Las noticias sobre robos, vandalismos y agresiones graves a las personas están a la orden del día. El mundo se mueve con un alto nivel de violencia en el que va debilitándose lastimosamente el valor de la vida y el respeto hacia los demás. Es cierto que garantizar la seguridad es una de las responsabilidades de las autoridades. Para eso existe el Ministerio del Interior. Es la entidad responsable de la seguridad pública, de la protección civil, de la lucha contra el terrorismo y los delitos, de la seguridad en el tráfico.
Pero también es cierto que, en el contexto actual, la seguridad se ha vuelto compartida e implica tanto a las autoridades como a los ciudadanos. Las fuerzas de seguridad del Estado, como la Policía Nacional, La Guardia Civil, las policías locales, desempeñan un papel fundamental en la protección y mantenimiento del orden público. Con todo, es imprescindible la contribución de las personas a las que protegen.
La participación activa de los ciudadanos es esencial. La policía no es omnipresente, por lo tanto no puede estar en cada casa, automóvil o junto a cada persona. Es indispensable que los ciudadanos adopten una actitud proactiva para protegerse a sí mismos, a sus familiares y a sus bienes.
La toma de conciencia de que tomando algunas medidas se reducen los riesgos de agresiones y de robos, es clave para evitar situaciones desagradables. Con este marco de referencia, la Guardia Civil desarrolla campañas para fomentar la cooperación y la participación de las personas para protegerse de la delincuencia.
La guantera es un elemento clave para la seguridad
Las personas tienen hábitos que han mantenido durante todas sus vidas y que pueden ser de riesgo para la seguridad. Una práctica que se hace sin pensar en riesgos, porque siempre se ha hecho y nunca ha pasado nada, es el hábito de dejar documentos, llaves y objetos de valor en la guantera del automóvil.
La Guardia Civil emite una advertencia muy especial acerca de los riesgos que suponen estas prácticas. La guantera parece segura e invisible, pero es todo lo contrario. Es la guantera el primer lugar del coche en el que se centran los delincuentes. Ellos saben que la gente suele guardar ahí cosas importantes.
Una costumbre bastante extendida es guardar en la guantera del automóvil las llaves de la casa cuando los habitantes se van de viaje. Creen que es un lugar seguro. Las llaves en la guantera no se pierden, así piensan. Por lo tanto, junto a los documentos del coche que son necesarios ante un control, colocan las llaves. Y se quedan tranquilos. Todo parece estar controlado.
Y pasa que cuando el vehículo está estacionado, un ladrón logra abrir la puerta o rompe un cristal del coche, abre la guantera y se lleva documentos y llaves. Tiene en sus manos el acceso a la vivienda y a todo lo que hay en ella. Con los documentos conoce el domicilio del dueño del automóvil. Y uno más uno son dos. Supone que las llaves son de esa casa y, como frecuentemente supone bien, las puertas están abiertas para que se robe todo lo que quiera. Como entra con las llaves, aunque haya testigos nadie sospechará que es un ladrón.
Así de fácil se le presenta al ladrón. El conductor que no se da cuenta de que el delincuente tiene información sobre qué puertas abren las llaves, no se preocupa demasiado con el robo. Y cuando regresa a la casa, se lleva la gran sorpresa. Por todo ello, la prevención pasa por no dejar en la guantera documentos, llaves ni otros objetos que pongan en riesgo la seguridad.
