Cambio de guion en el fútbol mundial. La FIFA ha decidido meter mano al sistema de cesiones y ponerle freno a uno de los atajos favoritos de los grandes holdings deportivos: los préstamos de futbolistas entre clubes con el mismo propietario. A partir de ahora, este tipo de movimientos estará mucho más controlado. Y sí, esto afecta al nuevo Espanyol, recién integrado en la estructura de Velocity Sports Limited, el conglomerado liderado por Alan Pace, que también controla al Burnley inglés.
El máximo organismo del fútbol mundial aprobaba en enero de 2025, a través de su Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores, una serie de limitaciones que afectan de lleno a este tipo de operaciones. En concreto, el artículo 10.6 establece que un club solo podrá ceder un máximo de seis jugadores por temporada y tener también un máximo de seis cedidos en plantilla.
El cambio no es menor. Como explica la circular 1796, el objetivo es garantizar que las cesiones sirvan para “formación y desarrollo”, evitando “prácticas excesivas y abusivas” que desvirtúan la competición. La FIFA quiere favorecer los contratos a largo plazo, limitar el acaparamiento de futbolistas y sobre todo acabar con los equipos satélite que funcionan como granjas de talento de sus ‘hermanos mayores’. ¿Ejemplos? El Chelsea, que la pasada temporada gestionó una plantilla que parecía una clase de Erasmus: más de 50 jugadores, de los cuales 21 salieron cedidos. O el City Group, con una red global que ha convertido el intercambio de futbolistas en un mecanismo habitual.
Y aquí es donde entra el Espanyol. Porque aunque el club blanquiazul aún está digiriendo su reciente cambio de propiedad, la realidad es que ya forma parte de un grupo que posee de momento dos clubes, y estas nuevas normas podrían limitar sus opciones a la hora de reforzarse a través del Burnley o futuras incorporaciones del ecosistema de Velocity. Lo que antes podía verse como una ventaja -tener “socios” en otras ligas para mover jugadores con facilidad-, ahora está bajo lupa.
Eso sí, hay excepciones. Las limitaciones no afectan a menores de 21 años ni a jugadores formados en la cantera del propio club, con lo cual la salida de jóvenes en busca de minutos seguirá siendo posible. Pero la filosofía de ‘préstamo fácil’ entre equipos hermanos se va a acabar. O al menos, se va a complicar mucho.
En España, de hecho, han pedido una moratoria de un año, hasta verano de 2026, para poder adaptar estas nuevas normas al Reglamento General. La RFEF lo justifica por motivos de calendario y tramitación administrativa: el Consejo Superior de Deportes no aprobará los cambios a tiempo, y no quieren “afectar de pleno la planificación deportiva de los clubes”.
Y mientras los grandes pueden esquivar las nuevas reglas con fórmulas como ventas con cláusulas de recompra, habituales en clubes como el Real Madrid, otros equipos más modestos podrían ver afectada la estructura que hasta ahora les permitía competir. Para el Espanyol, que lucha por rehacerse tras años convulsos y encara una nueva etapa con una propiedad ambiciosa pero todavía en construcción, este cambio de reglas puede condicionar su hoja de ruta, especialmente si Velocity apostaba por un modelo de cesiones internas como vía para fortalecer al club.