Ya tenemos en marcha la 10ª jornada de LaLiga EA Sports, que llega con muchas cuentas pendientes y varios partidos con aroma especial. Con el Clásico en el horizonte pero con otros duelos cargados de tensión en la zona media y baja, esta jornada promete emociones fuertes desde el viernes hasta el lunes.
Viernes: La Real supera al Sevilla en la noche de urgencias en Donosti
La Real Sociedad ganó 2-1 al Sevilla en Anoeta en un partido feo, marcado por los errores del conjunto andaluz. Oyarzabal marcó los dos goles locales, el primero de penalti y el segundo tras un regalo de Carmona. Gudelj empató de rebote, pero fue un espejismo. El equipo de Almeyda volvió a mostrarse plano, sin ideas ni calidad. La Real, sin brillar, aprovechó los fallos para sumar tres puntos y dejar al Sevilla hundido en su crisis.
Sábado de locura: empate loco en Girona, victoria del Espanyol en su 125 aniversario, golpe del Getafe en San Mamés y bronca en Mestalla tras el 0-2 del Villarreal
En el primer partido del sábado, el Girona y el Oviedo empataron 3-3 en un partidazo lleno de emoción, polémicas y goles. Los asturianos se pusieron 0-2, el Girona remontó con Stuani como héroe, pero David Carmo empató en el 97’. Ambos siguen en la zona baja sin levantar cabeza.
El Espanyol celebró su 125 aniversario con una victoria por 1-0 ante el Elche gracias a un gol del canterano Carlos Romero. En un RCDE Stadium lleno hasta la bandera, el equipo de Manolo González sufrió hasta el final para mantener el marcador y alcanzar los 18 puntos en 10 jornadas, colocándose provisionalmente en zona Champions.
El Getafe se impuso por la mínima al Athletic (0-1) en San Mamés gracias a un gol de Borja Mayoral y a un planteamiento sólido y efectivo de Bordalás. Los leones, sin frescura ni acierto, acabaron desquiciados por el árbitro y sin premio ante su afición.
Para acabar el día, el Villarreal ganó con oficio en Mestalla (0-2) ante un Valencia espeso y sin ideas. Un penalti muy protestado sobre Gerard Moreno abrió el marcador justo antes del descanso. Los de Baraja reaccionaron tímidamente, pero se desinflaron tras el segundo gol, obra de Comesaña tras un rechace. Mestalla estalló contra el árbitro… pero sobre todo contra su propio equipo. El Villarreal fue más práctico y se llevó un derbi donde el Valencia volvió a decepcionar.
Domingo: clásico con mayúsculas y más
El domingo viene cargadísimo. A las 14:00h, el Mallorca recibe al Levante en Son Moix. Los de Arrasate llegan lanzados tras ganar en el Pizjuán, mientras que el Levante sigue estancado y sin rumbo. Partido clave para alejarse de la zona roja… o para hundirse más.
A las 16:15h, el foco se va directo al Santiago Bernabéu, donde se juega el Real Madrid – Barcelona, el Clásico. El Madrid llega líder, el Barça segundo, y todo el mundo del fútbol pendiente… o no.
Después, a las 18:30h, en El Sadar, el Osasuna recibe al Celta en otro duelo con urgencias. Los navarros no están tan firmes como otros años, pero en casa suelen competir bien. El Celta, sin embargo, está en una situación muy delicada y Giráldez empieza a jugarse el puesto. Si no puntúan, el runrún en Vigo va a subir muchos decibelios.
A las 21:00 horas, partido que puede parecer menor, pero que tiene su miga. El Rayo Vallecano recibe al Alavés en Vallecas, en un duelo entre dos equipos que lo pelean todo. El Rayo viene de ganar en Mestalla y quiere seguir creciendo, mientras que el Alavés necesita ser más constante si quiere evitar sustos.
Lunes: la jornada se cierra en La Cartuja
Y el lunes, a las 21:00h,Betis y Atlético cierran la jornada con un duelo entre equipos europeos marcado por el desgaste. Los de Pellegrini llegan tras empatar in extremis ante el Villarreal y buscarán repetir su última victoria en casa ante los colchoneros. El Atlético, tocado tras el 4-0 sufrido en Londres en Champions frente al Arsenal, necesita lavar su imagen y no perder comba con la cabeza de la tabla. Simeone deberá rotar pensando en físico y moral. Duelo con aroma europeo y puntos clave en juego.
Los partidos
La clasificación

Real Sociedad – Sevilla (2-1)
La Real Sociedad volvió a ganar en Anoeta y el Sevilla volvió a perder. Dos frases que resumen perfectamente un partido que, más que un duelo de Primera, pareció una sucesión de errores. Los donostiarras se impusieron por 2-1 con un doblete de Oyarzabal, mientras que el equipo andaluz, completamente desconectado, solo se asomó al área rival en una jugada aislada que acabó con el tanto de Gudelj. La crónica del Sevilla empieza siempre igual: un error, un castigo y la sensación de que cada jornada se juega con fuego. Esta vez fue Fabio Cardoso, que cometió una imprudencia innecesaria al levantar la mano dentro del área. El árbitro, Cordero Vega, no dudó ni un segundo en señalar penalti -de esos que se pitan más por impulso que por convicción- y Oyarzabal, sin temblar, adelantó a la Real desde los once metros. El penalti fue de esos “penaltitos” que hacen enfadar a cualquiera, pero el problema real no fue la decisión arbitral, sino la desconexión de un equipo que no transmite ni orgullo ni calidad. Un agujero negro futbolístico que se repite semana tras semana. El empate del Sevilla llegó casi por accidente. Tras una falta lateral botada al área, Gudelj enganchó un tiro sin mucha intención que acabó en la red después de rozar en un defensa. Fue el típico gol que cambia el guion… o al menos eso parecía. Pero no. Poco después, Carmona firmó una jugada de manual de lo que no debe hacerse: un saque de banda en campo propio que se convirtió en un regalo para el rival. Un malentendido con Gudelj dejó el balón servido a Oyarzabal, que no perdonó. 2-1, otra vez por culpa propia.
El segundo acto fue un auténtico castigo para la vista. Ni fútbol, ni ocasiones, ni reacción. Almeyda, desesperado, movió el banquillo con una ristra de cambios sin sentido que no aportaron absolutamente nada. El Sevilla fue incapaz de tirar a puerta en toda la segunda parte. Mientras tanto, la Real se limitó a gestionar el marcador, consciente de que el rival no tenía argumentos para inquietar a Remiro. Solo un despeje defectuoso de Odysseas pudo complicar el final, pero Sergio Gómez falló lo que pudo ser el tercero. El Sevilla encadena su segunda derrota consecutiva y, lo peor, sin dar señales de vida. No hay plan, no hay reacción y no hay confianza. Da igual quién esté en el banquillo: el problema está dentro del campo. Por su parte, la Real Sociedad respira algo más tranquila con tres puntos que no esconden su mal momento, pero al menos le sirven para romper la mala racha y recuperar algo de confianza.
Girona – Oviedo (3-3)
Montilivi vivió este sábado uno de esos partidos que hacen que el fútbol sea tan bonito como cruel. Porque sí, el Girona y el Oviedo firmaron un 3-3 que fue un espectáculo de emociones, pero que no le sirve de mucho a ninguno. Ambos siguen en la parte baja de la tabla, con el agua al cuello y la sensación de que cada vez que acarician una victoria, el destino les mete una zancadilla. La tarde comenzó torcida para los de Míchel. El Oviedo se adelantó primero con un penalti de Viñas, muy discutido por el Girona, pero claro tras revisión de VAR: Álex Moreno saltó con las manos demasiado arriba y rozó el balón. Viñas no se puso nervioso y lo clavó arriba, lejos del alcance de Gazzaniga. Y por si fuera poco, Rondón amplió distancias en el 58’ con un cabezazo potente tras un córner de Colombatto. 0-2. Silencio en Girona. Solo se escuchaba a los valientes oviedistas desplazados.
Pero esto es el Girona. Y si hay un jugador que representa la resistencia charrúa en Montilivi, ese es Cristhian Stuani. En su primer balón, metió miedo. En el segundo, provocó un penalti clarísimo de Dendoncker, y él mismo se encargó de transformarlo. 1-2, minuto 64. Partido nuevo. A partir de ahí, el Girona fue un huracán. Ounahi empató con un golazo desde fuera del área en el 83’ que pilló a contrapié a un Escandell que venía de ser imbatible. Y luego llegó la jugada más polémica: nuevo penalti a favor del Girona, provocado también por Ounahi. ¿El encargado? Cómo no: Stuani, que firmó su doblete y la remontada (3-2). El estadio se venía abajo. La grada lo celebraba como si se hubiera ganado la Champions. Pero aún faltaba el giro final. Cuando el Oviedo parecía hundido, Luis Carrión colgó el último balón con todo el equipo arriba. Centro de Reina, Nacho Vidal remata y Gazzaniga la salva como puede, pero el rechace le cae a David Carmo, que no perdona. Minuto 97 y el 3-3 en el marcador. Desconcierto total. Otra vez, el Girona se deja puntos al final. Y el Oviedo vuelve a regalar una ventaja de oro. El Girona remontó dos goles y no ganó. El Oviedo marcó tres fuera de casa y tampoco. Entre fallos defensivos, decisiones precipitadas y momentos de brillantez, el partido fue una locura total, pero nadie sale reforzado. Eso sí, los espectadores neutrales lo gozaron. Ya van once partidos sin victoria en la élite para Luis Carrión: nueve con Las Palmas, dos con el Oviedo. No levanta cabeza. El técnico carbayón buscó fórmulas distintas, como colocar a Fede Viñas en banda, pero al final, los viejos demonios volvieron a aparecer. Y Míchel, pese a tener más iniciativa, sigue sin encontrar regularidad. Así, la permanencia se aleja un poco más.
Espanyol – Elche (1-0)
Cornellà-El Prat vivió este sábado una de esas tardes que se quedan grabadas. El Espanyol celebraba su 125 aniversario y, como no podía ser de otra forma, lo hizo a lo grande: con tifo, fuegos artificiales, himno a capela, mosaico y, lo más importante, una victoria por la mínima ante un Elche valiente. El gol lo firmó Carlos Romero, que ya tiene su lugar en la historia perica. Tres puntos que permiten al equipo colocarse en zona Champions, con números de equipo serio: cinco victorias, tres empates y solo dos derrotas en diez jornadas. El arranque fue de alta tensión, como suele pasar en los partidos grandes. Antes del minuto 1, Jofre ya había probado a Iñaki Peña, que hizo una parada de reflejos. El Elche respondió rápido con un tiro de Germán Valera que atrapó Dmitrović. Y así fue buena parte de la primera parte: ida y vuelta, ritmo y dos porteros que parecían de videojuego. En el minuto 21, en pleno homenaje a Dani Jarque con el estadio aplaudiendo, Pere Milla estuvo a punto de firmar un golazo de tacón, pero Peña volvió a volar. Fue un gesto precioso que merecía acabar en la red, pero el fútbol a veces es así de cruel. El susto llegó unos minutos después, cuando se paró el partido por una emergencia médica en la grada. Los servicios sanitarios actuaron rápido y el aficionado fue evacuado en silla de ruedas. Aplauso unánime del estadio y partido que siguió con un nudo en la garganta.
El guion de tarde mágica lo escribió Carlos Romero. Minuto 47. Dmitrović ataja un balón, lanza rápido, Edu Expósito la pone al espacio y Romero, como una moto por la izquierda, define cruzado tras una pared de lujo. El estadio se vino abajo. Pero como al Espanyol siempre le gusta meterle algo de drama a la película, el héroe se lesionó minutos después, tirándose al suelo con molestias musculares. Se fue ovacionado, sabiendo que había hecho el gol de su vida. El Elche no se rindió. Eder Sarabia metió a Mendoza, Rafa Mir, Álvaro Rodríguez, Josan… todos al ataque. Empujaban, pero el Espanyol, cada vez más atrás, se defendía con orden y un portero en modo muro. Dmitrović atrapó centros, despejó tiros, y hasta el final fue una garantía. Luego llegó la falta peligrosa que André Silva mandó arriba, y un par de chuts que hicieron contener la respiración en Cornellà. También hubo una contra final con Dolan a punto de hacer el 2-0, pero esta vez no hizo falta más. El 1-0 valía oro. El nuevo presidente, Alan Pace, vivió su primer partido oficial como máximo mandatario desde el palco, y no se le podía pedir un estreno mejor. El Espanyol ganó, sufrió, emocionó y cerró su fiesta con una vuelta de honor para la afición. 18 puntos en 10 partidos. Dos más que en toda la primera vuelta de la temporada pasada. En silencio, con trabajo y sin hacer ruido, el Espanyol se ha convertido en uno de los conjuntos más fiables de esta Liga.
Athletic – Getafe (0-1)
San Mamés no fue el fortín de otras noches. Esta vez, el Getafe se plantó en Bilbao con el plan de siempre de Bordalás, ejecutado al milímetro: presión alta, líneas juntas, cero concesiones y una pizca de pegada. Con eso le bastó para llevarse los tres puntos de un partido espeso, rocoso y con más fricción que juego. El único gol del partido llegó en el minuto 76, tras un rechace que Borja Mayoral no desaprovechó. El Athletic, sin ideas ni electricidad, acabó frustrado… y San Mamés lo despidió con una sonora pitada al árbitro. Desde el primer minuto quedó claro que el Getafe no venía a verlas venir. Presión alta, defensa ordenada y dos líneas que se movían al ritmo que marcaban Djené y Maksimovic. Aunque sobre el papel figuraba una línea de cinco, el dibujo real fue un 4-4-2 sólido, con Iglesias tapando por banda y mucha atención a las segundas jugadas. El Athletic no estuvo cómodo en ningún momento. Ni Sancet ni Nico Williams aparecieron, y eso lo sintió todo el equipo. Con los de Valverde atascados, el partido se fue cocinando a fuego muy lento. En la primera parte, apenas una ocasión clara: Sancet remató con intención y David Soria sacó una pierna salvadora para mantener el empate. Con el paso de los minutos, el ambiente se fue tensando. El Athletic quería, pero no podía.
Guruzeta lo intentó sin suerte al poco de arrancar la segunda mitad, y Valverde probó con triple cambio: Vesga, Robert Navarro y Maroan al campo para buscar algo de claridad. Pero el Getafe seguía firme, cortando líneas y desactivando cualquier intento rojiblanco. Bordalás, por su parte, introdujo a Mario Martín y preparó el terreno para el golpe final. Sabía que el Athletic acabaría dejando algún espacio, y que su equipo llegaría vivo al tramo final. Así fue. Minuto 76. Córner al segundo palo, remate de cabeza de Liso, gran parada de Unai Simón… pero el rechace quedó muerto y ahí estaba Borja Mayoral, atento y letal. El delantero azulón no perdonó y firmó el 0-1, un gol que vale su peso en oro en un campo como San Mamés. Con el tanto en el marcador, el Getafe se encerró con todo, y el Athletic, lejos de reaccionar, se diluyó. Lo más llamativo fue una nueva polémica arbitral: Díaz de Mera expulsó a Lekue… ¡cuando ya estaba lesionado en el banquillo! San Mamés estalló, pero no hubo milagro.
Valencia – Villarreal (0-2)
Mallorca – Levante | Domingo 14:00h, Son Moix
El Mallorca se ha reencontrado con su mejor versión y llega crecido tras ganar en el Pizjuán. El Levante, en cambio, no levanta cabeza. Un triunfo bermellón podría alejar a los de Arrasate de la zona roja y hundir un poco más a un rival directo.
Real Madrid – Barcelona | Domingo 16:15h, Santiago Bernabéu
El Clásico. No hace falta decir mucho más. El Madrid llega líder, el Barça como segundo, y ambos en buena forma. Mbappé y Bellingham contra Pedri y Lewandowski. Montjuïc fue una fiesta en la última jornada tras un triunfo agónico ante el Girona que no esconde el mal momento de los azulgrana, pero ahora toca visitar el Bernabéu, donde el ambiente será otro. De todas maneras, el Madrid tampoco brilla, aunque todo lo tapa el momento de forma de Mbappé De lo que pase aquí puede depender media Liga.
Osasuna – Celta | Domingo 18:30h, El Sadar
Osasuna se está moviendo entre luces y sombras esta temporada, pero en casa siempre compite. El Celta, por su parte, no encuentra el rumbo y sigue coqueteando con el decsneso, convirtiendo una temporada que debía ser de ilusión con el retorno a Europa en un suplicio. Giráldez está en la cuerda floja y el equipo necesita ya una victoria para empezar a respirar.
Rayo Vallecano – Alavés | Domingo 21:00h, Vallecas
Partido de los que pasan desapercibidos pero que suelen ser muy intensos. El Rayo, tras su gran victoria en Valencia, quiere seguir creciendo. El Alavés ha mostrado cosas buenas, pero necesita más constancia. En Vallecas, los puntos se venden caros.
Betis – Atlético | Lunes 21:00h, La Cartuja
Duelo exigente para cerrar la jornada entre dos conjuntos con aspiraciones altas. El Betis, que viene de empatar in extremis en Villarreal, quiere hacerse fuerte en casa frente a un Atlético herido tras la goleada sufrida en Champions. Los de Simeone, acostumbrados a competir al límite, deberán recomponerse rápido ante un rival al que históricamente se le ha resistido. Todo apunta a un partido intenso y de pocos espacios.

