El Espanyol no salió bien en Mendizorroza ante el Alavés. En un partido espeso, con una primera mitad para olvidar, el equipo de Manolo González se marchó al descanso con un 2-0 en contra que acabó siendo decisivo. En la segunda parte, los cambios mejoraron la imagen y Roberto Fernández, autor del gol que recortó distancias, lo explicó con naturalidad tras el encuentro: “Con el primer gol, queríamos meter pronto, lo hemos hecho. Pero al haberse ido Kike García, ahí hubiéramos ganado más balones aéreos para meterlos en su área. Pero toca seguir, era un partido complicado, ya lo sabíamos, y ellos han salido bien en la primera parte”.
El ariete reconoció que al equipo le costó entrar en ritmo y que el Alavés marcó la diferencia desde el arranque. “Ellos han salido con más ganas en la primera parte, estaban ganando las segundas jugadas, y cuando un equipo en su campo sale con esa energía ya se ha visto en la primera parte”, resumió. Una lectura clara de un primer tiempo que dejó al Espanyol con la ardua tarea de remontar un marcador adverso.
“Con Kike García hubiéramos ganado más duelos arriba”
Uno de los momentos que marcó el partido fue la lesión de Kike García, que obligó a Manolo a cambiar el plan ofensivo antes de tiempo. Roberto no escondió que su ausencia pesó en el juego del equipo: “Es un buen jugador que gana buenos duelos aéreos, puede ganar esa última jugada de última hora, pero aún así lo hemos intentado hasta el final pero no se ha podido”. El delantero reconoció que con el de Motilla del Palancar en el campo habrían tenido más opciones de segundas jugadas y balones directos, una vía que el Espanyol explotó en la segunda mitad sin el mismo éxito.
Aun así, el malagueño quiso destacar la reacción del grupo, que pese a todo no bajó los brazos. Con su gol, el equipo recortó y apretó el tramo final, aunque el marcador ya no se movió. El Alavés acabó pidiendo la hora y el Espanyol, lamentando haber despertado demasiado tarde.
No es un paso atrás: “Todos los equipos pueden tener un mal partido”
Pese a la derrota, Roberto Fernández quiso mandar un mensaje de tranquilidad y confianza insistiendo en que no es un paso atrás. “Para nada, todos los equipos pueden tener un mal partido, ahora vamos a nuestro estadio a llevarnos los tres puntos”, afirmó con convicción. El delantero sabe que el equipo está en una buena dinámica y que este tropiezo no debe cambiar el rumbo.
Mendizorroza dejó un sabor amargo, pero también la sensación de que este Espanyol tiene alma y margen para aprender. Fue un quiero y no puedo de manual: una primera parte sin chispa, una segunda con corazón, y una derrota que dolió más por la forma que por el resultado. Ahora toca pasar página y pensar en la próxima cita en Cornellà, donde el equipo buscará reencontrarse con la victoria.