Cornellà empieza a encender motores. En apenas siete días, el RCDE Stadium vivirá un estreno de esos que exigen el máximo desde el minuto uno: el Espanyol recibirá al Atlético de Madrid el domingo 17 a las 21:30h para abrir la temporada 2025-26, y lo hará después de una pretemporada que, a falta de los últimos retoques en la plantilla, ha confirmado que el equipo de Manolo González está listo para competir de tú a tú.
El balance estival habla por sí solo: invicto, con partidos serios ante rivales de entidad y una sensación general de que la plantilla, pese a sus carencias, ha dado un salto respecto al curso pasado. El último amistoso, el viernes en St. James’ Park ante el Newcastle, sirvió para medir el pulso a un equipo que, aunque no terminó de despejar todas las dudas, dejó claro que no se arruga. Manolo González mantuvo la línea de una pretemporada marcada por el orden defensivo, la presión alta en fases del partido y un ataque que, aunque no es todavía demoledor, sí genera ocasiones con cierta continuidad.
El gran “pero” sigue estando en la sala de máquinas. Falta el famoso “jugador con pata” que Fran Garagarza describió como imprescindible para completar el puzle. Ese mediocentro defensivo que aporte físico, lectura táctica y presencia en el juego aéreo, funciones que el curso pasado desempeñaba Urko González de Zárate y que, a día de hoy, siguen huérfanas. Urko continúa en el radar por si la Real Sociedad decide cederlo de nuevo, y aunque Garagarza avisó que sería complicado cerrar un fichaje antes del debut, no se descarta que esta semana haya novedades.
Eso sí, en el Espanyol hay consenso en algo: lo que llegue debe mejorar lo que hay. “El club está haciendo lo posible por traer jugadores, sabemos que lo necesitamos pero hay que acertar, no hay que traer por traer, lo que venga ha de aportar muchísimo, hay mucha competencia y lo que venga ha de ser para mejorar”, apuntó Carlos Romero tras el amistoso en Newcastle. Un mensaje que resume bien la estrategia: pasos cortos, pero firmes.
A nivel institucional, Alan Pace sigue mostrándose muy presente. El nuevo propietario, a la espera de que la compra se haga oficial, estuvo en St. James’ Park viendo al equipo y, un día después, en el palco del Burnley – Lazio, acompañado por el CEO Mao Ye y el director deportivo Garagarza. El trío, que también compartió agenda en Inglaterra, tuvo tiempo para intercambiar impresiones sobre el último amistoso y sobre las piezas que aún faltan para que Manolo González disponga de un bloque competitivo de verdad.
Y mientras en el Espanyol se ajusta la maquinaria, el Atlético de Madrid llega al estreno con su propia hoja de ruta. Los de Simeone jugaron el sábado, 24 horas después de que lo hicieran los pericos, contra el mismo rival: el Newcastle. Y ahí sí hubo victoria rojiblanca (0-2), con goles de Julián Álvarez y Griezmann, que sirvieron de alivio tras una pretemporada algo irregular.
El once que presentó Simeone en St. James’ Park parece muy cercano al que se verá en Cornellà. Salió con un 4-2-3-1 en ataque, con cinco de sus seis fichajes como titulares: Hancko, Ruggeri, Cardoso, Baena y Almada. Baena actuó como mediapunta y Almada se situó en la izquierda, con Julián Álvarez como único punta. En la primera parte, el Atlético presionó alto para incomodar la salida de balón inglesa y generó peligro por la derecha con Marcos Llorente y Giuliano Simeone, aunque sin remates claros.
Lo que sí quedó claro es que el conjunto rojiblanco tiene pegada. En la segunda mitad, un contragolpe perfectamente ejecutado por Almada y Baena terminó en el gol de Julián Álvarez. Poco después, Musso asistió en largo a Sorloth, que cedió a Griezmann para el 0-2. Eficacia pura.
Pero el Atlético también mostró fisuras que el Espanyol podría explotar. Encajó demasiados centros laterales y sufrió en el juego aéreo, incluso con Hancko y Ruggeri sobre el campo. Joelinton, por ejemplo, tuvo un cabezazo franco que Oblak atrapó sin excesivo problema. Además, la presión alta que ejercen exige una enorme intensidad; si el Espanyol logra superarla en salida de balón, puede encontrar espacios a la espalda de sus laterales, sobre todo por el costado izquierdo.
El gran peligro, sin embargo, está en el talento de tres cuartos de campo hacia adelante. Griezmann, incluso entrando desde el banquillo, sigue siendo capaz de decidir un partido en un par de acciones. Almada aporta desborde y visión, Baena se asocia con calidad, y Julián Álvarez, aunque a veces se quede aislado, es letal cuando tiene la ocasión.
En resumen, la semana que empieza es decisiva para el Espanyol: preparar el plan para neutralizar la presión rojiblanca, tapar los huecos que puedan dejar sus laterales y, si el mercado lo permite, sumar ese mediocentro que permita a Manolo González dormir un poco más tranquilo. Porque la pretemporada ha dejado claro que este equipo puede competir… pero a partir del domingo 17 empieza la hora de la verdad. Aquí ya no hay margen para ensayos.
