Con la llegada de Marko Dmitrovic y el salto definitivo de Ángel Fortuño al primer equipo, el panorama en la portería del Espanyol se ha convertido en una partida de ajedrez. Y en esa partida, hay una pieza que no parece encajar: Fernando Pacheco. El veterano guardameta de Badajoz se encuentra ahora mismo en tierra de nadie, con un año más de contrato, una ficha elevada y, sobre todo, un futuro que nadie -ni él mismo- tiene claro.

En el programa de ayer de La Grada Ràdio, Francesc Via lo explicó con claridad meridiana: “Mi información es que si no podemos sacar a Pacheco, Fortuño será cedido, pero claro, has de encontrar un club donde pueda jugar”. Y ahí está el primer gran problema. Porque la idea inicial del club, según apuntó el propio Via, era clara: fichar a Dmitrovic para aligerar masa salarial sacando a Pacheco, que cobra una de las fichas más altas del vestuario.

En ese sentido, no es que no se confíe en Pacheco, es que la relación rendimiento-coste ya no sale a cuenta. No ha jugado un solo minuto en LaLiga en toda la temporada pasada, y en la Copa apenas apareció en dos partidos: uno testimonial ante el San Tirso, y otro ante el Barbastro que acabó en bochorno colectivo. Desde fuera, parece evidente que Manolo González no cuenta con él como una opción preferente para la 2025-26.

Por eso, el club no ve con malos ojos que el extremeño dé un paso al lado y busque nuevo destino. Pero no es tan sencillo. El jugador tiene contrato en vigor y no parece dispuesto a regalar su salida. Lo cierto es que su estatus dentro del vestuario es bueno, pero a nivel deportivo está completamente eclipsado.
De hecho, la idea sería empezar con una lucha Dmitrovic-Fortuño, aunque todo pasa por solucionar el ‘caso Pacheco’ antes del arranque de la pretemporada, el próximo 7 de julio. El técnico gallego querría trabajar ya desde el inicio con la pareja que va a competir por el puesto, y ahora mismo ese escenario no está resuelto.

El problema no es solo numérico o contractual. Es también estratégico. El Espanyol quiere proyectar a Fortuño como portero de futuro y entiende que Dmitrovic -con experiencia y regularidad en Primera- es un perfil válido para asegurar el presente. Pero si Pacheco no sale, la opción más probable sería ceder a Fortuño, y eso choca de lleno con la intención de consolidar una portería con identidad y proyección.
Algunos pericos se preguntan si no habría sido mejor esperar y apostar por Leo Román, un perfil más ambicioso y de recorrido más largo, pero como admitió Via, “a nivel de mercado no se han querido jugar todas las cartas aún”. Lo que está claro es que el margen se acorta y las decisiones deben llegar ya.

Para Pacheco, a sus 33 años, con una larga trayectoria en la élite y sin haber sido protagonista en los últimos tiempos, el próximo paso marcará si todavía le queda cuerda para competir al más alto nivel… o si ha llegado el momento de buscar un destino donde vuelva a sentirse importante.
El Espanyol, que aspira a una temporada más tranquila que la anterior, no puede permitirse errores en la planificación. Y resolver la situación de Fernando Pacheco no es solo un tema contractual: es una pieza clave para definir el futuro inmediato de la portería blanquiazul.
