A falta de fichajes importantes y con una plantilla que todavía no es definitiva, Manolo González ya ha empezado a dejar su sello en el nuevo proyecto del Espanyol. Tras los cuatro primeros compromisos veraniegos ante Peralada, Girona, Southampton y Wolfsburg, el conjunto blanquiazul empieza a mostrar algunos de los rasgos que definen la propuesta de su entrenador, una propuesta que no está cerrada, pero que sí va dejando una línea de trabajo clara, basada en el orden, la intensidad y la flexibilidad táctica. Y aunque el modelo no está plenamente implantado, lo que se ha visto sobre el césped permite intuir hacia dónde quiere ir el equipo.
Manolo empieza a mover el tablero: primeras pruebas tácticas en el debut ante el Peralada
El arranque ante el Peralada fue un laboratorio. El míster probó cosas, movió piezas y hasta forzó situaciones que no hacían falta contra un rival tan modesto, pero que le servían como test para lo que vendrá. Se vio un 4-4-2 sin balón que se convertía en defensa de tres cuando el equipo atacaba, carrileros muy largos, interiores con libertad… y, sobre todo, una clara intención de que los jugadores entiendan varios registros. Edu Expósito y Pol Lozano, por ejemplo, fueron de los que más intervinieron entre líneas. Ahí ya se empezó a notar que esto no va de improvisar.
Manolo adapta el plan: el Espanyol cambia el guion y compite con madurez en la Copa Catalunya
Luego llegó la final de la Copa Catalunya ante el Girona. Partido más serio, más real. Y ahí, cambio total. El Espanyol bajó el bloque, se organizó para defender bien y trató de morder cuando robaba. El balón fue del Girona, pero las mejores ocasiones cayeron del lado blanquiazul. Aunque los penaltis acabaron dando el título a los rojiblancos, el equipo de Manolo dejó sensaciones muy buenas en cuanto a cómo supo adaptarse al ritmo del rival y protegerse sin desordenarse. Y eso, en julio, es casi oro.
El Espanyol sube una marcha: dominio, posesiones largas y un Puado desatado en la Dani Jarque
En la Dani Jarque, ante el Southampton, el guion volvió a cambiar. El Espanyol arrancó algo dormido, con poca profundidad, pero en la segunda parte el equipo se soltó. La entrada de Javi Puado lo cambió todo. Firmó un doblete y le dio al equipo esa chispa arriba que hasta entonces había faltado. Por primera vez en el verano, los blanquiazules encadenaron posesiones largas con sentido y generaron peligro real sin necesidad de correr al espacio. Otro paso adelante en la construcción del modelo.
El Espanyol firma su partido más completo: presión, control y madurez ante el Wolfsburg
Y luego llegó el partido que más sonrisas ha dejado: el 0-1 ante el Wolfsburg. Un Espanyol serio, competitivo, con presión alta durante media hora y sabiendo sufrir cuando tocó replegar. La defensa estuvo ordenada, sin errores graves, y el equipo mostró madurez en todos los sentidos. Roberto marcó de penalti, pero lo importante fue todo lo que se vio antes y después: intensidad, control de los tiempos y una estructura colectiva que empieza a funcionar. Esos son síntomas claros de que el trabajo del cuerpo técnico va calando.
La idea ya está: el Espanyol de Manolo empieza a tener forma y pinta bien
Lo mejor de todo es que esto solo acaba de empezar. Y, aun así, el Espanyol ya transmite cosas. Manolo quiere un equipo camaleónico, que presione cuando hay que presionar, que sepa tener el balón sin volverse loco, y que no sufra si le toca cederlo. Un equipo que se adapta, que trabaja como bloque y que empieza a dejar atrás los tics de los últimos años. El sistema es flexible, hay pruebas con distintos dibujos, y la plantilla -aunque aún incompleta- está respondiendo.
Ahora la pelota pasa a los despachos. El club sigue buscando refuerzos: un central que imponga, un extremo con desborde, y un par de centrocampistas (uno más físico que el otro). Fichajes que pueden marcar la diferencia y terminar de apuntalar lo que ya se intuye como un equipo serio.
El resumen, a día de hoy, es claro: el Espanyol de Manolo González empieza a tener una identidad. Y no es poca cosa. Queda mucho trabajo por delante, claro. Pero si el equipo sigue esta línea y llegan los refuerzos que se esperan, se puede construir algo bonito. El nuevo Espanyol de Manolo empieza a tomar forma, y aunque queda camino por recorrer, los primeros pasos invitan al optimismo.