Pareciera que no hay vuelta atrás con la decisión de la UE de reemplazar de forma definitiva, en la primera mitad de este siglo, los coches de motor de combustión que utilizan gasolina y diésel por vehículos que funcionan principalmente con motores eléctricos. En 2035 dejarán de comercializarse estos coches y a partir de 2050 ya no podrán circular por carreteras y autopistas, y ya hay áreas urbanas, como las ZBE, donde los coches con esta tecnología sufren restricciones para circular.
Sin embargo, en España esta hoja de ruta de la UE no se ve reflejada en las ventas de coches eléctricos, bastante baja en comparación con otros países de Europa. En las ventas españolas, los coches con esta tecnología solo representan el 5,4% de las matriculaciones totales, y aunque anualmente las ventas se están incrementando, todavía están muy por debajo de las expectativas.
¿Por qué no se venden más coches eléctricos?
Los conductores que continúan optando por coches con motor de combustión a gasolina o diésel, a pesar de que se supone que sus días están contados, citan tres motivos para no invertir en un coche eléctrico, relacionados con el precio, la autonomía y la logística.
Los coches eléctricos siguen siendo más costosos que los coches con motor de combustión, incluso con la llegada a Europa de coches de marcas chinas, más económicos que los europeos o los estadounidenses. Aunque la brecha se está reduciendo rápidamente, los coches con motor de gasolina y diésel siguen teniendo mayor rango de autonomía. Por último, en España todavía la red de carga no cubre todo el país y se concentra en las principales ciudades.
¿Qué dice de los coches eléctricos el mejor mecánico de España?
Los que están a favor de los coches eléctricos argumentan que estas posibles limitaciones se ven compensadas por el hecho de que los eléctricos son más eficientes energéticamente y más baratos de mantener. ¿Es esto cierto? Vale la pena escuchar lo que tiene que decir al respecto Javier Sendín, elegido en 2023 por el sitio web “La Comunidad del Taller Oficial” como mejor mecánico de España, en un concurso donde compitieron más de mil participantes.
Sendín está de acuerdo en que el mantenimiento de un coche eléctrico es más sencillo y económico que el de un coche convencional. Esto se debe a varias razones, entre las que destacan el hecho de que los motores eléctricos tienen menos piezas móviles y no hay que estar haciéndole ajustes o cambios periódicos de aceite. A esto hay que agregar que el sistema de frenos en los coches eléctricos sufre menos desgaste, gracias al sistema de frenado regenerativo, que ayuda a prolongar la vida de las pastillas.
Esto no significa, aclara Sendín, que el coche no requiere de un mantenimiento regular similar al de cualquier otro coche. Estos vehículos comparten todavía muchas piezas y accesorios con los coches convencionales, que deben recibir atención y mantenimiento: como los neumáticos, la suspensión o el sistema de frenos. A esto hay que sumar que hay que prestar especial atención al sistema de refrigeración, que protege no solo al motor sino también a la batería que lo alimenta; y a la actualización de softwares, que van mejorando los distintos sistemas del coche.
La cuestión de las baterías
Sendín concluye con el tema del mantenimiento señalando que el coste promedio para mantener un coche convencional ronda los 2.000 euros cada 5 años, mientras el de un coche eléctrico es mucho menor. Sin embargo, hay que prestar especial atención a la pieza clave de los nuevos coches: las baterías.
Sin importar el número de kilómetros recorridos, la batería de un coche eléctrico pierde entre un 2 y un 5% de su capacidad de carga cada año, por lo que hay que reemplazarla en algún momento, y se trata del componente más costoso de esta clase de coche. Como ejemplo, la batería de un Renault Zoe puede rondar los 6.000 euros.