, que ha brillado con la sub-21 y pertenece al Sporting de Braga, es una petición expresa de Manolo González. Las conversaciones con el club portugués se centran ahora en el porcentaje de derechos económicos que el Braga desea retener, un aspecto que Garagarza quiere limar para cerrar la operación en términos favorables.
Los próximos nombres en confirmarse podrían ser los de José Salinas, lateral del Elche, y Kike García, delantero del Alavés. Ambos también llegarían libres, lo que refuerza la coherencia de una planificación centrada en la optimización de recursos.
A pesar del ritmo firme de incorporaciones, no todo ha transcurrido sin matices internos. Tal como se ha explicado en La Grada Ràdio, la reunión mantenida la pasada semana entre Garagarza, Manolo González y parte del staff técnico dejó al descubierto ciertas discrepancias, especialmente en relación con los nombres concretos a fichar. Si bien existe consenso en los perfiles a reforzar —un extremo zurdo desequilibrante y un centrocampista con físico y recorrido—, no ocurre lo mismo con las opciones prioritarias para cada parte.
Un ejemplo es el del centrocampista Álex Calatrava, bien valorado por el cuerpo técnico pero considerado económicamente poco viable por la dirección deportiva. Garagarza, más proclive a perfiles asequibles como el de Jon Morcillo, prefiere guardar margen salarial para afrontar el mercado invernal con flexibilidad, una estrategia que ya le ha funcionado anteriormente en otros proyectos.
Otro punto de fricción ha sido la gestión de los primeros fichajes. Hugo Pérez y Marcos Fernández, por ejemplo, fueron operaciones cerradas sin consulta previa al entrenador. Ambos jugadores, de hecho, apuntan a una salida en forma de cesión. Miguel Rubio, aunque no fue una prioridad para el cuerpo técnico, sí formará parte de la primera plantilla, aunque con un rol más secundario.
En cuanto a la portería, mientras el banquillo prefería una inversión por Leo Román, el club optó por Dmitrovic como una solución más contenida económicamente. Una decisión que encaja con la visión de Garagarza de no agotar el límite salarial en verano, reservando así margen para posibles necesidades en enero.
En resumen, el Espanyol ha tomado la delantera en el mercado con una planificación ágil, decisiones firmes y una estructura de fichajes coherente con su realidad económica. Quedan objetivos importantes por cerrar, pero el trabajo anticipado ha permitido al club avanzar con paso firme. Las diferencias de criterio, si bien existentes, no han impedido que la maquinaria funcione. Y a estas alturas de mercado, esa ya es una ventaja competitiva considerable.






