La llegada de Ramón Terrats al Espanyol no es una incorporación cualquiera. En un verano marcado por la marcha de Joan García y por las expectativas generadas tras el aterrizaje del grupo de Alan Pace, su fichaje representa algo más que fútbol: representa identidad. En una extensa entrevista en el canal de Tiempo de Espanyol en Twitch, conducido por Javier de Haro, el centrocampista repasó su llegada al club de su vida, su vinculación emocional con la entidad y su deseo -no exento de respeto- de vestir el dorsal 21.
Terrats, socio desde la cuna, no escondió la ilusión que le haría lucir ese número tan simbólico: “Sería un orgullo por lo que representa el dorsal, lo que representaba Dani Jarque y lo que significa para la afición. Cuando estaba en la grada y veía jugadores con ese número, me imaginaba llevarlo algún día. Obviamente lo quiero, me considero uno más de la afición”.
No obstante, el futbolista fue claro al subrayar que la última palabra la tiene el club, que en los últimos años ha mantenido la norma de que el 21 debe estar reservado a futbolistas formados en la cantera: “El club está por encima de todo y el club decidirá. Hablé con Fran sobre el tema, pero entiendo que el club establezca alguna norma. Si lo tiene que llevar un canterano y yo no puedo, pues no pasa nada. Si fuese como en Inglaterra, yo el número lo retiraría”.
Lejos de adoptar una postura personalista, Terrats mostró comprensión absoluta hacia la filosofía del club: “No he pensado en ningún número más, pero creo que no se va a hacer, porque el club lleva tiempo haciendo las cosas muy bien y está trabajando para dárselo a chicos que están en La21. No me parece mal. Tiene que llevarlo gente que de verdad lo sienta: Pol Lozano, Omar o Javi Puado, por ejemplo. Lo que no quiero que pase es lo que ha sucedido estos últimos años, que el 21 se ha acabado yendo”.
Más allá del debate sobre dorsales, el centrocampista se mostró profundamente agradecido por la oportunidad de defender los colores del Espanyol. Confesó que su decisión de salir del Villarreal estuvo marcada por una cuestión de prioridades personales y deportivas: “No quería estar sentado escuchando el himno de la Champions en un sitio en el que no contaban conmigo”. Y añadió que su llegada ha sido una alegría compartida por toda su familia: “He crecido en Montjuïc, en la ciudad deportiva. No he jugado dentro porque no soy canterano, pero ahora salgo a la Dani Jarque y vienen niños a hacerse fotos conmigo, y antes era yo quien lo hacía”.
Con ese entorno familiar, es fácil entender sus palabras sobre la decisión de Joan García de marcharse al Barça, pese a decir que entiende “lo de Joan García”, afirma divertido que si lo hiciera él “no podría entrar en casa. Me desheredan. Además de que no existe una posibilidad real. Pero yo a Joan lo entiendo, para mí fue uno de los pilares de la temporada pasada y hay que tomar decisiones en la vida. Otros lo hubiésemos hecho de una manera diferente y siendo más discretos, pero hay que respetarlo porque en el campo se lo ha ganado”.
Con el inicio de LaLiga cada vez más cerca, Terrats reconoció estar deseando que llegue el momento de pisar Cornellà-El Prat como futbolista blanquiazul en partido oficial: “Cuando empiece LaLiga, en el estadio, esa será la realidad, cuando suene el himno. Me creo ya mi fichaje porque estoy con esta camiseta y defendiendo el escudo, es real, pero tengo ganas de lo de verdad”.
Durante la charla también hubo espacio para hablar de referentes. Uno de ellos, Gerard Moreno, dejó huella en él desde pequeño. De hecho, Terrats desveló que tiene pensada una celebración inspirada en el actual delantero del Villarreal en caso de marcar su primer gol como perico: “Tengo una cosa marcada de él, y en caso de que marque, quiero celebrarlo así”. No obstante, aunque admitió haber bromeado en su día con la posibilidad de reencontrarse con su excompañero, fue realista: “Siempre hacía la broma de: ‘Vámonos los dos’. Pero siempre de broma, porque lo suyo es irreal. Le quedan dos años de contrato y económicamente está fuera de las posiciones del club. Ahora mismo no lo veo. Ojalá viniese”.
En tiempos donde la palabra “sentimiento” ha perdido peso en el fútbol profesional, Ramón Terrats reivindica el valor de pertenecer. Su llegada, su discurso y su actitud conectan directamente con la grada. Porque si algo ha dejado claro es que no viene solo a jugar. Viene a formar parte del club de su vida.