Cambio de era en el arbitraje español. La Real Federación Española de Fútbol ha ejecutado este jueves un relevo total en la dirección del Comité Técnico de Árbitros (CTA), al cesar a todo su equipo directivo. Rafael Louzán, actual presidente de la RFEF, ha comunicado personalmente a Luis Medina Cantalejo su destitución como presidente del estamento arbitral. Junto a él, también han sido cesados Carlos Clos Gómez (responsable del VAR), Rubinos Pérez (adjunto a la presidencia) y los tres vicepresidentes del comité: Lizondo Cortés, González Vázquez y Lesma López.
Medina Cantalejo deja su cargo tras casi cuatro años al frente del CTA. Fue nombrado en 2021 por Luis Rubiales como relevo de Velasco Carballo, que dejó su puesto para incorporarse a UEFA. Durante este periodo, Medina impulsó una línea dura y directa, con especial énfasis en reducir lo que él mismo denominó los “penaltitos”, especialmente aquellos señalados tras la intervención del VAR. Pero también ha tenido que lidiar con uno de los mayores escándalos del arbitraje español: el Caso Negreira.
La investigación judicial sobre los pagos del FC Barcelona a José María Enríquez Negreira, que ejercía de vicepresidente del CTA durante los mandatos de Sánchez Arminio, colocó al colectivo arbitral en el centro de todas las miradas. Medina Cantalejo intentó mantener la calma institucional y defender la honorabilidad del estamento, pero el contexto le dejó sin margen de maniobra real.
A este complicado escenario se sumó el constante enfrentamiento con el Real Madrid, principal impulsor de su destitución. Desde el canal oficial del club blanco, RMTV, se han sucedido semana tras semana las críticas a la gestión de Medina y su equipo. Según fuentes próximas a la federación, Louzán intentó en su momento suavizar las tensiones, pero nunca logró encontrar un punto de entendimiento con el club de Chamartín. La ruptura era total.
La etapa de Medina también ha estado marcada por roces internos con varios colegiados. Algunos árbitros han reconocido que no les convencían sus formas, aunque destacaban su capacidad técnica. Bajo su mandato salieron del CTA árbitros de peso como Mateu Lahoz o Estrada Fernández, en episodios que reflejaron un deterioro evidente en la relación entre dirección y plantilla.
La decisión de Louzán no se queda en los nombres más visibles. La mayoría de los colaboradores directos del hasta ahora presidente también dejarán sus funciones. En su lugar se implantará una nueva estructura, con un modelo más empresarial: un CEO al frente, acompañado por un responsable deportivo. Se pretende un cambio profundo que afectará tanto al funcionamiento diario del comité como a la forma en la que se evalúan a los árbitros, se deciden ascensos y descensos y se estructura la formación desde la base hasta la élite.
Los árbitros de Primera y Segunda división, eso sí, seguirán siendo los mismos. El colectivo encargado de impartir justicia cada fin de semana no se verá alterado en cuanto a nombres, pero sí puede experimentar variaciones en los procedimientos y la gestión interna a partir de ahora.
El relevo estaba previsto para esta semana y ya es oficial: Luis Medina Cantalejo y el núcleo duro que ha gestionado el arbitraje español desde 2021 pasan a formar parte del pasado. Se abre una nueva etapa para el CTA, en un momento en el que la necesidad de credibilidad y reformas es más urgente que nunca.
