Adrià Pedrosa (Barcelona, 1998) regresa este sábado al lugar donde todo empezó. El lateral, que pasó casi una década en las filas del Espanyol, se reencontrará con el club que le vio crecer, esta vez vestido de franjiverde. “El Espanyol ha sido mi casa durante nueve años, desde que llegué como juvenil. Tengo mucho cariño de la gente y del club. Es un partido muy especial y el máximo respeto que le puedo dar al Espanyol es jugar lo mejor posible para ayudar al Elche. Voy con convicción y confianza”, confesó en rueda de prensa.
No es una cita cualquiera para él. No solo porque vuelve al RCDE Stadium, sino porque lo hace tras una salida que en su momento levantó ampollas entre la afición perica. Su marcha libre al Sevilla, tras no renovar contrato, dejó un sabor agridulce. Ahora, con más recorrido y una madurez evidente en sus palabras, Pedrosa se muestra sereno y agradecido hacia su antiguo club.
“Manolo ha unido al club, su trabajo es excepcional”
El lateral, que ya ha empezado a hacerse hueco en el once del Elche, también tuvo palabras de elogio para el actual Espanyol de Manolo González. “No conozco a Manolo, pero lo que veo desde fuera es clave su forma de ser tan cercana. Ha unido al club. Hubo momentos en los que la gente estaba dispersa y él ha conseguido unir a todos. Su trabajo es excepcional y se refleja en el campo”, valoró.
El comentario no pasó desapercibido, sobre todo porque viene de alguien que conoce bien lo que es vestir la blanquiazul en tiempos complicados. Pedrosa ha vivido apas muy distintas dentro del club. Por eso, sus palabras suenan sinceras. “Hay que dejar que se asienten los proyectos y con Manolo lo han hecho y están obteniendo resultados”, añadió.
Espanyol y Elche, dos equipos revelación
Pedrosa también aprovechó para analizar el momento actual de su equipo y el del Espanyol. “Ahora mismo podríamos ser los dos equipos revelación. Ellos tienen un juego más directo y nosotros tenemos que seguir jugando así para quitarles el balón y contrarrestar esos puntos fuertes”, explicó.
Tanto Elche como Espanyol han sorprendido a más de uno este inicio de temporada. Los dos equipos se mueven por la parte alta de la tabla, con proyectos jóvenes, entrenadores con carácter y una idea muy clara. En el caso de Pedrosa, su cesión al Elche le está devolviendo la confianza y los minutos que necesitaba después de un año difícil en Sevilla.
“Llevo poco tiempo aquí, pero el Elche lleva haciendo un trabajo excepcional, sobre todo con Sarabia. Eso es lo más importante. Lo estamos demostrando. Al principio, la gente podría pensar que es suerte, pero de eso no hay nada. Hemos sido superiores a equipos con más nombre. Aún queda más Elche por ver. No me pongo un tope ni para abajo, ni para arriba”, afirmó con seguridad.
“Ya estoy bien para ayudar”
Después de un arranque marcado por problemas físicos, el lateral también quiso tranquilizar a los suyos. “Ya estoy bien para ayudar. Sarabia ha conseguido que el bloque esté contento, juegues más o menos”, explicó. Y es que, más allá del tono institucional, se notó que Pedrosa está disfrutando de nuevo del fútbol.
Su gol en el Sadar, que dio un punto al Elche en el descuento, fue un chute de moral. Ahora, en vísperas de volver al RCDE Stadium, el futbolista reconoce que será un día cargado de emociones, pero asegura que competirá como profesional.
Una historia con capítulos de todo tipo
Pedrosa fue durante años una de las grandes promesas de la cantera perica. Subió desde el Juvenil B, debutó en Primera, disputó 120 partidos con el primer equipo y llegó a clasificarse para Europa. Pero también vivió los dos descensos más recientes del club. Su última temporada, la 22-23, fue complicada por una lesión en el pubis que le dejó fuera durante las 28 primeras jornadas; además, era sabido desde meses antes que lo tenía hecho con el Sevilla: el de Gavà, que había tenido muchos problemas con un Rufete que lo había puesto en el mercado, con la llegada de Dominga Catoira, decidió que no seguiría en el club. Al final, se despidió por la puerta de atrás y dejando al equipo en Segunda división.
Pese a todo lo que se habló entonces, el tiempo parece haber limado asperezas. Este sábado, cuando Pedrosa pise el césped del RCDE Stadium, habrá sentimientos cruzados: el cariño de quien creció en Sant Adrià y el deseo de demostrar que sigue siendo el mismo futbolista que un día soñó con triunfar en su casa.