El Espanyol ha arrancado la temporada con paso firme. Doce puntos en siete jornadas, tres victorias de mérito (Atlético, Osasuna y Mallorca), otros tres empates trabajados en los que el equipo objetivamente mejoró más (Real Sociedad, Valencia y Girona) y una única derrota, la del Bernabéu. Unos números que colocan al equipo séptimo en la tabla una vez acabada la séptima jornada del campeonato, mirando más hacia arriba que hacia abajo. Aunque da para soñar con las opciones de entrar en Europa que se confunda: el objetivo primordial sigue siendo la permanencia, antes de centrarse en otros más ambiciosos e ilusionantes.
Pol Lozano, siempre en el once
Si hay un denominador común en este arranque de curso, ese es Pol Lozano. Como apunta en una pieza el diario SPORT el de Sant Quirze ha jugado absolutamente todos los partidos y siempre como titular. No es casualidad. Manolo González confía ciegamente en él y lo considera intocable. La temporada pasada ya fue pieza fundamental, con casi dos mil minutos repartidos en 31 partidos, y este curso ha subido otro peldaño en importancia.
Un estilo que no convence a todos
En la grada pese a esta estadística tan contundente hay debate. Parte de la afición reconoce sus números y su constancia y pone en valor que sea un hombre de la casa, perico de la cabeza a los pies, no todos disfrutan con su estilo de juego. Algunos lo ven demasiado sobrio o poco vistoso, de esos futbolistas eficaces pero a la vez sobrios que no llaman la atención. Pero para el entrenador, justo eso es lo que hace imprescindible a Pol: orden, equilibrio y la capacidad de darle sentido al centro del campo.
Competencia en el centro del campo
Este verano llegaron Pickel, Terrats y Urko para reforzar la medular. A priori, su puesto estaba más en riesgo que nunca. Sin embargo, Pol no se ha movido del once pese al número de efectivos en su zona. Su jerarquía se nota. Es el sexto jugador de la plantilla con más minutos, solo por detrás de Dmitrović -algo lógico siendo portero, una demarcación que no entra habitualmente en rotaciones- Carlos Romero -intocable por méritos propios-, Omar El Hilali, Javi Puado y Cabrera -como el de Torrent, en un momento de forma excelso, y que sólo se ha visto frenado por su estado físico-. Una lista que dice mucho de cómo Manolo gestiona la plantilla: confianza plena en los suyos.
Manolo también cree en Puado y El Hilali
Parece claro que el míster no se casa con la grada. Como vemos, otros jugadores discutidos como Javi Puado u Omar El Hilali también son intocables para él. El primero, que es cierto que no vive su mejor momento pero siempre trabaja, aporta y no tiene un sustituto mejor que invite a enviarlo al banquillo, ha sido titular en todos los partidos y sigue siendo vital arriba.
El segundo, canterano que se ha hecho con el lateral derecho, se mantiene firme pese a los altibajos de este arranque de temporada. Son futbolistas que generan debate, cierto, pero en el vestuario y sobre el verde tienen un papel innegociable.
Una lección de confianza
El mensaje de Manolo es claro: la confianza está por encima del ruido exterior. Puede que no todos sean del gusto del aficionado, pero son jugadores que sostienen al equipo y que permiten que el Espanyol esté hoy en una posición tranquila.





