Con el rostro serio pero sin esconderse, Leandro Cabrera dio la cara tras la derrota ante el Villarreal, segunda consecutiva en liga para un Espanyol que, esta vez, no empezó mal. “Dolorosa la derrota, hicimos un muy buen primer tiempo en que dominamos muchas facetas”, resumió el central uruguayo, con esa claridad con la que siempre habla tras los partidos. No era un mal inicio, ni mucho menos: los de Manolo apretaron arriba, jugaron con personalidad pero la calidad del Submarino pesa.
“En una acción afortunada se les pone de cara el partido”
El análisis de Cabrera no fue una excusa, sino una radiografía bastante ajustada de lo que se vio en el césped: “Supimos reducir al Villarreal la mayor cantidad de tiempo posible, pero en una acción afortunada se les pone de cara el partido”, apuntó. El gol de Gerard Moreno cambió el guion por completo y obligó al Espanyol a hacer algo que no se le da bien este curso: remar a contracorriente. “Después te obliga a exponerte, a intentar ir a por el resultado”, dijo Cabrera, consciente de que eso, contra el Villarreal, puede salir caro.
“Sabíamos el riesgo que tomábamos… y así remataron el partido”
No sonó a reproche ni a queja, más bien a resignación deportiva. Cabrera reconoció que el Espanyol asumió riesgos en la segunda mitad porque no había otro camino. “Sabíamos el riesgo que tomábamos, son si no el que más uno de los equipos más peligrosos con espacios, así fue que remataron el partido”, explicó. Moleiro puso la sentencia cuando los blanquiazules ya iban volcados arriba. No se bajaron los brazos, pero tampoco hubo finura ni acierto para recortar distancias.
La actitud, irreprochable: “Nada que reprochar al equipo”
Pese al resultado y al mal sabor de boca con el que se va el equipo al parón, Cabrera quiso dejar claro que el compromiso del grupo está fuera de toda duda. “En cuestión de actitud y de ganas, nada que reprochar al equipo, obviamente cosas para mejorar, pero la actitud fue muy buena”, afirmó con rotundidad. Si algo no le faltó al Espanyol fue intención, pero la pegada sigue siendo un problema recurrente que ya empieza a pesar.
Manolo pidió seguir igual… pero el segundo gol fue un mazazo
Al ser preguntado por las indicaciones del míster en el descanso, Cabrera explicó que el cuerpo técnico apostó por reforzar lo que se estaba haciendo bien: “Se reforzó lo que se estaba haciendo bien, intentamos ser más arriesgados pero no tuvo el efecto que queríamos y en eso nos terminaron matando”. El mensaje era claro: insistir, arriesgar y buscar el empate. Pero el Villarreal, que no perdona cuando huele sangre, fue el que terminó sentenciando.