Seccions Deportives Espanyol nació en 2017 con la fuerza de la ilusión, con el empuje de la APMAE, el dinero de más de 400 socios y una docena de patrocinadores. Su idea era clara: construir un club polideportivo con espíritu blanquiazul, y con la idea de obtener en el futuro alguna forma de vínculo oficial con el RCD Espanyol. Con el paso de los años, la iniciativa ha crecido, pero también ha chocado con una dura realidad: la falta de apoyo económico y social que le permita garantizar su futuro.
El reconocimiento de un desgaste evidente
Arnau Baqué, una de las voces más comprometidas con el proyecto desde su nacimiento y máximo responsable, habló sin tapujos en La Grada sobre el momento actual de Seccions. Y lo hizo con una sinceridad que no deja indiferente: el proyecto que por desgracia no está recibiendo el apoyo de la gente, y la situación está haciendo que la gente involucrada esté hipotecando su tiempo ysu propio dinero: “Esa es la cuestión. Has dado con la clave. Este proyecto tiene 8 años y medio de duración. He de reconocer públicamente, hace dos años me ha cambiado el pensamiento con el tema Seccions, empecé a ver que había una fase de no crecimiento, de que sólo podía ir abajo, y es una sensación desagradable que me tiene muy angustiado”.
Baqué admitió que la ilusión del inicio ya no es la misma: “En la vida lo que no puedes perder es la ilusión y yo he perdido parte de la que tenía al comenzar, he de ser sincero conmigo mismo. Los años desgastan, y al principio tenías unas expectativas. También se ha de decir que al que no le gusta Seccions lo has de entender”. Palabras duras, pero que muestran el agotamiento de quienes han puesto tiempo, fondos y vida en esta aventura.
Una iniciativa que puede morir de éxito
La paradoja de Seccions es que ha crecido gracias a su buen trabajo, pero precisamente ese crecimiento la ha hecho insostenible sin un apoyo real detrás. Sin ayuda del club, sin masa social suficiente y sin el respaldo de la afición perica de base, la iniciativa se enfrenta a un punto de no retorno.
Desde La Grada, el proyecto siempre ha tenido un espacio gratuito para difundir su actividad, pero la realidad es que los números mandan. Si no hay dinero ni compromiso colectivo, el futuro se complica demasiado.
La esperanza en la nueva propiedad
El único hilo al que se agarra Baqué es que la nueva propiedad del Espanyol pueda abrir la puerta a algún tipo de colaboración. Su mensaje, sin embargo, no esconde cansancio: “Lo que me mantiene vivo exclusivamente es esa expectativa del posible encuentro con la nueva propiedad. Mi figura está amortizada, hasta caducada en este proyecto, he de dar un paso al lado. Si ahora el club no lo coge no me veo con capacidad de aguantarlo mucho más”.
La pelota, por tanto, está en el tejado de Velocity y compañía. Si deciden apoyar el proyecto, Seccions podría encontrar la estabilidad que tanto necesita. Pero si el respaldo no llega, la viabilidad quedará seriamente comprometida.