Viernes de sonrisa ensayada en el Barça. A las 13:00 en punto, en las oficinas del Spotify Camp Nou, Joan García firmará su contrato con el club azulgrana hasta junio de 2031. Lo hará acompañado de su agente, Juanma López, de su familia y -cómo no- del engranaje perfectamente engrasado que controla el relato desde la planta noble del club azulgrana. Será su puesta de largo como nuevo guardameta culé, aunque al particular estilo que ha dado Joan Laporta estos actos, controlando férreamente la información.
La presentación de Joan seguirá el mismo formato que el club lleva aplicando desde hace ya tiempo, en concreto desde hace dos años. Sin prensa, sin espontaneidad, sin margen para el error. Apenas unas fotos con Laporta, Rafa Yuste y Deco, una firma bien encuadrada y unas declaraciones medidas a los medios oficiales del club. Fin. La transparencia, como otras tantas cosas, ha dejado de estar en el guion del Barça y de Laporta.
En realidad, el fichaje de Joan García no solo marca un cambio de camiseta. También es, de algún modo, la culminación de una historia que arrancó en octubre del año pasado, en la inauguración de la ciudad deportiva de la Fundació DAMM. Allí coincidieron el propio Joan, invitado como canterano del club cervecero, y Joan Laporta, que acudía como presidente del Barça. Lo explica hoy Mundo Deportivo: fue entonces cuando el dirigente culé, fiel a su estilo socarrón, le soltó al portero: “Joan, tú eres del Barça y no lo sabes, ¿verdad?”.
En su momento, la escena quedó como una anécdota. Hubo risas, pero no del portero. Joan, por aquel entonces todavía jugador del Espanyol, aguantó el tipo con serenidad. El club perico reaccionó rápido: Xavi Andreu, su jefe de comunicación, saltó para cortar la escena con un “Joan es muy perico”, y ahí quedó la cosa. O eso parecía.
Lo cierto es que aquel comentario no era casual. Según explica también MD, Laporta ordenó entonces “investigar” si Joan o su familia eran culés. Una especie de chequeo emocional para saber si el salto de acera podía encajar también en lo sentimental. El informe interno habría concluido que, efectivamente, la familia García simpatizaba con el Barça. Blanco y en botella.
Y así, este viernes, Joan García firmará con el club que, según Laporta, “era el suyo sin saberlo”. Atrás queda su formación en la DAMM, sus años en la Dani Jarque, el escudo del Espanyol que llegó a besar en una imagen icónica que más tarde ocultó, y su adiós envuelto en música de fondo sentimentaloide pero carente de alma que no ha conseguido su objetivo de ablandar el corazón de los espanyolistas. Lo siguiente será enfundarse los colores azulgranas aunque de aquella manera.
La última vez que hubo una presentación como las de antes fue con Lewandowski, en verano de 2022. Desde entonces, ni Flick, ni Gundogan, ni Dani Olmo, ni siquiera el propio Vítor Roque han tenido un acto al uso con rueda de prensa. Laporta ha optado por otro camino: evitar el contacto directo con los medios para no tener que hablar de fair play financiero, ni de auditorías que apuntan a un colapso económico, ni de operaciones con comisiones incómodas de explicar.
El foco ya no está en los fichajes, sino en quién se cuelga la medalla. Y este viernes, aunque el protagonista oficial sea Joan García, todo seguirá orbitando alrededor de Laporta, que se ahorra las preguntas y se reserva los aplausos.
Joan firmará, posará y hablará solo para los canales del club. Será su primera vez como culé de manera oficial. Y esta vez, sí, con todas las letras.