El Espanyol B cerró su pretemporada con derrota (0-2) ante un Nàstic de Tarragona que demostró tener una marcha más y, sobre todo, mucha más pegada en los momentos clave. El filial perico tuvo sus opciones, especialmente en la primera parte, pero una jugada embarullada y un penalti en la reanudación acabaron decantando la balanza del lado grana.
El inicio fue prometedor para los de Raúl Jardiel. El plan era claro: robar y salir rápido. Y durante media hora lo ejecutaron bastante bien. Lluc Castell estuvo muy cerca de inaugurar el marcador en dos ocasiones, pero se topó con Dani Rebollo, que respondió con solvencia. Fue un aviso serio de que el Espanyol B no iba a regalar nada.
El Nàstic, eso sí, también dio señales de vida. Primero con un saque de esquina que generó inquietud y, más tarde, con un disparo desde la frontal que obligó a Llorenç a sacar una gran mano. El tramo final del primer acto fue suyo: dominaba más el territorio y al filial ya le costaba salir con claridad.
La segunda parte cambió el guion. Los grana ajustaron mejor sus piezas, taparon las transiciones pericas y en el 54’ encontraron el premio. Una acción embarullada dentro del área acabó con Marc Montalvo empujando el balón a la red. El 0-1 cayó como un jarro de agua fría en la Dani Jarque, y diez minutos más tarde llegó la sentencia: Álex Jiménez, desde el punto de penalti, firmó el 0-2.
El Espanyol B lo intentó hasta el final, con insistencia y alguna ocasión a balón parado, pero el Nàstic se mostró sólido, apenas concedió espacios y cerró el partido con oficio. Incluso hubo tiempo para ver el debut de Almpanis, el último fichaje grana, que disputó los últimos minutos.
Para el Espanyol B, derrota en el último test veraniego, pero con lecturas positivas de cara al inicio de competición. Para el Nàstic, victoria y buenas sensaciones antes de empezar la Primera RFEF, que es donde de verdad se pondrá a prueba la solidez mostrada en Sant Adrià.
