El viernes fue noche de bombazo en el Carlos Belmonte. Rafa Bauza, el chaval cedido por el Espanyol al Mirandés, firmó un golazo de esos que levantan al equipo y te cambian el partido de golpe. Apenas habían pasado siete minutos cuando el mallorquín cazó el balón en la frontal, cargó la zurda y la puso donde más duele: a la escuadra izquierda de Mariño, que con tanto tráfico delante apenas reaccionó. La tocó tarde, se le coló, y el Mirandés ya mandaba 0-1.
El conjunto jabato, cada vez que pasaba de medio campo, amenazaba con hacer sangre. Y lo hizo: Carlos Fernández, Petit y Pablo López completaron la faena para dejar el marcador en un contundente 1-4. Ni siquiera el gol de Escriche, que encendía una mínima esperanza local, duró mucho. Para colmo, la expulsión de Jon García terminó por hundir a los manchegos.
En clave perica, la buena noticia es la actuación de Bauza. Su actuación fue un no parar. Estuvo en todas, apareció en cada rincón del campo y dejó claro que no solo mete goles, también sabe mover al equipo.
Os recordamos que cada semana en La Grada repasamos uno por uno a los ocho jugadores que el Espanyol tiene repartidos en distintas cesiones, pero este viernes el protagonista absoluto fue él, Bauza, y un zurdazo con sello perico para abrir el camino de la victoria del Mirandés.