El calendario ha querido que la jornada 7 de LaLiga EA Sports 25-26 se abra con un partido caliente: Girona – Espanyol en Montilivi. No es un partido más. Para la afición perica, ese estadio sigue siendo sinónimo de un recuerdo amargo: el 4-1 de la pasada temporada, un resultado que escoció muchísimo. Aquella tarde, el equipo de Manolo González tocó fondo, pero a la vez encontró un punto de rebeldía. Tanto el técnico como varios jugadores lo han repetido muchas veces: ese golpe fue un antes y un después para el vestuario, la chispa que encendió el camino hacia la permanencia.
Este viernes, la visita vuelve cargada de simbolismo. No solo por la rivalidad vecina, que en los últimos años se ha ido calentando, sino también porque el Espanyol tiene en su mano ajustar cuentas y reafirmar que aquel doloroso tropiezo ya forma parte del pasado.
El Girona, en busca de su primera victoria
El Girona de Míchel llega tocado. A pesar de que en San Mamés arañaron un punto (1-1), lo cierto es que el equipo sigue sin ganar tras seis jornadas disputadas. La desesperación empieza a asomar entre su afición, que no entiende cómo un bloque que hace poco peleaba por Europa se ha quedado sin respuestas en este arranque.
En Bilbao, Ounahi adelantó a los gerundenses muy pronto con un remate ajustado, pero el equipo se desinfló tras el descanso. El Athletic empató con Jauregizar y luego pudo remontar, de no ser por un Gazzaniga que sostuvo a los suyos con paradas salvadoras pese a que también tuvo algunas acciones que demostraron inseguridad.
La sensación es clara: el Girona no está muerto, pero sí muy tocado. Falta confianza, sobra nerviosismo y la sombra de la zona baja empieza a pesar.
Rivalidad creciente en los últimos años
El duelo Girona – Espanyol se ha ido cargando de tensión en la última década. El hecho de compartir proximidad geográfica convierte cada enfrentamiento en un mini-derbi, con gradas entregadas y una rivalidad que ya no es solo deportiva. El recuerdo del último 4-1 en Montilivi está muy presente, igual que otros partidos duros en los que el factor emocional pesó más que el fútbol.
Esta vez, con el Girona necesitado y el Espanyol con ganas de revancha, el ambiente promete ser de máxima intensidad. No será un partido cualquiera: hay orgullo, memoria y un toque de justicia pendiente.
El derbi no es especial para Míchel
Míchel valoraba ayer la previa de este Girona – Espanyol en Montilivi. El técnico rojiblanco habló del estado de su plantilla, del peligro de los blanquiazules en transición, del plan para recuperar la posesión y de la importancia de la afición para revertir la mala dinámica.
Aunque el ambiente habla de derbi catalán, el entrenador quiso desdramatizar: “Para mí es un partido más, sé que ya hay mucha repercusión, pero es un partido importante, como todos, y necesitan dar la mejor versión. No he hablado de un derbi, he hablado de cómo está el Espanyol ahora mismo, y cómo pueden hacer daño, y las cosas positivas que tienen, que ahora mismo son muchas, ser capaces de contrarrestarlas. Y ya está, no he hablado de un derbi, de un partido diferente, ni de nada”.
Elogios a un Espanyol muy peligroso
El técnico fue claro al hablar del rival: “Trabajan muy bien las segundas jugadas, son capaces de llegar con mucha gente al área rival, en transición hacen muchos goles. Puado, Roberto, Pere Milla, los laterales, sobre todo el de la izquierda, es un jugador que llega muy alto. Contrarrestar y ser capaces de dominar el partido, nosotros pensamos que es mejor para nosotros, que es dominar el balón y tener controladas las transiciones. Veremos, pero tengo claro qué hacer y los jugadores también”.
El plan: atacar y no perder identidad
Míchel no quiere un Girona temeroso: “Hemos preparado un partido para ser capaces de dominarlo y ser capaces de atacarlos. También para contrarrestar situaciones de su estilo y de su manera de hacer las cosas. Veremos si somos capaces. La realidad es que ahora mismo hay jugadores que están en un gran momento de forma. Puado, Roberto, Pere Milla, Expósito… Son jugadores que están muy bien, que están haciendo un gran trabajo. Pero creo que nosotros también somos capaces de dar un paso adelante y ser capaces de dominar el partido. Eso es lo que necesitamos. Yo siempre miro cómo atacar al rival y cómo ser capaces de sacar el balón. Hemos preparado un partido para hacerlo”.
Llamamiento a la afición
El técnico cerró su comparecencia con un mensaje directo a Montilivi: “El equipo tiene un papel importante. Un jugador solo es difícil que pueda sacar al equipo de esta situación. Necesitan a todos. Necesitan a nuestra gente. Es la realidad. Siempre lo he dicho. Necesitamos dar un paso adelante en el campo. Y que ellos sientan que están bien representados por nosotros. Y orgullosos de nosotros. Pero los necesitamos mucho. Desde mañana y siempre. No sé si una victoria les daría confianza a todos. Evidentemente sí. Pero necesito sobre todo que ellos estén a nuestro lado. Que vean que el equipo tiene ánimo en el campo. Que lucha por su camiseta. Que estén todos juntos. Y que la energía de Montilivi se note en los jugadores. Necesitamos siempre a nuestra afición. Lo hemos visto en cada campo que hemos visitado. Y en el nuestro es lo mismo. Necesitamos a nuestra gente. Necesitamos mucho. Para ganar y para salir de esta situación”.
El Espanyol, con la moral disparada
Por su parte, el Espanyol aterriza en Girona con un subidón de moral. El empate 2-2 contra el Valencia fue de esos que saben a victoria. El equipo nunca se rindió, pese a que los ché se habían adelantado dos veces en el marcador. Primero apareció Leandro Cabrera para igualar con un cabezazo imponente, y cuando el Valencia ya acariciaba su primer triunfo a domicilio, surgió otra vez el héroe de siempre: Javi Puado.
En el minuto 95, tras una falta botada por Edu Expósito y prolongada por Roberto, Puado apareció por el segundo palo para cabecear el empate. Cornellà rugió como en las grandes noches y la imagen de Puado celebrando su cuarto gol en siete partidos contra el Valencia dejó claro que este equipo tiene alma.
El mensaje es claro: el Espanyol compite hasta el último segundo, tiene fe y ha recuperado un espíritu combativo que la afición reconoce y agradece.
El Espanyol vuelve este viernes a Montilivi, un campo que todavía escuece por lo vivido el año pasado. Aquella derrota sirvió como bofetada y como punto de inflexión. Pese a ello, hay otros motivos para querer llevarse los tres puntos del feudo blanc-i-vermell, y Manolo González lo dejó claro en la previa: “Yo tengo muchas ganas de ganar sobe todo por nuestra gente, porque sabemos la importancia del partido para el socio y aficionado, lo que queremos es ganar mañana por ellos y por nosotros, no por el año pasado que queda muy lejos, mirar atrás no ayuda en nada”.
El Girona, rival herido pero con identidad
Los de Míchel siguen sin conocer la victoria en esta Liga, pero Manolo no se fía: “Es un partido complicado, difícil, ellos tienen muchas ganas de ganar pero nosotros pienso que muchas más que ellos”. Además, advirtió que mirar la clasificación ahora mismo no sirve de nada: “Es la jornada 6 y queda mucha Liga. Salvo Madrid o Barça se ha demostrado que la clasificación no significa nada”.
Cómo llegan los pericos
Sobre la plantilla, Manolo explicó que la decisión final del once se tomará en las últimas horas: “Bastante bien, ente hoy y mañana acabaremos de decidir, tenemos varias opciones para el once de mañana e intentaremos sacar la más coherente y los jugadores que estén en mejor situación de una manera consensuada con ellos en algún caso y también con los datos de carga de entreno nos servirán para sacar el once más competitivo para poder ganar en Girona”.
Cómo desactivar al Girona
La clave para Manolo es clara: “Cuando consigues desconectar al rival es cuando tienes más opciones de ganar. Ya no es cuestión de que vaya 18º o segundo, si lo desactivas es cuando tienes el partido en tu mano. Es lo que vamos a intentar mañana, sabiendo que es complicado, sin renunciar a lo que hemos sido hasta ahora”.
La conclusión: confianza y unidad
La rueda de prensa cerró con un mensaje de optimismo: “Lo bueno que tenemos aparte de la confianza, el ambiente en el vestuario y el grupo, es la palabra equipo. Mientras vea esa palabra dentro estaré mucho más tranquilo y la veo con mayúsculas. Nosotros vamos fuertes de cabeza y sabiendo que hemos remontado a Atleti y Valencia y que ante el Mallorca con diez nos mantuvimos firmes y ganamos. Nosotros sabemos que vamos a competir al máximo nivel y que el equipo va a salir a darlo todo”.
