En caso de tener un tipo específico de caldera… Va a ser necesario que comiences a pensar en comprar otra. La Unión Europea ha establecido una agenda. Es la archiconocida agenda 2030 que tanto a dado que hablar (y no siempre para bien).
Entre las medidas más importantes está eliminar las calderas que usan combustibles fósiles como gas natural, carbón o gasoil. Se trata de una medida polémica que si bien no ha gustado a todos, es por un bien mayor. Este cambio busca algo: reducir emisiones de gases de efecto invernadero y fomentar el uso de tecnologías más limpias. A partir de este 2025, se implementarán nuevas regulaciones.
El objetivo: descarbonizar la calefacción
La calefacción es una de las principales fuentes de emisiones contaminantes en Europa. Con el objetivo de reducirlas en un 55% para 2030, la UE quiere reemplazar los sistemas de calefacción de siempre por alternativas más ecológicas. La eliminación de estos sistemas será, por suerte, algo gradual y considera también otros factores como la viabilidad técnica y económica en cada estado miembro. Sin embargo, el proceso comenzará con medidas en este mismo 2025, y marcarán el principio del cambio. El principio de algo nuevo.
Fin de las ayudas para calderas fósiles
A partir de este 2025, las ayudas financieras para la compra e instalación de calderas que usen combustibles fósiles quedarán ligeramente prohibidas. Esto significa que si un hogar necesita cambiar su caldera después de 2025, ya no podrá acceder a subsidios para modelos basados en gas natural, carbón o gasoil. Por otro lado, los sistemas que combinen tecnologías renovables, como bombas de calor o paneles solares térmicos, sí lo podrán conseguir.
Es importante señalar que los propietarios de calderas de combustibles fósiles no estarán obligados a retirarlas de inmediato, pero las cosas se irán poniendo más difíciles hasta que, finalmente, el 2030 se marque ese tope.
Nuevos edificios: climáticamente neutros en 2030
Otro hito importante en la transición energética será el requisito de que todos los nuevos edificios sean climáticamente neutros a partir de 2030. Esta normativa obligará a utilizar tecnologías de calefacción y climatización que no dependan de combustibles fósiles. Es decir, bombas de calor. Sistemas solares térmicos o híbridos. La implementación de estas tecnologías no solo reducirá las emisiones, sino que también contribuirá a una mayor eficiencia energética en los hogares y a una reducción de los costos a largo plazo.
Ventajas de las tecnologías renovables
El cambio hacia sistemas de calefacción basados en energías renovables trae consigo varios beneficios, tanto para el medio ambiente como para los consumidores:
- Reducción de emisiones: Producen menos o ningún GEI durante su funcionamiento, algo que ayuda al objetivo de neutralidad climática.
- Eficiencia energética: Las bombas de calor y los sistemas híbridos son más eficientes que las calderas tradicionales.
- Incentivos económicos: Aunque las calderas de combustibles fósiles pierden apoyo económicamente hablando, los sistemas sostenibles sí seguirán siendo elegibles para ayudas y subvenciones.
- Ahorro a largo plazo: A pesar de un mayor importe inicial, las renovables permiten ahorros en las facturas de energía gracias a su eficiencia. Se trata de un ahorro a largo plazo.
A partir de 2025 se van las ayudas para calderas de combustibles fósiles, y también la promoción de tecnologías renovables. Es algo que va a marcar un punto de inflexión hacia un futuro más sano y un planeta más limpio.
Este esfuerzo es de todos. Un esfuerzo que no solo tiene como objetivo cumplir con los compromisos climáticos o las Agendas pactadas, también da a los ciudadanos europeos sistemas más eficientes y baratos para sus hogares.
