Una vez conseguida la incorporación de Clemens Riedel para el puesto de central, el Espanyol continúa teniendo deberes por hacer en clave mercado de fichajes en el centro del campo. Y aquí hay dos nombres que siguen sonando por encima del resto: Guido Rodríguez y Urko González de Zárate.
En el caso de Guido, se sigue pendiente de poder tirar adelante operación que pasaría en principio por una cesión desde el West Ham con opción de compra. El freno está en Inglaterra, y en la competencia existente en España: por un lado, se ha publicado que los londinenses no dejarán salir al argentino mientras no cierren al sustituto, Hayden Hackney del Middlesbrough.
El Betis, por su parte, también tiene en la mesa la posibilidad de recuperarlo tras su traumática salida en verano de 2024, pero su prioridad ahora mismo está en la delantera y tiene un nombre: Antony. Hasta que no se resuelva la negociación con el Manchester United, en Heliópolis no sabrán cuánto margen tienen para atacar la vuelta de Guido. El entorno familiar del mediocentro apuesta por regresar a Sevilla, pero el jugador no descarta el Espanyol, donde sería pieza clave en un año de Mundial, con el objetivo de volver al radar de Scaloni. Las cartas están sobre la mesa y ahora falta ver quién mueve ficha primero: el West Ham con Hackney, el Betis con Antony… o el Espanyol.
Por otro lado, el club perico no le quita ojo a la situación de Urko González de Zárate. El centrocampista vitoriano, que el curso pasado se ganó a pulso el cariño de la afición blanquiazul y la confianza total de Manolo González, sigue sin tener un papel claro en la Real Sociedad, y eso mantiene viva la esperanza en Cornellà. El propio técnico perico suspira por su retorno, consciente de lo que el jugador puede aportar en el centro del campo.
El escenario, sin embargo, depende directamente del mercado en Donosti. La Real sigue dándole vueltas a la incorporación de un centrocampista más, con Yangel Herrera como gran objetivo. Sergio Francisco lo dejó caer antes de medirse al Espanyol: “Siento ahora que tanto Pablo Marín como Turrientes han dado un paso adelante en cuanto a energía y agresividad. Ahora les veo diferentes. Está claro que el mercado sigue abierto, pero ya hay ganas de que se cierre para tenerlo todo cerrado y mirar sólo hacia delante”. Y es que si finalmente aterriza Herrera en Anoeta, las puertas podrían abrirse para la salida de Urko. Sin embargo, otra operación está retrasando este movimiento: el club vasco pretendía rebajar el coste de la operación enviando a Montilivi a Umar Sadiq, pero el delantero nigeriano sólo acepta marchar al Valencia cedido.
Urko, que sigue a la espera de que todo se desencalle, ya sabe lo que es sentirse importante en el RCDE Stadium. Llegó cedido en enero tras varios intentos fallidos, y su rendimiento fue inmediato: indiscutible para Manolo González, pieza clave en la permanencia, y despedido entre ovaciones por una grada que reconoció su compromiso. No es casual que en el Espanyol, incluso antes de acabar la temporada, se intentara mover cielo y tierra para prolongar su estancia.
El regreso a la Real no ha sido fácil. Sergio le ha dado galones a Gorrotxategi y, en su ausencia, ha apostado por Turrientes. Urko, que incluso se quedó fuera del once en Mestalla y no tuvo ni un minuto ante el Espanyol este último domingo, vuelve a encontrarse en esa encrucijada: luchar por un hueco en una plantilla con mucha competencia, o dar el paso de volver a un Espanyol donde tendría minutos asegurados y un rol protagonista.
El jugador, por su parte, no ha ocultado lo que significó vestir de blanquiazul: “En el Espanyol cogí experiencia, porque lo jugué casi todo. Creo que lo hice bien y que mejoré en muchas cosas, sobre todo en el tema de la presión: allí defendíamos mucho, nos exigíamos mucho, y creo que algo mejoré en eso. El Espanyol me lo dio todo cuando más lo necesitaba”. Al mismo tiempo, también marcó cuál era su hoja de ruta: “Ahora tengo muchas ganas de empezar de nuevo con la Real y de seguir progresando. Quiero dar ese salto definitivo para poder quedarme aquí”.
Su voluntad inicial era triunfar en Anoeta, pero la falta de oportunidades reales y el interés firme del Espanyol podrían acabar inclinando la balanza. Hoy mismo podrían producirse movimientos en Donosti que aclaren su futuro. Y si algo tiene claro el entorno del jugador es que, si hay que salir, la primera opción será regresar a Cornellà.




