Cuando uno se pone a hablar del buen momento del Espanyol, inevitablemente salen varios nombres: los goles de Pere Milla, la irrupción de Carlos Romero, los paradores de Dmitrović, la solidez de Riedel… pero hay un futbolista que lo está bordando sin hacer demasiado ruido. Y ese es Edu Expósito. El de Cubelles se ha convertido en un auténtico pilar en el centro del campo blanquiazul. Juega, hace jugar y está firmando su arranque de temporada más sólido desde que llegó al club.
Un Espanyol lanzado y con números de Champions
Con cinco victorias en 10 jornadas y 18 puntos en el bolsillo, el Espanyol ha arrancado la temporada como un tiro. Los de Manolo González marchan quintos en la tabla y, aunque la palabra “Europa” todavía da un poco de vértigo, ya nadie puede negar que están ahí, peleando con los grandes. La diferencia respecto al año pasado es abismal: entonces, a estas alturas, el equipo estaba mirando hacia abajo y sufriendo cada jornada. Ahora hay alegría, fútbol y sensaciones. Y Edu Expósito tiene mucho que ver en eso.

Más que números: el alma del medio campo
Hasta ahora, Edu ha disputado 653 minutos en LaLiga, habiendo participado en nueve de los diez partidos. El único que se perdió fue ante el Mallorca, y ni siquiera por decisión técnica: unas molestias leves hicieron que Manolo lo reservara por precaución. En todos los demás encuentros, el centrocampista ha sido importante. Su capacidad para conectar líneas, romper líneas de presión con conducción y llegar desde segunda línea lo hacen prácticamente imprescindible. Ante el Elche firmó su tercera asistencia de la temporada. Es decir, no solo organiza, también produce.
Expósito, el perfil que encaja como un guante
Si por algo destaca el catalán es por lo difícil que es encontrar en el fútbol español alguien con su perfil. Es un mediocentro ofensivo que no pierde el sitio, un llegador con visión, un organizador con colmillo. Tiene pausa, pero no se duerme; tiene físico, pero no atropella. Su conexión con Pol Lozano ha sido una de las claves para que el Espanyol domine partidos y tenga balón. Y, lo más importante, es que cada vez se siente más líder.

Un punto de madurez clave en su carrera
A sus 29 años, Edu Expósito está en ese momento dulce donde se juntan la experiencia, la confianza y el físico. Ya no es ese joven prometedor del Dépor o el chico que deslumbró en Eibar. Ahora es un futbolista hecho y derecho, que sabe dónde está, lo que puede dar, y lo está demostrando cada fin de semana. En un Espanyol con hambre, su figura se ha hecho indispensable. Manolo González lo sabe y se lo hace notar: lo mima, lo alinea siempre que puede y le da galones.
El termómetro perfecto de este Espanyol
Hay jugadores que marcan goles, otros que salvan goles. Edu no hace ni una cosa ni la otra de forma habitual. Pero si el Espanyol juega bien, es porque él está cómodo. Y si el Espanyol sufre, normalmente es porque a él le cuesta más encontrar su sitio. Así de importante es. Su fútbol, de ritmo medio y mente rápida, está siendo la brújula que guía a los blanquiazules en un arranque de temporada que, por ahora, ilusiona a todos.
