El caso de los insultos racistas a Iñaki Williams en Cornellà-El Prat en 2020 ya tiene sentencia. Este miércoles, en la Audiencia de Barcelona, un aficionado del Espanyol ha aceptado un año de cárcel y dos sin poder entrar a un campo de fútbol por aquellos hechos ocurridos en un partido de Liga ante el Athletic Club.
El acusado, identificado como K.G.B., reconoció su culpa y llegó a un acuerdo con la Fiscalía y con LaLiga -que se había personado como acusación en el proceso-. Al final, la condena se queda en un año de prisión y una multa de 1.086 euros por un delito de incitación al odio. De entrada, el fiscal pedía dos años de cárcel, pero el pacto ha rebajado la pena.
Los insultos ocurrieron en enero de 2020, cuando Williams fue sustituido en el RCDE Stadium y una parte de la grada la emprendió con gritos y gestos racistas. Aquella misma tarde, el delantero rojiblanco ya denunció públicamente lo sucedido. El fallo, más allá de la multa o la pena de cárcel, incluye también la prohibición de acceder a recintos deportivos durante dos años. Es decir, el acusado no podrá entrar a ningún estadio en ese tiempo.
Hay que recordar que la entidad blanquiazul ya se desmarcó de inmediato de lo ocurrido hace cuatro años. El Espanyol condenó aquellos insultos en su día y colaboró en la investigación, que ahora llega a su fin con este castigo.
