La cita de esta tarde en el Auditori Juan Segura Palomares no era una más. Justo antes de que todos los equipos de la cantera del Espanyol saltaran al césped del RCDE Stadium para la tradicional foto oficial de cada año, Fran Garagarza quiso dar la cara y explicar el proyecto de la Base. Y no es casualidad: en los últimos meses, el runrún sobre la gestión de La 21 ha ido en aumento. La cantera, esa que siempre fue “la joya de la corona”, vive un momento delicado y muchos reclamaban claridad. El director deportivo del Espanyol, que ya carga con la mochila del primer equipo, se plantó ante los medios para dar explicaciones sobre la Base, un área de la que últimamente se ha hablado demasiado y no siempre bien.
Porque, seamos sinceros, el ambiente en torno a La 21 anda revuelto. Los resultados deportivos del arranque de temporada no ayudan: el Espanyol B todavía no sabe lo que es ganar, el Juvenil A navega en la mitad de la tabla y el Juvenil B se llevó un durísimo 4-0 en la Joan Gamper. Y claro, muchos se preguntan si los cambios que ha impuesto Garagarza en la Dani Jarque van a servir de algo. Además, se cuestiona si su decisión de encargarse también del día a día en la Base al no haber sido capaz de dar con la persona idónea para el cargo es acertada, o si esa tarea que se añade a su enorme carga de trabajo acaba afectando negativamente a la gestión de La21.
“Creemos en un modelo formativo”
Lejos de esquivar la situación, Garagarza arrancó defendiendo con firmeza el camino que se ha marcado: “Creemos en un modelo formativo con una gran pregunta, qué pasa con los chicos y chicas que no llegan, cómo nos preocupamos de ellos y qué se llevan del club”.
El mensaje es claro: no se trata solo de ganar partidos en juveniles o en el filial, sino de que el Espanyol consiga algo más profundo. Formar jugadores, sí, pero también personas. Por eso insistió en que el modelo es horizontal, que “el primer equipo no va por un lado y la base por el otro”. Y aquí se nota la conexión con Manolo González y su staff, que también se implican en el proceso final de preparación de los canteranos.
Un organigrama detallado y con mucha ciencia detrás
Durante unos 40 minutos, Garagarza fue desgranando el nuevo organigrama de La 21. Explicó cómo cada niño o niña, desde benjamín, va avanzando por etapas hasta llegar al fútbol profesional. Habló de las fases de iniciación, maduración y rendimiento, y del papel que tienen los diferentes profesionales que acompañan a los chavales. “Hemos marcado la línea de acelerar procesos, el tiempo dirá si nos hemos equivocado o no”, recalcaba defendiendo su decisión de propiciar el salto hacia el primer equipo.
Uno de los puntos que más llamó la atención fue la referencia al DataLab, el departamento encargado de centralizar todos los datos de los jugadores: rendimiento físico, progresión técnica, evolución mental… todo queda registrado para tener una radiografía completa de cada futbolista. Y no menos importante, el peso de los valores: solidaridad, humildad, compromiso, pertenencia, respeto.
“Nos interesa definir los valores personales al mismo nivel que sus habilidades futbolísticas”, repitió Garagarza con convicción.
El vasco, respecto a los muchos cambios que ha habido en el departamento, reconoció en un ejercicio de autocrítica: “Necesitamos estabilidad y hemos de hacer reflexión sobre ello”.
El Femenino, una pata clave del proyecto
En el turno de palabra de Aída Uceda, coordinadora del fútbol base femenino, quedó claro que la apuesta también va en serio en este ámbito. Ella misma remarcó que el gran objetivo es “aumentar en número de jugadoras que acceden desde la cantera y el de catalanas”.
Recordó, además, que el Espanyol femenino tiene más de medio siglo de historia y que, pese a las dificultades, sigue siendo un ejemplo de cómo un club puede servir de trampolín para llegar a Primera.
Resultados deportivos: el gran debate
Por supuesto, el elefante en la sala eran los resultados. El Espanyol B, el Juvenil A o el Juvenil B no arrancan bien y eso hace ruido. Garagarza insistió que la apuesta es a medio plazo, aunque reconoció que habrá que mejorar. Y sobre el filial, lanzó un mensaje muy claro: “No es tan importante subir a 1ª RFEF. Sabemos que este año vamos a sufrir, pero tenemos el equipo más joven de la categoría. Ese es nuestro proceso”.
Las fugas, un mal menor
Otro asunto delicado son las salidas de jugadores de la cantera, algo que siempre genera polémica en el entorno perico. En este punto, Garagarza fue bastante práctico indicando que han pasado de 10 a siete este año: “Esta temporada ha habido menos fugas que el año pasado. Es parte del futbol. Tambien nosotros captamos de otros lados. Hemos logrado modelos de compensación con algunos clubs. Hemos de valorar a los que quieren estar con nosotros. Muchos con ofertas se han quedado, no hay que preocuparse de los que no quieren estar”.
Una manera elegante de decir que, en lugar de lamentar las marchas, toca centrarse en quienes apuestan por quedarse.
El papel de la propiedad
No faltó tampoco la referencia a Velocity y Alan Pace. Y Garagarza dejó un mensaje esperanzador: “A la nueva propiedad le ilusiona y le emociona la cantera”. Una frase corta, pero que vale oro. Porque si desde arriba hay respaldo, es más fácil sostener un proyecto que necesita paciencia y recursos.
Recoger la esencia del club
Garagarza dejó un mensaje de identidad que seguramente buscaba reconciliar a la afición con la idea de la Base: “Recogemos lo que ya es el club, de esa creencia en la cantera”.
En definitiva, una comparecencia larga, densa, con muchos conceptos y con un mensaje de fondo: el Espanyol quiere que su cantera vuelva a ser referencia. Ahora bien, los resultados a corto plazo no acompañan y hay dudas sobre la manera de gestionar la Dani Jarque, y eso genera debate. Pero Garagarza no se mueve un ápice de su guion: valores, formación integral y acelerar los procesos para que los chicos lleguen cuanto antes al primer equipo.


