Ser inteligente, no es lo mismo que ser listo/a. Lo veíamos el otro día en otro artículo de La Grada. Hay un poco de confusión sobre las diferencias entre ser listo/a e inteligente y luego aclararemos qué es exactamente ser inteligente según expertas. No obstante, hoy vamos a explorar un tema aún más interesante y profundo. Se trata de que en una familia, el orden de nacimiento de los/as hijos/as determina quién es más inteligente.
Lo que se define como inteligente
Como hemos dicho, ser inteligente puede estar un poco difuso y confundirse con otros términos como la astucia o ser listo/a. Según la profesional Ángela Carrera “ser listo es tener una habilidad especial para resolver problemas prácticos y de adaptarse muy rápidamente a las situaciones” y añade que en muchos casos también puede significar el hecho de “tener un instinto afilado y saber manejarse en cualquier situación y de forma muy rápida”.
Sabiendo ya lo que diferencia esta habilidad, se puede contrastar con la definición de inteligencia que aporta la experta Ana Ruiz y que para ella es un concepto más “amplio y profundo”. La profesional la define como “la habilidad de ver el panorama completo, de entender conceptos complejos y de aprender a aplicar conocimientos en diferentes áreas”.
Una vez que entendemos un poco más lo que significa según profesionales, vamos a ahondar en cómo influye el momento del nacimiento dentro de una familia en la inteligencia que se tenga y el porqué.
¿Influye realmente el momento de nacer?
Hace unos años se llevaron a cabo algunos estudios que señalaban que los/as hijos/as primogénitos eran más inteligentes que el resto. Los estudios que concluyeron este resultado, fueron llevados a cabo en el año 1927 por el psicólogo Alfred Adler.
Sin embargo, estudios posteriores llevados a cabo por la Universidad de Illinois y dirigidos por la profesora Rodica Damian, no sacan las mismas conclusiones. Estos estudios pudieron determinar que en algunos casos sí podía darse esta aptitud en quienes nacían primero en la familia. Sin embargo, la muestra no es lo bastante representativa como para confirmar la hipótesis.
Por ende, se determina que el hecho de que una persona tenga la cualidad de ser inteligente, depende de muchos más factores que del lugar en el que haya nacido dentro de la familia. Lo que sí es cierto es que hay algunos patrones de comportamiento y desarrollo de actitudes y formas de ser, que responden a los lugares que ocupan las personas dentro del núcleo familiar. Vamos a verlas a continuación.
Diferencia de aptitudes según el momento de nacer
Como hemos dicho, si bien esos últimos estudios no pueden confirmar que quienes nacen primero sean más inteligentes o que haya alguna posición que otorgue esta cualidad a las personas dentro de la familia, se han observado estos patrones de aptitudes según el lugar de la familia. Son estos:
- Primeros/as hijos/as: normalmente suelen desarrollarse como más responsables y perseverantes. Esto suele responder a que en la crianza se vuelcan más atenciones y cuidados al respecto. También en algunos casos se han observado otros patrones de conducta como la exigencia o el control.
- Hijos/as del medio: en muchos casos desarrollan cualidades pacificadoras o habilidades mediadoras por estar en esta posición. Esto, en su edad adulta, les puede traer grandes habilidades para la negociación, por ejemplo.
- Hijos/as menores: siempre se ha dicho que quienes nacen en los últimos lugares de la familia son mayormente mimados o sobreprotegidos por padres y hermanos/as. Esto hace que en muchos casos desarrollen una personalidad egocéntrica. También pueden ser personas rebeldes o contestatarias, por haber vivido una educación menos estricta en muchos casos.