La temporada que arranca esta noche llega con una novedad histórica para el colectivo arbitral. A partir de ahora, los árbitros de Primera división volverán a ser identificados por su nombre y primer apellido, tal y como ocurría antes de 1970, dejando atrás la norma que obligaba a citar siempre sus dos apellidos. Un cambio que llega acompañado de otra medida ya anunciada: su designación no se conocerá hasta 24 horas antes de cada partido, con el objetivo de reducir la presión y el debate mediático previo -directamente, es una medida contra los controvertidos reportajes de Real Madrid tv-.
La decisión, impulsada por el Comité Técnico de Árbitros (CTA) que preside Fran Soto, busca “humanizar a los colegiados” y acercarlos a la afición, siguiendo el modelo habitual en la mayoría de ligas europeas. En países como Italia, Inglaterra o Alemania, los árbitros son conocidos por su nombre y un solo apellido, y sus figuras han trascendido, como en su día ocurrió con Pierluigi Collina, sin necesidad de citar una doble denominación.
En España, sin embargo, esta práctica se mantenía inalterable desde diciembre de 1970, y su origen estaba directamente vinculado a la dictadura franquista. La aparición del joven colegiado murciano Ángel Franco en la máxima categoría generó incomodidad en el régimen, que temía que los gritos de protesta contra sus decisiones en los estadios (“Franco, no vales para nada” o “Franco, cabrón”) se interpretaran como ataques directos al jefe del Estado. La solución fue imponer que todos los árbitros fueran mencionados por sus dos apellidos, una costumbre que ha perdurado durante más de medio siglo.
Ahora, más de 50 años después, el CTA pone fin a esta norma y actualiza la manera en la que se presentará a los 20 árbitros de Primera División, que desde ya quedarán así:
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Jesús Gil (antes Gil Manzano)
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César Soto (antes Soto Grado)
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Mateo Busquets (antes Busquets Ferrer)
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Javier Alberola (antes Alberola Rojas)
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Ricardo de Burgos (antes de Burgos Bengoetxea)
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Alejandro José Hernández (antes Hernández Hernández)
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Alejandro Muñiz (antes Muñiz Ruiz)
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José Luis Munuera (antes Munuera Montero)
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José María Sánchez (antes Sánchez Martínez)
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Adrián Cordero (antes Cordero Vega)
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Guillermo Cuadra (antes Cuadra Fernández)
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Isidro Díaz de Mera (antes Díaz de Mera Escuderos)
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Iosu Galech (antes Galech Apezteguía)
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Víctor García (antes García Verdura)
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José Luis Guzmán (antes Guzmán Mansilla)
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Francisco Hernández (antes Hernández Maeso)
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Juan Martínez (antes Martínez Munuera)
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Miguel Ángel Ortiz (antes Ortiz Arias)
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Alejandro Quintero (antes Quintero González)
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Miguel Sesma (antes Sesma Espinosa)
De esta forma, el arbitraje español da un paso hacia la normalización y se alinea con el estándar internacional, dejando atrás una imposición heredada del franquismo que, hasta hoy, seguía marcando la identidad pública de sus colegiados.