En una noche que ya pintaba especial, Marko Dmitrovic se encargó de convertirla en inolvidable. El Espanyol necesitaba reaccionar y el rival era de aúpa: el Sevilla, nada menos. Pero ahí estaba el serbio, como si llevara toda la vida en la portería perica, salvando una tras otra para sostener al equipo cuando más lo necesitaba. Y sí, tenía motivos personales para que fuera una noche aún más especial.
Cinco paradas para sostener al Espanyol
El partido no fue un camino de rosas para los de Manolo González, sobre todo en una primera mitad que se les atragantó. Pero mientras el equipo sufría, Dmitrovic se agigantaba. Le sacó un mano a mano brutal a Akor Adams, voló para negarle el gol a Peque con un cabezazo envenenado, y todavía se guardaba una última joya: el pie salvador ante Suazo cuando el estadio ya se temía lo peor. Lo curioso es que el único gol del Sevilla fue en propia puerta, obra de Leandro Cabrera. Al serbio no se le coló nada. Manolo González no escatimaba elogios para él tras acabar el encuentro: “Voy por dos caminos. En lo personal, cuando uno es buena gente y se deja la piel tenga la edad que tenga, se ve en el campo. El rendimiento de Marko está siendo muy bueno. Me alegro mucho por él y por el equipo. Es importante que un portero te dé puntos. Esto le ayudará a estar más tranquilo. Estoy muy contento con él. Todo lo que se ve en el campo es lo que trabaja cada día como un animal”.
Orgullo blanquiazul y una dedicatoria muy especial
Dmitrovic pasó por La Casa del Fútbol con la cara de quien sabe que ha vivido una gran noche. No solo habló del partido -“la clave fue que estuvimos bien posicionados y supimos resistir cuando más apretaban”-, sino que se acordó de alguien muy especial: Tea, su hija recién nacida.
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Nacida el día 15, esta era la primera victoria del Espanyol desde que llegó al mundo, y su padre no dudó en dedicarle el triunfo. “Seguramente no lo pudo ver, pero es la mejor cosa que nos ha dado la vida. Le regalo la victoria”, dijo con una sonrisa. Y entre risas, también explicó que para descansar la noche antes del partido tuvo que “irse a otro cuarto”.
Segunda juventud para un portero de Primera
Con 33 años y más de 200 partidos a sus espaldas, Dmitrovic está viviendo una segunda juventud en el Espanyol.
”Ha sido duro”.
Las palabras de Joan García. #UCL #LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/lm7HPjEdrT
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) November 25, 2025
Aterrizó en verano como un fichaje inesperado para cubrir la marcha de un Joan García al que precisamente anoche le calzaron tres golitos en Londres, en una noche aciaga para el ex perico y el Barça, pero jornada a jornada se está ganando el corazón de la afición. Y noches como la del lunes, con frío, tensión y una victoria que vale oro, son las que acaban marcando la diferencia. Tea puede estar tranquila: su padre no solo es portero… también es un muro.

