El RCD Espanyol está viviendo un inicio de temporada que invita al optimismo. Si hace apenas unos meses el equipo se agarraba a la salvación con uñas y dientes, ahora el panorama es completamente distinto: 7 puntos de 9, invicto, con dos victorias de prestigio en casa y una sensación de solidez que no se veía desde hace tiempo. Se nota que este Espanyol ya no rifa la pelota, tiene otra calma, y esa percepción no puede resumir mejor lo que pasa en Cornellà.
Carlos Romero decide ante Osasuna y el banquillo marca diferencias
La victoria ante Osasuna fue el último botón de muestra. No fue un partido sencillo: Budimir asustó, Lisci planteó un duelo de mucho contacto y el club rojillo acabó teniendo fases de dominio. Pero el Espanyol aguantó, compitió y se llevó los tres puntos con un solitario gol de Carlos Romero. El detalle está en cómo: equipo serio, consciente de lo que hacía y con un banquillo que dio soluciones. El fondo de armario es ahora un recurso válido, al ver cómo entraban Roberto, Urko o Koleosho desde el banquillo. Y es que, por primera vez en mucho tiempo, Manolo González puede elegir y adaptar en lugar de improvisar.

Un Espanyol con coherencia desde el banquillo
En lo deportivo, la evolución es clara. El año pasado el equipo vivía de las transiciones, y ahora sabe tener pausa. Dolan, por ejemplo, ha caído de pie: corre, amenaza y defiende. Y en LaLiga, ya se sabe, si los extremos no ayudan atrás no tienen sitio. Koleosho, en cambio, todavía necesita tiempo, porque se la juega demasiado y no siempre ayuda en defensa, pero Manolo le apretará. El técnico, además, acertó de lleno en su guion: de inicio, Kike García para un partido de duelos; con el marcador a favor, Roberto para castigar a campo abierto; y cuando Osasuna puso más pólvora, un tercer central para cerrar. Todo muy coherente.

Fran Garagarza completa un mercado de fichajes de 14 refuerzos sin sobresaltos
Pero no todo es balón. El club también respira tranquilidad fuera del césped. El cambio de propiedad ha devuelto ilusión, la masa social responde -casi 30.000 personas en el último partido, un ambientazo- y lo mejor: el mercado se cerró con los deberes hechos. Nada de apurar al límite, nada de fichajes de saldo. Catorce refuerzos bien elegidos por Fran Garagarza y un proyecto que transmite estabilidad. Un lujo para un Espanyol que tantas veces ha llegado al día en que baja la persiana con los nervios de punta.

Alan Pace se deja ver en el palco y el relevo de Rastar se acerca
Y queda lo institucional. El relevo de Rastar está al caer, Alan Pace ya se dejó ver en el palco y la afición espera que el cambio se haga efectivo cuanto antes. Si algo faltaba para completar el buen momento era ese paso final, que parece cada vez más cerca.

Un Espanyol estable, con ilusión y mirando ya al Mallorca
En resumen: equipo que gana y compite, grada entregada, fichajes cerrados a tiempo y un futuro en el que, al fin, se habla más de fútbol que de incendios. El Espanyol vive un arranque de temporada que, sin ser definitivo, huele a ilusión. Y con la pausa de selecciones por delante, ya se empieza a contar los días para recibir al Mallorca en Cornellà. Porque ahora, sí, este Espanyol pide más.
