El portero serbio Marko Dmitrovic fue protagonista este sábado en el programa Tot Gira de Catalunya Ràdio. En una entrevista amplia, el guardameta repasó su llegada al Espanyol, su pasado en Sevilla, su especial relación con Mendilibar y Kike García, y también lo que supone ocupar una portería que hasta hace poco defendía Joan García. Con un discurso sincero y sin esconder nada, Dmitrovic dejó titulares en todos los frentes.
Una adaptación rápida al Espanyol
El meta no tardó en dejar clara su buena sintonía con el club: “Muy contento en el Espanyol, la primera impresión es muy positiva, la adaptación ha sido rápida”.
Además, recordó uno de los momentos curiosos de su carrera, cuando llegó a marcarle un penalti a Jan Oblak, y si existe alguna opción de que tire alguno con la camiseta perica: “No, es muy temprano. Aquí tenemos buenos lanzadores. Al final… Nunca se sabe. Hay que estar preparado para todo. No es mi parcela, no es mi trabajo, pero bueno… Si un día toca, estoy preparado”.
Una vida de sacrificio desde joven
El guardameta habló de sus orígenes en Serbia, de su paso del pueblo natal a la gran ciudad para perseguir su sueño: “Bueno, no muy joven, con 15 años. Con 15 años tuve que ir al equipo de mi vida, Estrella Roja. Así que nada, muy temprano me fui de casa y ya son varios años fuera de casa. Al final yo tenía decidido qué quería en mi vida. Siempre me gustaba el fútbol, quería ser futbolista profesional, que es una apuesta muy grande. Yo he visto, y seguro que vosotros aquí en España, mucha gente con un talento brutal, con 15, 16 años, que ya con 19 no juega a fútbol. Así que no es solo de talento, de calidad, hay muchas más cosas dentro, de sacrificio, de mentalidad, de trabajo. Así que yo tenía decidido. Tuve un camino largo y duro, al final nunca dejé de creer, de trabajar, y al final se colocó todo bien. Estoy muy contento con todo lo que he conseguido, con lo que me queda por conseguir. De momento estoy más feliz por mí mismo, porque disfruto día a día, y eso yo creo que es lo más importante en la vida, ser feliz y disfrutar día a día. Claro que cada uno de nosotros tuvo altos y bajos durante nuestra vida personal y profesional, pero eso todo sirve para crear a la persona y al profesional que somos ahora mismo”.
Mendilibar y Kike García, dos referentes personales
Dmitrovic recordó su paso por Eibar y la suerte de haber coincidido allí con dos personas muy importantes para él: “Sí, bueno, tuve gran suerte de reencontrarme primero con Mendilibar en Sevilla y ahora con Kike García. Que son, hablando fuera de fútbol, que de futbolistas y de cómo Mendilibar, como entrenador, sabemos de sobra cómo son, al final son dos personas que a mí me impactaron mucho como personas y en la vida privada hablamos mucho y nos llevamos muy bien. Estoy muy agradecido de poder tenerlos dos veces en mi vida como compañeros de trabajo, porque como amigos los tengo para toda la vida. Kike es un currante y un ejemplo para todos, cómo hay que enfrentar cosas en el fútbol, en la vida, y que con entrega, con la lucha y con, primero, ser realista y partiendo de eso, ser un currante y optimista, puedes lograr cosas en el fútbol”.
Sobre Mendilibar, se deshizo en elogios: “Sí, pues no te voy a engañar que así fue el entrenador que más me impactó en mi carrera, que tengo yo una especial relación con él. Llevamos hablando, no a día a día, pero seguimos en contacto, cada poco hablamos de… cada vez menos de fútbol, más hablamos de la familia, porque ya nos conocemos como personas, pero es inevitable que no hablemos de fútbol. Somos dos caracteres muy duros, yo y él, cada uno tiene una opinión suya, pero en común nos llevamos genial. Y, si te digo, el entrenador que me dio oportunidad desde el día uno en Primera. Yo llegué a Eibar con ganas de jugar en Primera, pero no imaginaba que iba a jugar desde el día uno. Hice buena pretemporada. Bueno, él apostó por mí desde el día uno, jugué cuatro años seguidos con él y fue un periodo maravilloso que pasé en Eibar”.
Y reconoció también sus broncas: “Bueno, sí, sí. Y, sobre todo, te digo que Kike y yo nos llevábamos muchas… la mayoría de las broncas nos las llevábamos nosotros. Todo el mundo sabía que nos valoraba bien como jugadores y personas. Y no éramos fijos, pero, joder, jugábamos bastante con él. Y él no se casa con nadie. En esa manera quería demostrar a toda la gente que, aunque dos jugadores principales del once, los que juegan, pues se llevan más broncas. Sea culpa de quien sea, bronca nos llevábamos Kike y yo. Imagínate cuando lo liábamos nosotros la bronca que nos llevábamos. Buenas broncas nos llevábamos”.
Su etapa en Sevilla y la sombra de Bono
El portero analizó con sinceridad su paso por Nervión: “Sí, bueno, demasiadas cosas en tres años. Al final recuerdo muchas cosas positivas de la época en Sevilla. Claro, al final, el último año ha sido muy difícil para mí a nivel personal y profesional. Optamos que era lo mejor para todos, para que yo saliera del club y buscara otro equipo. Yo conocía a Bono, pero en un año lo que mejoró antes de mi llegada en Sevilla fue brutal. Se hizo uno de los mejores porteros del mundo y al final yo estaba cabreado por no jugar. Pero no podía, él estaba mejor cada semana, cada semana, y, joder, a mí en ese momento, sí, no te voy a engañar, me frustraba. Pero ahora mismo quiero destacar que siempre tuvimos una relación muy especial, muy estrecha. Es una de las mejores personas que he conocido en fútbol, un tío muy noble y un portero que se hizo top mundial, que lleva seis, siete años a nivel mundial. Y yo te digo que al final aprendí mucho con él. Sí que me costaba aceptar el segundo rol, porque yo quería jugar todos los partidos, pero, joder, te digo que ahora mismo estaba por delante y era imposible jugar”.
El recuerdo del Leganés y el penalti del partido Espanyol -Las Palmas
Sobre aquel duelo que marcó el descenso pepinero, que al final se decidió por el triunfo del Espanyol ante la UD Las Palmas, Dmitrovic fue directo: “Bueno, no te voy a engañar, que ya nos pusimos, creo que, 3-0 en el minuto 20 y estábamos más pendientes de la gente del banquillo que veía partidos. Nos daban la información desde el banquillo. Al final hubo un falso aviso de la afición, que alguien empezó a celebrar y nosotros ya medio celebrando, pensando que Las Palmas adelantó, claro, mirando al banquillo y nadie nos decía nada. Así que fue un caso raro, pues un chico que quiso protagonismo por una falsa noticia y nada. Pero no te voy a engañar, que estábamos más pendientes del banquillo, que sabíamos que nosotros teníamos que hacer nuestro deber, que era ganar. Íbamos ganando 3-0, dominando partidos, y estábamos ya más escuchando cosas de fuera, que sabíamos que el Espanyol, yendo 0-0 al descanso y sabiendo nuestro resultado, se iba a poner un poco de presión. Tú sabes, cuando ya tienes obligación de ganar, a veces no salen las cosas, y bueno, fue penal o penaltito, depende de cómo lo tomamos. No lo he hablado con Puado. De verdad, no hablé, pero ya es pasado. Para mí es penaltito, pero bueno. Si no fuera por ese penaltito yo no estaría aquí. Claro, es lo que te voy a decir. Pues algo bien hice a pesar del descenso y nada, luego ya llegó la llamada del Espanyol, nos pusimos de acuerdo muy rápido y de momento te voy a decir que he acertado al 100 %”.
Joan García, la portería y el derbi
Respecto a ocupar el lugar que dejó Joan García, Dmitrovic fue claro: “A mí no me impactó mucho. Joan ha sido el mejor portero de la pasada campaña, sin ninguna duda. Tenía una cláusula en contrato, decidió pagarla, ejecutar la cláusula. Se ganó con eso decidir dónde quería ir. Yo he dicho muchas veces que no vengo aquí como recambio de Joan, yo vengo como Marco para aportar todo lo que depende de mí. Desde mi parcela voy a ayudar en todo lo que pueda. Claramente sabemos cómo funciona el fútbol y la vida hoy. Cuando salga un partido malo, todo el mundo va a hablar no solo de Joan, sino de todos los jugadores que han jugado antes aquí. Eso es así. Cuando se pierde, cuando se comete un error, nos acordamos de los del pasado; cuando se gana, somos los mejores del mundo. Yo disfruto mucho, aporto todo lo que puedo, me estoy encontrando muy bien. También quiero decir, ya entiendo el trauma de los pericos, pero gracias a esa cláusula se hizo un mercado de momento muy bueno para el club, que puede aportar mucha estabilidad. Se firmaron jugadores para larga duración, gente con talento, presente y con futuro. Así que, incluso gracias a esos 25 millones, o más o menos, no sé cuánto, yo sé por la prensa, se pudo hacer un buen mercado y se puede consolidar el equipo en Primera División. No sé si va a ser, pero seguro que es un buen colchón para el club”.
Sobre el derbi, y si espera con ganas enfrentarse a Joan, dejaba esta reflexión: “A él no, al Barcelona sí, que es un derbi. Yo me enfrenté muchas veces al Barcelona como rival, pero nunca en un derbi local, un derbi de la ciudad. Al final también voy a enfrentar a Joan, pero a Joan me da igual si juega en Barça, Espanyol o si está en el Borussia Dortmund. Como portero, si le enfrento, igual. Pero va a ser un derbi distinto. Bueno, enfrentar al Barcelona es diferente para mí, porque será un derbi de la ciudad, ambiente más bonito, y al final con ganas de que venga ese partido. Pero de verdad disfruto cada partido en el Espanyol, sea en casa, sobre todo en casa, también fuera. Disfruto mucho estar en ese ambiente día a día con mis compañeros en este club. De verdad, disfruto mucho. Dos partidos que llevo aquí hemos ganado los dos y el ambiente ha sido espectacular. Jugando aquí de visitante muchas veces se sufría, porque la gente aprieta mucho, y es una maravilla jugar aquí de local. Tengo marcado ese partido, pero mi primer partido marcado es Mallorca, así que queda mucho hasta enfrentar al Barcelona. Pero bueno, será un partido especial y muy bonito”.
Competencia sana en la portería
El serbio también habló de sus compañeros de posición, en especial de Ángel Fortuño: “Muy buen portero, muy buen chaval, también Pol Tristán. Los dos, los tres hacemos una competencia muy sana. Yo aquí, desde mi parcela, siendo más veterano que ellos, ellos con muchas ganas, con mucha hambre, lo que es normal de ser tan joven. Pues yo siempre ayudo desde mi punto de vista, cosas que después de tanta experiencia, tanta trayectoria en fútbol, yo les puedo ayudar, que tienen que mejorar, que sigan trabajando bien. Al final cada uno pelea por lo suyo, cada uno de los tres quiere jugar, todo es lo normal, y tiene que ser así. Pero tenemos una competencia muy sana, son los dos muy grandes promesas del club. Ángel ya estuvo de tercer portero el año pasado, pues está siendo genial, entrena muy bien, está muy metido. También te digo, los dos son chavales con mucha hambre, buena mentalidad, lo que quieran. Me preguntan, les ayudo. Cada uno es un poco distinto como portero, como persona en su forma, cada uno tiene sus virtudes y debilidades, pero trabajan bien y si siguen así, seguro que tienen un buen futuro”.
Las broncas de Manolo González
Para acabar, comparó el carácter de Manolo con el de Mendilibar: “Bueno, son iguales, tienen carácter también. Son muy parecidos, a la hora de trabajar tienen un carácter muy duro y tienen que ser ellos, tienen que ser el comandante, los capitanes del barco. Y no sé, Manolo no se casa con nadie, y así me gusta. Seas veterano, joven, le da igual quién juega, tiene que ser el que cumpla lo que él quiere de cada jugador en el campo. Así que da igual cómo te llames, qué edad tengas, él juega el que cree que le va a ayudar para ganar el partido. Y nada, fuera del campo es una persona maravillosa, muy cercana, te gana mucho con esa cercanía. Pero luego, pisando el verde, se transforma en un comandante, lo que a mí me gusta, así tiene que ser. Al final él es quien manda, él es la persona con autoridad, y así tiene que ser. Le tenemos todos mucho cariño. Muchas veces nos enfadamos con broncas que nos comemos, pero todo eso sirve para que estemos mejor cuando llegue el partido y que mejoremos en todos los aspectos día a día”.