Hay veces que los números cuentan cosas que ni los titulares más rimbombantes se atreven a decir. Porque lo cierto es que, hoy por hoy, hay un jugador del Espanyol que puede mirar de tú a tú al mismísimo Kylian Mbappé. Su nombre: Pere Milla. Según datos recogidos por el diario As, el delantero de Lleida suma ya 32 disparos en lo que va de Liga, lo que lo convierte en el segundo jugador que más veces ha probado suerte, solo por detrás del crack francés del Real Madrid, que lidera la tabla con 42.
Cuatro goles y a un paso del Zarra: temporada notable
Más allá de los intentos, Pere Milla también está viendo puerta. Lleva cuatro goles en Liga, lo que le convierte en el máximo artillero del Espanyol hasta ahora. Y aunque no se ha estrenado en las últimas tres jornadas, su rendimiento general es para aplaudir con ganas. Está a solo un gol de los tres líderes actuales del Trofeo Zarra (Borja Iglesias, Ferran Torres y Oyarzabal, con cinco), así que no sería descabellado pensar que puede acabar peleándolo hasta el final.
Una metáfora con sabor a kétchup que sigue vigente
Ahora que los goles se le resisten un poco es hora de recordar su famosa frase: “Los goles son como el kétchup, que a veces aprietas mucho y no sale y otras veces sin hacerlo sale todo”. El arranque fue explosivo, con dos tantos en las dos primeras jornadas. Ahora lleva tres partidos sin marcar, no ha dejado de apretar el bote, porque sigue tirando, sigue insistiendo y sigue siendo ese jugador incómodo para las defensas rivales.
Más que puntería: volumen de disparo y constancia
Milla también lidera los tiros desviados o al palo, con 20 en total, superando incluso a Mbappé, que se queda en 17. Este dato demuestra que es un jugador que genera ocasiones constantemente, que busca el gol con insistencia y que asume responsabilidades ofensivas jornada tras jornada.
Indiscutible para Manolo: solo se ha perdido dos partidos
Manolo González tiene claro que Pere Milla es una pieza clave en su engranaje ofensivo. Solo se ha perdido dos partidos en lo que va de curso, y fueron por sanción tras la roja que vio ante el Mallorca. Más allá de eso, ha sido titular en todos los demás, aportando trabajo, movilidad, desmarques y, por supuesto, goles. Con 33 años, está firmando uno de los tramos más sólidos de su carrera.
Una temporada para enmarcar… si sigue así
Está claro que los goles mandan, pero más allá de eso lo cierto es que lo intenta siempre y que está firmando una temporada sobresaliente en cuanto a producción ofensiva. Si sigue con este ritmo, puede acabar con números históricos a nivel personal y ser un serio candidato al Zarra.