Este jueves, en el partido de Copa del Rey entre el Atlètic Lleida y el Espanyol, habrá un debut muy particular. No en ninguno de los banquillos, ni entre los jugadores, sino en el cuerpo arbitral. Víctor García Verdura (Mataró, 1994), será el encargado de impartir justicia en el Camp d’Esports. Y aunque ya acumula 44 partidos en Primera División, lo cierto es que nunca había pitado al Espanyol hasta ahora.
Un árbitro de casa… que no podía pitar al Espanyol
El motivo es simple: García Verdura pertenece al comité catalán, el mismo que el del conjunto blanquiazul, lo que en competiciones ligueras suele evitar que un colegiado dirija a equipos de su propio territorio. Por eso, pese a su fulgurante ascenso y a que desde 2023 es árbitro de Primera División, nunca se había cruzado con el Espanyol. Esta vez, al tratarse de Copa del Rey y ser un cruce entre dos equipos catalanes, no hay restricciones.

Un ascenso meteórico desde el Maresme
La historia de García Verdura es la de un chaval del Maresme que cambió los goles por el silbato. Empezó jugando a fútbol sala en Arenys de Munt, fue pívot y delantero, pero pronto se enamoró del arbitraje. Con apenas 16 años ya arbitraba benjamines en Llavaneres, y poco después se estrenaba en campos como el de Rocafonda, en Cuarta Catalana. “Recuerdo con mucho cariño mi debut en el campo del Llavaneres, en un partido de benjamines, con 16 años o en el campo del Rocafonda en Quarta Catalana con 17”, ha contado alguna vez con nostalgia.
En apenas unos años, su progresión fue imparable: Segunda Catalana, Primera Catalana, Tercera, Segunda B… Hasta que en 2021 llegó a Segunda División, y tan solo dos temporadas después, subió a Primera, convirtiéndose en el colegiado más joven de la categoría.
Números de Primera para un árbitro muy meticuloso
Desde que llegó a la élite, García Verdura ha arbitrado 44 encuentros de LaLiga, en los que ha mostrado 183 amarillas, 5 rojas directas y ha señalado 16 penaltis. La temporada pasada, entre Liga y Copa, pitó 22 partidos con un balance igualado: 9 victorias locales, 4 empates y 9 triunfos visitantes. Su media fue de unas 4 tarjetas por partido.
Pero más allá de los números, destaca por su preparación: entrena cinco días por semana, controla su alimentación y trabaja físicamente como un atleta de élite. “El arbitraje es un deporte. Hacemos más de 10 kilómetros por partido y debes estar preparado, por ejemplo, para correr de área a área en caso de un contragolpe”, explica. Antes de cada encuentro estudia a fondo los equipos con herramientas digitales que le proporciona el CTA, y luego entrega un informe de autoevaluación.
Ni del Barça ni del Espanyol: «Los árbitros no somos de ningún equipo»
Uno de los temas que suele generar debate entre aficiones es si un árbitro puede simpatizar con un equipo u otro. En el caso de García Verdura, su respuesta es clara y sin rodeos: «Los árbitros no somos de ningún equipo, sólo del nuestro, del arbitral». Y añade que lo importante es que se humanice la figura del árbitro: que se entienda que son deportistas que también se equivocan, que se preparan al máximo y que sienten lo que hacen.
Por eso, su estreno con el Espanyol no debería levantar suspicacias.
Sin vértigo y con los pies en el suelo
Lejos de dejarse llevar por el éxito, Víctor mantiene una actitud humilde. “Llegar a Primera División no me da vértigo ni ninguna presión añadida, al contrario, me hace tener los pies en el suelo más que nunca. Tengo que aprender de esta experiencia para intentar mejorar cada día”, afirmaba tras su debut.
Ganador del trofeo Guruceta al mejor árbitro de Segunda A en sus dos únicas temporadas allí, su trayectoria ha sido meteórica pero basada en trabajo, formación y una clara vocación.
Un estreno sin margen de error ante un Espanyol con galones
Este jueves, el Camp d’Esports le presenta una prueba especial. Aunque sea la primera vez que arbitra al Espanyol, no se espera un partido especialmente tenso, pero la diferencia de categoría entre los equipos hará que se le exija precisión y justicia con el criterio. No es lo mismo equivocarse con un grande, aunque sea en Copa, que en un partido de Liga entre equipos más igualados.
