Dentro de pocos días diversos sistemas van a ser obligatorios y, aunque pueda parecer unas medidas un poco exageradas, la realidad es que la integración de estos sistemas a los vehículos puede marcar una gran diferencia en la seguridad vial, tanto para cada conductor como para el resto del entorno.
No en vano y en los últimos años, diferentes fabricantes de vehículos han integrado de una forma paulatina diversos sistemas de asistencia que tienen por objetivo no solo facilitar la labor de conducir, sino también reducir significativamente las probabilidades de accidentes de tráfico. Y es que, como comentamos anteriormente, estas tecnologías correctamente utilizadas son claves para reducir las tasas de siniestros y por ende la mortalidad asociada a los accidentes de tráfico.
Sistemas que tendrás que llevar a partir del 1 de julio
Tomando en consideración lo anterior, los vehículos homologados desde julio 2022 deberán contar de forma obligatoria con varios sistemas asistentes a la conducción y, junto a ello, a partir del 1 de julio estos vehículos también deberán incorporar, en caso de no tenerlos, 8 ADAS adicionales. En total y hasta el momento contamos con 36 sistemas avanzados de asistencia al conductor.
Pero, ¿cómo son estos sistemas? Es importante destacar, antes de comentar cuáles son los sistemas obligatorios, que este tipo de asistencia son soluciones tecnológicas innovadoras que se integran con el objetivo de mejorar la seguridad. Se trata de sistemas que proporcionan doble beneficio, ya que reducen las probabilidades de sufrir accidentes que afectarían a los que viajan en el vehículo, como también reducen las probabilidades de afectar a otros usuarios de las vías, ya sean conductores o peatones.
Por otro lado, cada uno de estos posee un objetivo distinto, así como también autonomías más o menos limitadas. De esta forma, mientras algunos sistemas tan solo emiten ciertos avisos, otros más avanzados pueden intervenir de forma directa, tales como el frenado de emergencia, la señalización, el alumbrado e incluso la aceleración. En la práctica se está demostrando que estos sistemas son sumamente importantes por lo que es entendible que las autoridades exijan la integración de los mismos en los vehículos más nuevos.
Los sistemas que pasan a ser de carácter obligatorio son los siguientes: el asistente de velocidad inteligente (ISA), el detector de fatiga y somnolencia (DDR), la caja negra (EDR), la alerta de tráfico cruzado (RCTA), el sistema de frenado de emergencia (ESS), la alerta de cambio involuntario de carril (LDW), la alerta de uso del cinturón de seguridad en todas las plazas del vehículo y, finalmente, el inhibidor de arranque con alcoholímetro.
Mejorar la seguridad vial: el principal objetivo de la Unión Europea
La Unión Europea se ha propuesto unas metas sumamente ambiciosas con respecto a la seguridad vial y es por ello que han centrado su atención en la modificación de ciertas normativas vigentes y en la aplicación de nuevas leyes que permitan mejorar la seguridad vial. La finalidad clara es la de en unos años alcanzar la meta de cero muertes producidas en accidentes de tráfico.
Si bien puede parecer algo ambicioso, se trata de una meta que con la aplicación de este tipo de sistemas se puede alcanzar más fácilmente. Y es que este tipo de tecnologías son claves para conseguir este objetivo. Junto a todo ello, respetar las normas, la aplicación de sanciones más duras, los radares de velocidad, entre muchos otros implementos permitirán, si no llevar los accidentes a cero, sí reducirlos de forma significativa.
El objetivo es muy claro: reducir la siniestralidad y convertir cada una de las vías y carreteras de los países miembros de la Unión Europea en espacios seguros. Espacios que nos permitan a todos los usuarios regresar sanos y salvos a nuestros hogares.
