Javi Puado ha arrancado la pretemporada en plenitud. Y no se trata únicamente de los goles o de su estado de forma física, que también. La verdadera noticia es que, con 27 años recién cumplidos, el delantero barcelonés está ejerciendo como lo que es: el primer capitán del Espanyol. Un rol que ha asumido con naturalidad, compromiso y una autoridad que va mucho más allá del brazalete.

Puado encarna ahora mismo el tipo de futbolista que necesita el club en esta nueva etapa: con recorrido, identificado con la camiseta, y preparado para liderar tanto dentro como fuera del terreno de juego. La apuesta del club por su renovación no fue casual. Había un componente deportivo evidente, pero también un mensaje claro: este Espanyol quiere construirse desde referentes que representen sus valores. Y Puado es uno de ellos.
Una pretemporada de líder
Ante el Southampton, en el tercer amistoso veraniego disputado en la Ciutat Esportiva Dani Jarque, Puado firmó un doblete. Abrió el marcador tras asistencia de Kike García y transformó un penalti provocado por el propio delantero de Motilla del Palancar. Más allá de la eficacia goleadora, lo verdaderamente reseñable fue su actitud: movilidad constante, entendimiento con los nuevos, esfuerzo sin balón y presencia en cada fase del juego.
Su lenguaje corporal habla por él. Se ofrece, manda, anima y corrige. Está implicado en la construcción del juego ofensivo, pero también baja a presionar y no duda en asumir responsabilidades en los momentos clave. Es el reflejo de un jugador que ha alcanzado una madurez competitiva plena.
Un discurso que marca diferencias
Pero lo de Puado no acaba cuando suena el pitido final. Ante los micrófonos, su mensaje fue tan claro como ambicioso, con una frase que marca el tono del nuevo liderazgo que ejerce: “Hemos de dar un paso importante en nuestra mentalidad como jugadores y aspirar a arriba”. Palabras que no salen por casualidad. Son el reflejo de alguien que ha entendido el momento y sabe que este Espanyol necesita referentes. Y él, que podría estar pensando en su futuro lejos de casa, está aquí, sumando, tirando del carro y hablando como lo haría un veterano.

No fue la única muestra de jerarquía: remarcó la importancia de seguir construyendo confianza e incluso en detalles como la gestión del penalti demostró madurez: “Estamos en pretemporada, se lo han hecho a Kike García y le he dicho si quería chutarlo… Yo soy el que los está chutando últimamente pero es cosa de confianza de todos. En estos partidos estamos para mejorar”. Pocas veces se ven gestos así en jugadores de ataque. En él, son ya una constante.
En todos los casos, incluso en el de la delicada situación de José Gragera, su discurso fue claro, equilibrado y sin polémicas innecesarias. Actuó como lo que es ahora mismo: la voz del vestuario.
Una figura clave para el nuevo proyecto
Puado parece haber encontrado ese equilibrio tan difícil de lograr: el de sentirse importante sin perder humildad, el de exigir sin dejar de sumar. Lleva años en el primer equipo, ha pasado por momentos duros, ha visto al club subir, bajar, tambalearse… Y ahora, con un nuevo proyecto en marcha y un entrenador que confía en él, está dispuesto a asumir el papel que muchos esperaban. Conoce el club, entiende a la afición y tiene el respeto absoluto del vestuario. Su palabra pesa, y eso se nota tanto en la relación con los más jóvenes como en la manera en que representa al grupo.
Un capitán que marca el camino
El ‘7’ del Espanyol está en ese punto exacto en el que el talento se encuentra con la experiencia. Ya no es el chaval de la cantera que desbordaba con descaro y pedía paso; ahora es uno de los referentes del proyecto. Y lo está demostrando tanto dentro como fuera del campo. El Espanyol ha perdido en los últimos años varias figuras simbólicas y referentes de peso. En ese contexto, la figura de Javi Puado se vuelve aún más necesaria. Por rendimiento, por identidad y por carácter. Lleva el brazalete, pero sobre todo lo ejerce. Su crecimiento ha sido constante, y ahora está preparado para liderar al equipo en una temporada que se presenta exigente y decisiva.

Hay futbolistas que destacan por su talento, y otros por su implicación. Puado reúne ambas cosas. Por eso el club apostó por él. Y por eso, en este arranque de pretemporada, su figura se consolida como uno de los pilares fundamentales sobre los que se quiere edificar el nuevo Espanyol. Es pronto para lanzar las campanas al vuelo, pero si alguien encarna ahora mismo el tipo de jugador que puede liderar al Espanyol en esta etapa de reconstrucción, ese es Javi Puado. Porque tiene gol, tiene fútbol… y, por fin, tiene galones.
