El Villarreal venció 0-2 en el RCDE Stadium con goles de Gerard Moreno y Alberto Moleiro. El Espanyol tuvo buenos momentos, pero la falta de pegada y dos acciones puntuales decantaron el partido a favor del conjunto de Marcelino. El conjunto perico arrancó bien el partido, con energía, centros laterales y una presión que sorprendió al Villarreal, aún con la resaca de su derrota europea. A los cinco minutos, Roberto ya obligó a Pau Navarro a intervenir bajo palos. Con seis cambios en el once, entre ellos el debut como titular de Salinas, los de Manolo González intentaron hacer daño con ritmo y verticalidad. Pero el equipo groguet, poco a poco, se asentó, empezó a dormir el balón y a reducir el ímpetu local. Cuando mejor se sentía el Espanyol, apareció Gerard Moreno. En una jugada aislada, el experico soltó un disparo que tocó ligeramente en Salinas y desvió la trayectoria del balón lo justo para batir a Dmitrovic. Lo celebró con contención, pidiendo perdón: “Mucho respeto, he pasado muchos años aquí, muy agradecido por el cariño que me dan”, explicó luego. La grada, que lo aplaudió al salir sustituido, no se lo tuvo en cuenta. Hay jugadores que marcan… y dejan huella.
Nada más comenzar la segunda parte, Salinas volvió a quedar en la foto. Esta vez no por mala suerte, sino por verse superado en carrera por Buchanan, que le sacó varios metros, asistió a Moleiro y, tras un rechace de Dmitrovic, el canario hizo el 0-2. Manolo ya preparaba a Kike García y maldecía en la banda. Fue un golpe duro. Más aún cuando Gerard estuvo a punto de marcar el tercero y Comesaña estrelló un disparo en el poste. Lo intentó con dignidad el Espanyol, pero sin claridad. Kike tuvo una ocasión clara que se fue fuera, Dolan probó desde la frontal y Luiz Júnior respondió bien. Manolo movió el banquillo, buscó soluciones, pero se topó con un Villarreal serio, que gestionó la ventaja con oficio y le enseñó lo que diferencia a un equipo hecho de uno que sigue en construcción. La derrota deja al Espanyol con un sabor amargo justo antes del parón. Son ya dos partidos seguidos perdiendo y sin marcar. Pese a competir bien durante muchos minutos, los errores puntuales en defensa y la falta de contundencia arriba siguen pesando. El Villarreal, mientras tanto, escala hasta la segunda posición y demuestra que, pese al revés europeo, tiene plantilla y fútbol para competir con cualquiera.