El regreso de Sergi Darder al RCDE Stadium con la camiseta del Mallorca no pasó desapercibido. Aunque ya había pasado tiempo desde su controvertida salida del Espanyol, el recibimiento del pasado lunes dejó claro que las heridas siguen abiertas. A los silbidos de buena parte del estadio se sumaron cánticos insultantes que ahora han acabado en el informe semanal de denuncias que LaLiga remite a Competición y a la Comisión Antiviolencia.
Según el documento, en el minuto 44 un grupo de aficionados ubicados en Gol Cornellà entonó de forma coordinada durante unos 18 segundos el cántico “Sergi Darder, hijo de puta”. El resto del estadio, eso sí, mantuvo un comportamiento correcto, como subraya el propio informe.
El club reaccionó de inmediato. Apenas terminado el cántico, los videomarcadores del RCDE Stadium mostraron mensajes en catalán y castellano recordando que la legislación vigente prohíbe y sanciona los insultos, así como cualquier comportamiento violento, racista o intolerante. LaLiga, a través de su plataforma LALIGAVS, lleva años recopilando este tipo de incidentes con el objetivo de erradicar la violencia en los estadios. Los cánticos ofensivos aparecen recogidos como conductas sancionables tanto en el Código Disciplinario de la RFEF como en la Ley contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte.
Más allá de lo administrativo, el episodio vuelve a poner en evidencia que la figura de Sergi Darder sigue dividiendo a la grada perica. Para algunos, el de Artà fue durante años el gran referente del equipo; para otros, su salida rumbo al Mallorca supuso una traición imperdonable. Lo cierto es que cada reencuentro vuelve a reabrir un debate que parecía enfriado, pero que aún tiene cuerda para rato.
