Pere Milla se sentó en Tot Gira (Catalunya Ràdio) y, lejos de la típica entrevista de manual, dejó una conversación de esas marca de la casa, típica del delantero del Espanyol. Arrancó por donde le tira el corazón: Lleida, Alcarràs y ese orgullo de pueblo bien entendido, con la Copa como excusa para volver al Camp d’Esports y cerrar un círculo emocional. A partir de ahí, Milla hizo de Milla: cero tópicos, bastante autocrítica y un punto de humor ácido. Explicó por qué los goles a veces son “ketchup”, se rió del “centro” a medias de Omar antes de su remate al Atleti, y defendió que la cabeza -la suya, la del equipo- también marca diferencias cuando llegan los bajones.
Más allá de las anécdotas, dejó ideas de peso. Admitió la expulsión de Mallorca y el perdón inmediato al árbitro, reivindicó su mejor momento de carrera por físico y lectura del juego, y dibujó el vestuario: Manolo, directo y “top”, un grupo con fe en el plan y fichajes que han subido el nivel. Sobre la racha sin victorias, pidió calma: se ha competido contra rivales fuertes y el equipo cree en lo que hace. Y marcó hoja de ruta sin vender humo: 40 puntos cuanto antes, y luego sí, mirar arriba con ambición de club grande, lo que defiende es el Espanyol. Entre vinilos de Sinatra como fórmula para relajarse y un ojo puesto en que los “vecinos” pinchen para picar a los colegas, Milla sonó muy de casa y, sobre todo, muy claro y ambicioso.
Volver al pueblo, pero sin postal
Le preguntan si se pasa mucho por Alcarràs y la respuesta es sincera: “La verdad es que no mucho, no mucho. No voy mucho, pero bueno, o que puedo estar involucrado con el fútbol o así de Lleida del pueblo, pues me meto un poco. Lleida tiene cosas muy bonitas”.
Cuando le piden la diferencia con la capital, Milla dibuja el mapa emocional de cualquier natural de la Terra Ferma: “Bueno, sobre todo la tranquilidad que tiene Lleida. Barcelona es demasiado grande. Lleida es más pequeña, nos conocemos todos, todo más a mano. Aquí cualquier cosa es media hora, si tienes suerte. En Lleida en media hora le has dado tres vueltas, así que…”
Regreso al Camp d’Esports
La Copa le ha deparado un partido especial a nivel personal: “Sí, la verdad es que hace… bueno, desde que salí no he vuelto a estar allá, así que bueno, contento de volver a pisar el Camp de Esports». El Atlètic Lleida, de todos modos, no es el mismo equipo en el que militó; la herida identitaria en la ciudad, por desgracia, aún supura: “Sí, bueno, yo salí de la Unión Esportiva Lleida, que desgraciadamente pasó lo que pasó. Después, bueno, fue Lleida Esportiu que… No quiero hablar mucho, porque no se hicieron las cosas bien, y por eso están como están, ¿no? Que es una lástima, que una ciudad como Lleida, que la Unió Esportiva de Lleida, pues, desapareció. Después se refundó otra vez, y otra vez mal. Ahora están estos chicos del Atlètic Lleida que se parecen pero parece que los antiguos aficionados de la UE no están contentos, es más sentimental algo de razón tienen”.
Pere va con todo, no existen las rotaciones para él, y confía en tener minutos en el Camp d’Esports: “Yo sinceramente quiero jugar todos, así que… Sí, Copa también. Primeras rondas también. Yo todo lo que pueda jugar, pues lo mejor, Al final somos futbolistas, queremos jugar”.
El gol y la teoría del ketchup
El símil que ha hecho servir repetidas veces es historia del fútbol y le encaja; aquello de quee los goles son como un bote de ketchup, que a veces aprietas y no sale nada, y otras sale de golpe, a borbotones: “Lo dijo Van Nistelrooy, y se me quedó, porque muchas veces es la verdad. Puedes definir muy bien y dices, ¡guau, es gol! Y te va para el portero o va fuera para… A veces, le pones con el culo o mal. Recuerdo que hablábamos antes del Toledo así, que es una acción que la toca así en la puntera y va tic, tic, tic y es gol. Y dices, ¿cómo puede ser que aquella jugada sea gol? Pues eso son los goles”.

Cabecear también es un arte
En Cornellà ya hemos visto varias suyas de cabeza: “Bueno, el otro día contra el Betis estuve a punto también, al final de la primera mitad, que casi la empuja Javi Puado hacia adentro. Bueno, se me da bien, ¿no? Mientras sea gol, me da igual”.
El ‘centro’ de Omar y las bromas de vestuario
Del gol al Atleti, deje de killer y mucha complicidad a nivel de vestuario: “Yo busco que vaya hacia el segundo palo, lo que pasa es que sí, sale un golazo, ¿no? Después, lo que no puede ser es que yo diga a la tele que ha sido un centro perfecto de Omar, que es mentira, obviamente. Va un poco abajo. Es un centro lamentable, sí, pero después pasa una semana y no me dice nada, no puede ser eso”, dice divertido entre risas.

La roja de Mallorca y el perdón a tiempo
Sobre aquella expulsión que le costó cara, arrepentimiento: “Estuvo mal porque no te puedes dirigir así a una persona, ¿no? Bueno, me vio, era fácil verlo, así que ya está, ya ha pasado. Yo fui después del partido a pedirle perdón. Él lo entendió perfectamente, nos chocamos las manos y ya está”.

Objetivo de goles, sin fliparse
Cuando le tiran de hemeroteca y le piden un objetivo a nivel de goles este curso él pone el listón realista: “Bueno, pues esperamos superar los 8”. Y explica por qué no sueña con 18, su récord personal en en Logroñés la 2015-16: “No, hombre; de los 18 fueron 17 a un toque. Todos a un toque, y el otro fue a dos toques. Eso me lo dijo el delegado de Logroñés. Me dijo, ¿te has dado cuenta que todos tus goles son a un toque?”.
El fútbol también se apaga en casa
No todo es balón las 24 horas: “Antes no veía nada de fútbol, ahora cada vez veo más. Estoy más interesado, pero antes sí que es verdad que yo siempre he dicho que llegar a casa, a lo mejor, no mirar fútbol. Los buenos partidos, a veces, bueno, no los miro ni… No sé, para evadirme un poco, ¿no?, no mirar siempre fútbol, fútbol, fútbol, fútbol… Hago otras cosas con el niño, así, la familia, tranquilos”.
Y aquí llegó una confesión con guiño perico: “Sobre todo veo partidos de los compañeros que he tenido o allá donde he estado, el Elche, por ejemplo, sí que lo veo mucho, porque me gusta mucho cómo juegan y así, pero si no, no… Alguna vez a los ‘vecinos’, para ver si pierden. Porque así les pego caña a mis amigos, que son muy culés. Mi colega Toti, buf, un día, buf, un día se quemó. Es un amigo mío de allí, de Lleida. Muy culé. Se ha puesto la camiseta del Espanyol. Lo he conseguido. El lado bueno de la historia…”

Sobre Joan García y su nueva etapa, se muestra conciliador; es su decisión: “No he visto sus partidos. Bueno, sí, el que ha jugado en el Champions, el que ha jugado aquí en Montjuic con el PSG. ¿Qué cómo veo que jugué con el Barça? Bueno, es su vida, su carrera, bueno… Si está contento, me alegro por él. Si és es feliz, ya está”.
Montaña rusa y carácter
La carrera de Milla no fue ha ido precisamente siempre en línea recta, y ahí está su manual de supervivencia: “¿Si lo pasé mal al principio aquí en el Espanyol? Mal no. Pero bueno, eso es la vida, ¿no? No siempre viene todo de cara, sino que bueno… A veces vienen las cosas mal y bueno, se han de afrontar con actitud, con positividad, intentar revertir la situación, ¿no? Y yo puedo decir que lo he vuelto a hacer, ¿no? Porque también pasó en el UCAM Murcia, me acuerdo que me querían echar, y bueno, me quedé allí, y acabé jugando, y por suerte, volví a reunirme con Eibar, después fui a Numancia, bueno… Pasas de que te quieren echar, a que acabé jugando los últimos ocho partidos, y bueno… Yo creo que es como uno afronta las cosas, los malos momentos, y bueno, siempre vienen momentos malos porque es imposible que siempre venga todo de cara, y bueno, actitud positiva”.

Cuestionado por si ahora es indiscutible, lo niega contundente: “No, mentira. No hay nadie indiscutible, yo creo que no hay nadie indiscutible aquí”.
El mejor Pere de siempre
De todos modos se siente en plenitud, y se nota en el césped: «De mi carrera, yo creo que sí, es mi mejor momento. Porque me encuentro muy bien físicamente, creo que entiendo mejor el juego, he tenido grandes entrenadores, algunos los he tenido muy poco tiempo y me han querido echar fuera, y les estoy agradeciendo. Bueno, entiendo mucho mejor el juego, y eso creo que te hace valorar otras cosas y te hace estar más atento”.
Sobre el hombre con el que ha vuelto a sonreir, Manolo González, lo define en dos trazos: “Manolo, como lo veis, top. Es directo y duro también. A veces es de echar la bronca, como ha de ser, ¿no? Yo creo que un entrenador ha de tener su mano madura. Creremos en él, bueno, al final nos lo ha demostrado, ¿no? Él vino aquí del filial, venía de picar mucha piedra en mil campos, y bueno, se lo ha trabajado, ¿no? Y está demostrando que está haciendo las cosas muy bien. Subimos a Primera, nos salvamos el año pasado, y bueno, este año ha comenzado muy bien, aunque ahora llevamos unos partidos de aquella manera, pero bueno, no hemos conseguido los resultados que queríamos. Pero bueno, el equipo confía en el trabajo que hace el míster, en el cuerpo técnico, así que… adelante”.
Cariño mutuo con la grada… tras ser cuestionado
Hay una frase corta que lo dice todo de cómo ha conectado con la parroquia perica tras un periodo en que hubo de escuchar pitos de su propia afición, y la prouncia cuando e le dice que es el ídolo de la grada: “Ahora, de hace tres meses”. Una de las cosas por lo que se le ha cogido tanto cariñó ha sido por su manera de defender al club, como aquel día que respondió al ninguneo al Espanyol por parte de Iago Aspas: “Eso fueron los compañeros, que saben cómo soy, me dijeron… Pero Pere, tú no vas a poner nada, contéstale, dile algo. Fue lo más sutil que pude poner…”

Temperamento sí, pero con cabeza
En cualquier caso, rechaza la etiqueta de jugador con un punto de locura en el campo: “Sangre caliente, sí, pero con cabeza. También te voy a decir que no soy un… Que algunos dicen que está loco, que va así… como el otro día de Anthony, no sé qué, qué… Lo que me pasó contra el árbitro me ha pasado un copa la vida. Otra vez me expulsaron por habla y no le dije nada. Y el árbitro me dijo que no sabía que tenía la segunda amarilla. Imagínate. Sí, que soy temperamental, pero porque no me gusta perder. Perder, lo llevo mal”.
Después de perder: vinilo y Sinatra
Tras la derrota ante el Betis, que fue de las que dolió, explica cómo la asumió: “Mal. Después de un partido ya me cuesta cenar, pero lo hice a las dos y media, a las tres. Estaba allí en casa y puse un poco de música. Un poco de vinilo, puse el vinilo allí. Música, agarré el Twitter, leí las barbaridades que dicen y ya está. Puse un poco de Frank Sinatra”.
Puado, pieza clave que debe volver pronto
Algunas de esas barbaridades sin dura hicieron referencia a la lesión de Javi Puado, que dejó indiferentes a algunos pericos en redes; él tiene claro que es una pieza clave en el equipo: “Bueno, nosotros lo hemos visto ahora, pero bueno, no sabemos nada de la evolución y así. A ver qué dicen los servicios médicos y así. Dicen que es un esguince del hielo. Esperamos que esté lo más pronto posible porque es muy importante para todos nosotros. Bueno, cuanto menos sea, mejor. Si puede estar ya para el viernes…”

El listón del equipo: primero 40
Puesto a fijar el objetivo del equipo, insiste en el discurso que está llegando del vestuario: «Yo siempre lo he dicho, primero de todo llegar a los 40 puntos y después veremos. Lo más importante es llegar a los 40 puntos lo más pronto posible. Cuanto más pronto posible, mejor”.
Calma con la montaña rusa
También ha querido enviar un mensaje a la grada tras la racha sin victoria: “Sí, bueno, hoy en día de muchos clubes, pero bueno, no, han de estar muy tranquilos. Al final hemos jugado contra grandes rivales. Hemos ido al Bernabéu. Sí que es una lástima el día del Valencia, que yo creo que aquel día sí que hicimos muchos méritos para ganar. Girona, la sensación que tiene el equipo es que estuvimos muy bien y no hemos sido capaces de hacer gol. Y bueno, el otro día le dieron la vuelta al marcador. Así que bueno, el equipo está, bueno, jodido porque vemos que hemos sido capaces de ganar estos partidos y que dices, hostia, ¿cómo puede ser que nos hayan escapado? Pero bueno, ya te digo, seguir trabajando y a ganar los tres puntos el próximo día”.

Los nuevos, enchufados
El atacante perico ha hecho una radiografía de los nuevos fichajes sin dejarse a nadie; al preguntársele por quién le ha sorprendido más, no duda: “Yo creo que es una sorpresa para todos, Dolan, el que hemos visto, que dices, hostia, ¿dónde ha salido este chico? Así, bajito, muy rápido, muy eléctrico, uno contra uno, increíble. Yo tampoco conocía a Luka Koleoso, Pickel, aunque no ha jugado mucho lo ha hecho muy bien, Clemens Riedel, no sé. Los que han llegado, la verdad es que están haciendo una muy buena labor. No hablaré de Kike y Dimitri, porque ya los conocía yo y jugué con ellos. Yo creo que todos los que han llegado están sumando, están dando un plus al equipo y eso, bueno, yo creo que le da más al equipo y hace que todos estemos mejor”.
La nueva propiedad
Cuestionado por si conoce ya a Alan Pace, explica que “no, todavía no, por aquí no lo conocemos”. Y envía buenos deseos para la etapa que arranca: “Bueno, todo lo que sea lo mejor, bienvenido sea. Yo creo que la gente está emocionada, está contenta, así que bueno. Gracias por venir aquí al Espanyol y que les salga lo mejor posible, que será lo mejor para todos los pericos”. Sobre Chen, igual de claro cuando s ele pregunta si ha tenido ocasión de conocerlo en estos años: “No. Yo no lo he visto”.
¿Dónde debe estar el Espanyol?
La última sentencia de Milla es un canto a la ambición perica: “Top. Estás hablando del Espanyol ¿Si top quiere decir jugar en Europa cada año? Sí, el Espanyol debe tener este objetivo.100%. Yo lo veo así. ¿No lo creéis? Hay grandes clubes en España, pero yo creo que el Espanyol es uno de los grandes, un fundador de la Liga. Así que el Espanyol ha de estar siempre arriba”.