El Espanyol volvió a hacer ante el Rayo Vallecano lo que viene haciendo cada fin de semana, muy especialmente en casa: competir con seriedad, firmar un partido sólido y sumar tres puntos que le siguen empujando hacia ese sueño europeo que ya no suena tan lejano. Un penalti transformado por Roberto -que ya lleva cuatro goles esta temporada- decidió un duelo exigente ante el Rayo Vallecano (1-0), dejando a los de Manolo González quintos en la tabla con 27 puntos. El equipo carbura, el estadio vibra, los resultados acompañan… pero de una de las cosas de las que más se ha hablado tras el partido no ha sido de todo eso, sino de las palabras del entrenador en rueda de prensa.
¿El momento adecuado para ajustar cuentas?
Manolo González, sincero como siempre, habló sin filtro ante los micrófonos: «Tiene un mérito enorme y nadie nos lo da», soltó en una intervención que, más allá de lo razonable del fondo, desvió el foco de lo importante. Justo el día en que su equipo gana, convence y da un paso adelante en la lucha por puestos europeos tras un fiasco copero que el mismo reconoció, eligió levantar la mano para pasar facturas a quienes según él no valoran lo suficiente lo que está haciendo este grupo.
Y ojo, que razones no le faltan. Es verdad que hay medios y voces en redes que parecen tenerle enfilado desde hace tiempo, y que ante el mínimo fallo, se le tiran al cuello. Pero también es verdad que buena parte del entorno lo ha elogiado sin matices durante meses, y que la crítica en el mundo del fútbol es tan normal como respetable si no se traspasan ciertos límites.
Del aplauso unánime a la confusión
El propio Manolo admitió que lo de la Copa fue una “cagada gorda”, así que resulta un poco contradictorio que apenas tres días después, cuando el equipo ha reaccionado con una victoria impecable, se abran nuevos frentes desde dentro. En vez de disfrutar y hacernos disfrutar, dejó esa sensación de que se está demasiado pendiente de lo que dicen algunos micrófonos que del momento real del club. Porque ahora mismo el Espanyol está por encima del Betis, ha ganado tres partidos seguidos en Liga, y tiene más puntos que equipos que han invertido tres o cuatro veces más.
Críticas que pueden volverse en contra
El problema no es lo que dijo, sino cuándo lo dijo. Porque lo que debía ser una noche de orgullo colectivo, ha acabado empañada por una polémica posiblemente innecesaria. «Este club es un poco, no como el Valencia pero similar, y la presión social es muy grande«, comentó, lanzando un dardo claro hacia los que considera que siempre están listos para criticar. Pero al final, este tipo de declaraciones solo sirven para dar más munición a los que buscan grietas justo cuando más fuerte y unido parece estar todo.
Un equipo que responde en el campo
Y es que el Espanyol, en el césped, y no hay que cansarse de decirlo, está respondiendo con nota. Ante el Rayo volvió a mostrar esa versión camaleónica que tanto está funcionando. Supo adaptarse a un rival que apretó, que tuvo la pelota por fases, pero que apenas generó ocasiones claras. El penalti a Dolan fue el premio a una primera parte bien planteada, y aunque en la segunda tocó sufrir, la expulsión del propio Dolan y el gol anulado a Kike añadieron picante a un final que el equipo supo gestionar con cabeza. Roberto, por cierto, no solo marcó con temple: también volvió a dar la cara tras el partido.
Las palabras de Roberto: mensaje claro desde el vestuario
El delantero fue muy claro en zona mixta y no esquivó el tema del entorno: “Desde el vestuario somos muy conscientes y debemos disfrutar el momento después de mucho tiempo sufriendo. Estamos a muerte con el míster, por cómo gestiona el grupo”.
¿Quién protege al entrenador?
Quizá lo más llamativo de todo sea lo que deslizó Manolo cuando habló de su rol dentro del club: y es que aquí desde hace demasiado tiempo el entrenador además de hacer su trabajo ha de ejercer de portavoz. Esa frase, tan corta, de que “tal vez no debería decirlo yo, pero como soy el único que habla, he de decirlo yo”, dice mucho. Porque al final, la soledad del banquillo perico es algo que ya han comentado otros técnicos. Si Manolo siente que tiene que salir él a pedir reconocimiento en lugar de que lo haga el club o alguien en al área deportiva, ahora huérfana de figuras por los problemas de salud de Fran Garagarza, algo falla. Es difícil mantener la calma cuando sientes que te estás jugando el respeto cada semana.
Disfrutar sin perder el norte
Aun así, hay algo que no se debe perder de vista: este Espanyol va como un tiro. Juega bien, compite, suma, se hace fuerte en casa y ha logrado que Cornellà vuelva a llenarse domingo tras domingo. Lo del jueves en Copa fue duro, sí, pero ya está. Lo del domingo, en cambio, fue otra demostración de que este equipo puede pelear por todo. Lo único que hace falta es que el foco no lo perdamos nosotros… ni lo pierda el propio entrenador, cuyo trabajo, eso es cierto, merece el reconocimiento de todos.