No hay muchas segundas oportunidades en el fútbol. Y menos para los porteros. Ángel Fortuño lo sabe bien. Este jueves en Palma, en la visita del Espanyol al Atlético Baleares por la segunda ronda de la Copa del Rey, se le abre de nuevo la puerta para reivindicarse bajo los palos. Será su segundo partido oficial con el primer equipo y llega justo un mes después de su debut en Lleida, donde cometió un error grosero en su primera acción. Supo reponerse, sí, pero ese tipo de fallos no se olvidan tan fácilmente. Ni para bien ni para mal.

Manolo González confía en él para toda la Copa
Fortuño tiene algo a su favor que no todos pueden presumir: la fe ciega de su entrenador. “Fortuño jugará seguro, eso lo puedo decir. Yo estoy muy contento con él. Tengo mucha confianza en él y en su futuro. La Copa la jugará toda, a menos que esté lesionado o sancionado. Sea la final o cuartos de final. La jugará Ángel Fortuño”. Así de claro fue Manolo González antes del estreno copero. El técnico blanquiazul ha sido coherente con su palabra y este jueves le volverá a dar los guantes al ‘1’ perico. No hay mejor forma de aprender que con minutos. Y Fortuño lo necesita.

A la sombra de Joan… y ahora del veterano Dmitrovic
Ángel ha pasado muchos meses esperando. Fue el suplente eterno de Joan García, incluso cuando el de Sallent era suplente a su vez. Esta temporada, con la marcha de Joan al Barça, parecía que llegaba su momento.

Pero el fichaje de Marko Dmitrovic lo volvió a poner en el papel secundario. Y eso que en verano, durante la pretemporada, ambos compitieron por la titularidad. El debate se encendió con fuerza: ¿un joven de la casa o un veterano de 32 años que venía de un Leganés descendido? Al final, la solidez de Dmitrovic y sus buenas actuaciones zanjaron la discusión. Hoy, ya no hay dudas sobre él. Pero Fortuño sigue ahí, apretando en silencio.

El error de Lleida y la lección que no se olvida
Su estreno oficial no fue el soñado. Minuto uno ante el Atlètic Lleida, balón bombeado sin aparente peligro… y se le escapa entre las manos. Gol en contra. El típico fallo que puede hacer mucho daño a un portero que debuta.
Fortuño ha tenido días mejores.
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Sin embargo, Fortuño reaccionó con madurez. El equipo remontó, él hizo buenas intervenciones después y acabó salvando una en la segunda parte. “El portero vive a base de errores, esto va de aprender”, reflexionó días después en un acto del club. Lo dijo convencido, aunque sabe que hasta ahora no ha tenido ni ritmo ni continuidad. Por eso el partido ante elAtlético Baleares es mucho más que un simple cruce copero: es su oportunidad de cerrar heridas.
Un camino largo desde la 21 a la portería del primer equipo
El pasado viernes, Ángel y Antoniu Roca recibieron un emotivo reconocimiento en la Dani Jarque. ‘De la 21 al primer equipo’, una iniciativa que pone en valor a los canteranos que dan el salto al primer equipo. Moisés Hurtado, que los entrenó en categorías inferiores, fue contundente: “Antoniu es el yerno perfecto; y Ángel es una bestia, un chico noble”. Javi Márquez también les dedicó unas palabras y ambos recordaron anécdotas que humanizan aún más su historia. Fortuño explicó que uno de sus ídolos fue Iker Casillas y se acordó de una escena como recogepelotas con Kameni: “Le di el balón rápido cuando íbamos ganando y me metió una bronca… me cagué”.

Paciencia, mentalidad y un futuro que todavía está en juego
A sus 24 años, Fortuño no ha tenido aún la continuidad suficiente para demostrar si puede ser el portero titular del Espanyol en el futuro. Pero lo que sí ha mostrado siempre es una actitud impecable, trabajo constante y una mentalidad fuerte. Ha convivido con la sombra de Joan García, con la presión de ser canterano, con la frustración de ver pasar las semanas sin minutos… y sigue ahí. Manolo González lo valora y lo ha dicho más de una vez. El club también le dio galones este verano. Solo le falta algo de lo que él no depende: oportunidades. Esta Copa puede ser la llave que abra otras puertas.
Palma, la ocasión de demostrar que está preparado
Este jueves no solo se juega un billete a la siguiente ronda. Se juega mucho más. Porque para Fortuño, la Copa no es un torneo menor, sino su ventana al mundo. El Atlético Baleares no lo pondrá fácil, y menos en su campo. Pero si hay una buena actuación, si hay paradas que salvan al equipo, si hay seguridad bajo palos… todo lo demás llegará solo. Lo sabe él, lo sabe Manolo y lo sabe cualquier perico que haya seguido su trayectoria. En un club donde la portería siempre ha tenido nombres propios, Fortuño quiere ganarse el derecho a ser el próximo.

“El futuro es de los que no bajan los brazos”
Así lo dijo uno de sus mentores. Y Ángel Fortuño, pese a todo, sigue ahí. Peleando por su sitio, aceptando su rol y esperando su momento. Palma puede ser ese punto de inflexión que se recuerda años después. Porque el Espanyol no solo se juega el pase a la siguiente ronda: también pone a prueba el potencial de uno de los suyos. Y si la historia tiene justicia, Fortuño merecerá su sitio. Aunque sea a base de paciencia, trabajo… y también, evidentemente, paradas.
