El año 2025 empieza con buenas noticias para los pensionistas. Así lo ha retransmitido el Gobierno mediante el medio de un Real Decreto-ley que ha sido aprobado en un Consejo de Ministros donde se ha dado la confirmación de una revalorización del 2,8% en las pensiones contributivas del sistema.
La revalorización no solo afecta a las pensiones contributivas, sino que también en las pensiones mínimas, las no contributivas y al Ingreso Mínimo Vital (IMV), con la meta de poder garantizar que todos los beneficiarios tengan poder afrontar el aumento del costo de vida sin que no se vea alterada la estabilidad económica de las mismas.
Nuevas cuantías de las pensiones contributivas
Con la subida del 2,8%, las pensiones contributivas van a tener una revalorización importante. Para los pensionistas que tiene jubilación mínima que viven en hogares de una persona, la prestación llega a ser de 12.241,6 euros anuales, en vez de los 11.552,8 euros que tenían 2024. En caso de contar con cónyuge a cargo, la cantidad anual que se percibirá alcanzará los 15.786,4 euros anuales, mientras que en 2024 la misma cantidad alcanzaba los 44.466,2 euros. En caso de hablar de las pensiones máximas, la revalorización también deja un cambio importante.
A partir de enero de 2025, estas pensiones máximas llegarán a los 3.267 euros mensuales o a 45.746 euros anuales en vez de los 3.175 euros mensuales o de los 44.450 euros anuales que estaban en 2024. Esta redefinición garantiza que los pensionistas con mayores contribuciones mantendrán su capacidad adquisitiva.
¿Cómo se traslada la revalorización en la pensión media?
Si disfrutas las rentas medias, en 2024 la pensión era de 1.441 euros mensuales y, para 2025, asciende a 1.481,35 euros mensuales, lo que supone que se tienen unos 500 euros más al año, lo cual equivale a una mejora en el ingreso disponible a los efectos de cubrir gastos ordinarios, recursos adicionales, etc.
Asimismo, se incrementa el complemento salarial para cerrar la brecha de género, el cual tiene como finalidad la atención a los que han explicado una trayectoria más corta por el hecho de cuidar hijos e hijas. En el año 2025, este complemento subirá un 8,1% hasta alcanzar una cuantía de 35,9 euros mensuales por hijo e hija, confirmando una política que pretende corregir las desigualdades históricas de las pensiones.
La revalorización de las pensiones con el IPC
La revalorización de las pensiones en relación con la denominada IPC (Índice de Precios al Consumidor) no es una cuestión de carácter técnico de difícil interpretación, sino que se constituye en un instrumento vital que hace frente al poder adquisitivo de los jubilados o pensionistas. En un contexto de economía donde la inflación puede llegar a eliminar el significado de nuestra riqueza, el hecho de ofrecer que las pensiones se revaloricen con respecto al coste de la vida es una buena terapia para poder garantizar el bienestar de todos los jubilados. Una vez más, también, esta política expresará la relación entre el Gobierno y la política de las pensiones públicas.
Aumentando las cuantías se facilita que los ingresos se sustituyan en consumo, incrementando la actividad de sectores del sistema clave. Asimismo, la revalorización es útil para atender a unas condiciones específicas a los colectivos más vulnerables, como los que perciben las pensiones mínimas o las no contributivas, lo que les facilita cubrir sus necesidades básicas de una forma más precisa y holgada. Por lo que hace a esta opción, 2025 es uno de los hitos en efectivo más importantes respecto a la salvaguarda de los pensionistas de nuestro país.
No sólo incrementa de manera determinantemente rápida los ingresos mensuales de millones de personas, sino que también se logra reforzar la relación entre los mismos pensionistas y la política pública de las pensiones.