El procedimiento judicial que investiga al ex jugador del RCD Espanyol Álvaro Aguado por presunta agresión sexual ha vivido este miércoles un nuevo episodio relevante. Dos testigos propuestas por la defensa del futbolista han declarado ante la jueza instructora, generando un notable malestar en la sala por el tono y el contenido de sus intervenciones. Ambas testigos han intentado desacreditar a la trabajadora del club que presentó la denuncia, lo que ha motivado la intervención directa de la magistrada para recordarles su obligación legal de decir la verdad.
Según han informado fuentes jurídicas, las dos jóvenes han mantenido una versión prácticamente idéntica de los hechos ocurridos en la noche del 23 de junio de 2024, durante la celebración del ascenso del Espanyol a Primera división en la discoteca Opium de Barcelona. Coincidencia que ha incluido incluso el uso de expresiones textuales como “vulnerable” para describir la situación de Aguado, lo que ha llevado a la jueza a advertirles sobre la obligación de no incurrir en falso testimonio.
Ambas testigos han asegurado que no conocían previamente a la denunciante, pero decidieron “controlarla” durante toda la noche al interpretar una supuesta mirada “desafiante” por su parte. En una sala con más de cien personas, afirman haber seguido sus movimientos y sostienen que fue ella quien se mostró insistente con el futbolista, bailando ante él y tocándole los hombros y las piernas. Estas declaraciones refuerzan la versión del propio Aguado, quien niega los hechos y asegura que las relaciones fueron consentidas.
Por su parte, la parte denunciante presentó como testigos a dos amigas de la trabajadora, quienes no se encontraban en la discoteca aquella noche, pero que han afirmado que esta les explicó lo sucedido apenas 24 horas después. Ambas han declarado que no indagaron en los detalles de los hechos en ese momento, ya que su prioridad fue atender el estado emocional de su amiga, quien se encontraba visiblemente afectada.
La denuncia fue interpuesta meses después de la noche de los hechos, lo que ha impedido recuperar las imágenes de las cámaras de seguridad del local. Asimismo, la discoteca Opium no activó el protocolo interno previsto para posibles agresiones sexuales, al no haberse notificado el incidente al personal del establecimiento en el momento en que presuntamente ocurrió.
Aguado, en una comparecencia anterior, confirmó que el club no tomó medidas disciplinarias en su contra. La investigación continúa abierta y se encuentra aún en fase de instrucción. Como ocurre en muchos casos de presuntos delitos sexuales en entornos privados, la resolución del caso dependerá en gran medida de las pruebas testimoniales y del análisis judicial de la credibilidad de las partes implicadas.
