El RCD Espanyol ha dado un giro notable al ritmo del mercado de fichajes en los últimos días de junio. En un verano que se preveía especialmente exigente tras la finalización del curso anterior y la consiguiente salida de numerosos jugadores, la dirección deportiva que encabeza Fran Garagarza ha reaccionado con firmeza, cerrando varias operaciones clave y mostrando que la planificación avanzaba, aunque en silencio.

La jornada de este viernes ha sido especialmente significativa: el club anunciaba de forma oficial la continuidad de Carlos Romero, que seguirá una temporada más cedido por el Villarreal, y el fichaje definitivo de Roberto Fernández, que se convierte en jugador del Espanyol hasta 2031. Dos movimientos que confirman el cambio de paso de una dirección deportiva que, hasta ahora, había optado por una estrategia de contención a la espera de disponer de los recursos necesarios para actuar con margen en el mercado.
Roberto y Romero, dos piezas clave aseguradas
El regreso de Roberto Fernández era, sin duda, uno de los objetivos prioritarios. El delantero andaluz, autor de seis goles en apenas media temporada como cedido, se ganó el respaldo del cuerpo técnico y la admiración de la afición. El Espanyol ha abonado 6,2 millones de euros al Sporting de Braga por el 50% de sus derechos federativos, reservándose la posibilidad de adquirir el 50% restante en el futuro. Se trata de la primera inversión directa que realiza el club desde el verano de 2023, un hecho que simboliza la reapertura del mercado en condiciones económicas normales tras varias ventanas marcadas por la restricción.

En paralelo, Carlos Romero también seguirá formando parte de la plantilla blanquiazul. El lateral izquierdo valenciano, que la temporada pasada disputó 34 partidos y firmó dos goles, volverá a vestir la camiseta del Espanyol durante la 2025-26. La operación, nuevamente en forma de cesión sin opción de compra, se ha cerrado rápidamente pese al interés de otros clubes como Betis o Girona. El Villarreal, consciente del potencial del futbolista, ha ampliado su contrato hasta 2029 antes de formalizar su nuevo préstamo al conjunto perico.

Una reconstrucción profunda, planificada y contenida
Los movimientos de este viernes se suman a una lista de incorporaciones que ya incluye a Hugo Pérez, Miguel Rubio, Marcos Fernández, Marko Dmitrovic, Kike García y José Salinas. Garagarza, consciente del reto que suponía iniciar el verano con apenas 13 futbolistas con contrato en vigor, ha priorizado asegurar piezas estructurales del equipo antes de abordar operaciones más ambiciosas.

La dirección deportiva ha trabajado con discreción desde que finalizó la temporada, esperando a disponer de certezas económicas. Estas llegaron en forma de dos operaciones fundamentales: el ingreso de 25 millones de euros (más IPC) tras el pago de la cláusula de Joan García por parte del FC Barcelona, y la aprobación por parte de la Junta General de Accionistas de una ampliación de capital finalmente fijada en 32 millones de euros.
Con estos movimientos, el club ha recuperado la regla del 1:1 en el control económico de LaLiga, lo que permite operar en el mercado sin restricciones. No obstante, desde la cúpula se ha insistido en la necesidad de actuar con responsabilidad. “Siempre daremos pasos dentro de nuestras posibilidades. Lo que no haremos es generar hipotecas para el futuro”, subrayó hace unas semanas el CEO Mao Ye, en una declaración que marca la pauta de esta ventana de fichajes.
Lo inmediato y lo que está por venir
Hasta ahora, el Espanyol ha asegurado una base sólida sobre la que construir la plantilla. El objetivo de Garagarza ha sido doble: garantizar continuidad a jugadores importantes del último tramo de competición y dotar al equipo de fondo de armario. En las próximas semanas, el foco pasará a incorporar perfiles más específicos: un central diestro, dos centrocampistas —uno de ellos con recorrido y físico— y un extremo con capacidad de desequilibrio. Tampoco se descarta que el club intente, si las condiciones lo permiten, retener a Marash Kumbulla, aunque ese escenario requiere más tiempo.

La gestión realizada hasta ahora refleja una planificación cuidadosa, que prioriza la estabilidad financiera y la construcción progresiva de una plantilla que aspira a dar un paso adelante a nivel de competitividad. Garagarza ha optado por no agotar todo el presupuesto en este mercado y reservar margen para posibles refuerzos en el mercado invernal si las circunstancias lo exigen.
Con el mes de junio a punto de concluir, el Espanyol ha pasado de la inquietud generalizada a un escenario de mayor certidumbre. La reconstrucción de la plantilla está en marcha y, aunque aún quedan piezas por incorporar, el club ha demostrado que existe una hoja de ruta clara, sostenida por una estrategia financiera prudente y una dirección deportiva que más allá de otras consideraciones, está demostrando eficacia y rapidez. El desafío de la permanencia en Primera división sigue siendo enorme, pero el equipo empieza a armarse con la solidez necesaria para afrontarlo con garantías.
